17 cartas

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  Imagen de Google.

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  Otra más. Otra estúpida carta más. La decimoséptima.
  Llevaba recibiendo esas cartas desde el día 2 de septiembre. Y todas eran iguales, una burla del odioso hurón oxigenado.

  Siempre seguían el mismo esquema: la saludaba de manera extraña, se burlaba de ella, le preguntaba por su día y le contaba como había estado observándola de una manera que se podía denominar incluso cariñosa. Y cuando estaba a punto de arrugar y tirar la carta, él pedía que, por favor, la guardase. Y entonces le odiaba por confundirla, pero más se odiaba a sí misma por hacerle caso. Tenía todas la cartas guardadas en su baúl, cronológicamente ordenadas a la espera de la siguiente. Se sentía incapaz de tirarlas.
  Y había tratado de pedirle explicaciones pero él siempre se las arreglaba para salir corriendo. Estaba harta.

  Cogió la carta que la lechuza le tendía y se dispuso a leerla.
  Suspiró, olía a su colonia. Todas las cartas que él le enviaba olían así, era demasiado embriagador.
  Sacudió la cabeza para intentar despejarse y comenzó a leer.

¡Tachán! Hola otra vez Granger. ¿Echabas de menos mis cartas? Yo sé que sí (guiño, guiño). ¿Qué tal tu mañana? Te he visto en pociones, estabas eufórica por la poción de hoy a pesar de que Snape haya puesto mala cara como siempre. Eres una rata de biblioteca muy hábil en pociones.
Esta carta es más corta que de costumbre, no te preocupes, en la próxima tendrás Malfoy para rato (guiño de nuevo). Ya sabes que quiero que por favor no tires las cartas. Gracias por no hacerlo. Nos vemos pronto.
DLM.

  Hermione bufó molesta cuando acabó de leer. Y arrojo la carta a la cama, donde estaban las demás. ¿Por qué tendría ese empeño en que las guardase? Estúpido Malfoy y sus estúpidas ganas de fastidiarla continuamente.
  Pero en ese momento Hermione vio la luz y una bombilla metafórica se encendió sobre su cabeza: las cartas eran un acertijo.
  Se precipitó sobre ellas y comenzó a mirarlas y, de repente, lo vio.
  Colocó las cartas desde la más antigua a la mas reciente y leyó los comienzos mientras una idea se formaba en su mente:

Érase una vez una sabelotodo gruñona...

Sí, aquí estoy de nuevo, ¿me echabas de menos leona?...

Todavía no voy a parar, Granger. No te hagas ilusiones...

Olvídate de que pare por ahora, así que deja de buscarme por los pasillos...

Y aquí estamos otra vez. Hoy has estado más insufrible de lo normal, Granger...

Evitar que la lechuza te entregue la carta no funcionará, Granger. Soy más listo de lo que piensas..

No, no me he olvidado de ti. Quería que mi maravillosa carta alegrase tu día de Navidad. Sí, soy muy considerado, lo sé...

Aunque siempre eres pesada he de reconocer que hoy me he reído. Hola, Granger, ¿cómo te va?...

Me ha dado la impresión de que hoy en la comida me mirabas. Oh sí, me estabas mirando, Granger. Pero no te culpo, soy demasiado sexy...

Oye, espero que tu gato esté bien, vi como Weasley renegaba de él. A mí me gusta...

¿Rompiste las cartas? Espero que no. Es que hoy, cuando has recibido la anterior estabas muy seria...

Dramione One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora