Capítulo 25

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-Vale ya sabes lo que tienes que hacer- le dije a Amanda, ella asintió- solo déjame despedirme de mis chicos y te alcanzó- Caminé hasta su puerta y entré, ahí estaban mis dos hijos uno con auriculares puestos y con los ojos cerrados y el otro dibujando en el piso

-Chicos- hablé para que supieran que estaba ahí- Vengan, tenemos que hablar- los dos vinieron a donde mi, el mayor se sentó al lado mío y el pequeño en mis piernas con el dibujo que estaba haciendo en sus manitas

-Me iré un momento a buscar algo con su tía y no se cuanto tiempo me tardaré y necesito que se porten bien y se queden aquí en el cuarto sin salir para nada- les dije

-Esta bien papi- dijo el chiquito, sonreí ese es mi niño

-Vale- dijo el mayor- ¿puedo ir contigo?- me preguntó

-No- le contesté- necesito que cuides de tu hermano en lo que no estoy- me siento muy nervioso dejándolos solos, pero no puedo hacer otra cosa

-¿Por qué siempre tengo que cuidarlo?- preguntó

-Porque eres el mayor, y tienes que protegerlo de todo- hice una pausa para decirle un argumentó valido- cuando seas mayor y hagas lo que yo hago se necesitarán mutuamente, pero ahora es muy chiquito e inocente y mucha gente le va a hacer daño o llevárselo porque es muy poderoso como tu- parece que lo he convencido con lo que le dije porque esta viendo mejor a su hermano

-Vale pa- dijo más alegre

-Papi- me toco la pierna mi hijo pequeño

-¿Si?-

-¿Viste mi dibujo?-

-No, no lo he visto- sonreí, los niños son muy inocentes- ¿me lo enseñas?-

Me mostró su dibujo y me quedé muy sorprendido, porque es un niño pequeño, pero dibuja bien para serlo, no es que sea muy profesional pero se ve muy bien para su edad. Es una casa grande como en la que vivo en el pasado, pintada igual, solo que se salió un poco de las líneas, un sol con una cara feliz, nubes, y en el medio de todo hay seis personas. Dos hombres cogidos de la mano y sonriendo, creo que somos su otro padre y yo, tres niños, supongo que son el y sus dos hermanos y una mujer, que creo que es Amanda.

-Wao- le dije- esta muy bueno ese dibujo, ¿por qué hiciste eso?-

-Porque esta es nuestra familia- contesto sonriente- tu y papá, Armando, Anthony y yo, y la tía Amanda- todos comienzan con la vocal a, que curioso. Sonrió porque el dibujo es muy bueno y te llega profundo por la inocencia de mi hijo, espero poder darle un futuro así y no como en el que vive

-Esta hermoso- no se porque tengo los ojos llorosos, es simplemente que me emocione mucho por su dibujo- vale- aclaré mi garganta- guárdalo y más tarde lo enmarco- sonrió y lo baje de mis piernas para poder irnos, le di un beso a cada uno de mis hijos y salí de la habitación

-¿Lista?- le pregunto a Amanda, ella asiente y sonríe- entonces, andando

Salimos de la casa, no sin antes ponerle un hechizo de protección a la misma, Joseph nos toco por los hombros y nos transporto. Al parecer no podía ir directamente donde estaba el refugio de Amanda y nos trajo a un lugar cerca.

La verdad es que el mundo esta hecho un asco y no quiero que mi futuro sea este, excepto por mis hijos, quisiera tenerlos en mi futuro, claro si sobrevivo a esta catástrofe. Salimos donde Joseph nos transporto y empezamos a caminar muy rápido para intentar no toparnos con ningún demonio ya que no sabíamos como son nuestros poderes ahora.

-Es ahí- dijo Amanda, al parecer no nos topamos con ningún mal.

-Que bi- mis palabras fueron silenciadas por un demonio que había llegado en ese preciso momento. Me pare enfrente de Amanda ya que soy el que tiene el poder activo así que me toca protegernos a ambos la mayoría del tiempo.

Alexander The Warlock Donde viven las historias. Descúbrelo ahora