Parte 14: Cambios

123 16 5
                                    

Cambios

Dos semanas habían pasado ya, la mudanza de casa de sus padres se volvía pesada, su vida no estaba teniendo una mejoría ni con el tiempo, ni con los cambios, seguía apegado a esa gran debilidad que le provocaba la necesidad de saber de él, de escuchar su voz otra vez... de tan solo escuchar su nombre.

¿Lo extrañaba?

Esa pregunta le resultaba graciosa, era obvio que lo extrañaba, en ese punto daría todo lo que tenía por tan solo estar con él, como antes de los problemas, regresar a como solían ser las cosas. Las preocupaciones eran nulas, y si es que existían terminaban siendo superadas por ambos. Incluso antes de ese beso, antes de la declaración, su amistad ya era diferente, eran el tipo de amigos que con solo escuchar la voz del otro una sonrisa les iluminaba, que su presencia era reconfortante en cualquier momento de tristeza, que sus consejos parecían ser la única solución, y quizá por ello estaba destinado a conocerlo.

Ese tipo de pensamientos rondaron en su cabeza mientras editaba, escuchaba mil veces los demos y grababa, le ocupaban mucho tiempo. Termino de grabar, se levantó decidido a terminar de guardar las pocas cosas que quedaban en sus repisas y cajones, al día siguiente se llevaría todo. Sería el comienzo de su vida solo, sin sus padres, sin Jiyong.

El cambio era bueno, y siempre había tenido eso en mente, solo que esa vez no se sentía bien, Seungri destacaba por ser tan positivo y enérgico, al menos todo el que lo conociera sabía eso, sus padres le enseñaron que todo tiene un lado bueno, a veces es difícil encontrarlo, pero existe. Sin embargo, en este punto de su vida, no encontraba el lado bueno. Lo intentaba, pero no lograba ni tan solo sentirse un poco mejor, y no era negatividad lo que le acomplejaba, era la falta de algo.

De alguien.

Continuo así la tarde sin ganas, las cajas estaban ya listas ahora solo saldría a cenar con sus padres a forma de "despedida" que por más que le explico a su madre que continuaría viéndolos, ella lo veía así. Les echaría mucho de menos, la vida sin ellos había sido difícil en L.A, esa vez al menos estaría mucho más cerca.

—Me ha encantado la decoración del plato —mencionó su madre mientras el mesero les retiraba los platos de la mesa, estaban en un restaurante no precisamente barato, pero tampoco era muy lujoso, Seungri solo sentía la necesidad de agradecer a sus padres todo aquello que habían hecho por él— note que pediste postre de nutella hijo, ¿desde cuándo te gusta tanto? —la verdad es que desde que llego a Seúl había estado comiendo más, específicamente más de lo poco que comía postres de chocolate, y sin duda su madre lo noto.

—Me acostumbre a probar crepas de nutella en Los Ángeles, se me ha quedado el gusto supongo —la culpa era enteramente de su compañero de piso, que siempre terminaba comiendo postres así por todos lados.

—Ahora que mencionas Los Ángeles, es una lástima que ya no vayas a vivir junto a Jiyong —esta vez el comentario había salido de su padre, de manera tan sorpresiva... solo para él— espero que él también regrese pronto, su familia lo extraña mucho.

—Cierto, Jiyong es una gran persona, seguro que le extrañaras cariño —sin saberlo y de la manera más inocente su madre acababa de despertar aquellos pensamientos, sus padres le apreciaban mucho, por ello es que aceptaron sin pensarlo mucho cuando supieron que se iría a vivir junto con él. Y si tan solo tuvieran una idea... —¿has arreglado las cosas con él cierto? —era increíble como su madre podía solo mirar su reacción y saber que algo le pasaba, y desde las cartas ellos ya tenían sospechas. Además de su claro comportamiento tan diferente luego de regresar de Los Ángeles, una desventaja de ser el único hijo viviendo con ellos.

—Sí, todo está bien —decirles a sus padres toda la historia sería un posible desastre, o al menos eso aparecía en su mente— oh ya vienen los postres —justo a tiempo, eso evito que continuaran con el tema, lo que quería era olvidarse de él y termino peor.

El ejercicio de subir cajas y moverlas de lugar era mucho, se dio cuenta de que su condición física ya no era la misma, de verdad necesitaba ir al gimnasio a remediar eso, no podía dejar su cuerpo así. Incluso había ganado peso en sus mejillas, cosa que hacía tiempo no tenía.

Luego de abrazos y muchos consejos la puerta del nuevo departamento se cerró, dejando a Seungri rodeado de cajas, muebles nuevos, cosas por organizar, y mucho espacio vació. Concluyó que tal vez si comenzaba se despejaría de esos sentimientos encontrados.

Los regalos de las últimas fanmeetings estaban frente a él, pasaban ya de las diez de la noche y acomodar esa caja era de lo poco que le hacía falta, resulto que arreglar todo a su gusto sí que le ayudo a relajarse, incluso se sintió feliz cuando todo se iba viendo más ordenado y limpio.

Comenzó a sacar de a poco las cosas que irían en la estantería que en su mayoría eran mil tipos de pandas, todos regalos de sus fans. A la caja le quedaban pocas cosas, y casi al fondo encontró esa pequeña estatua suya que estaba rota, la cual no estaba completa ya que le faltaba la mitad, la recordaba perfectamente.

Eran él y Jiyong como sacados de dibujos animados, tomados de la mano y con enormes sonrisas.

"La cantidad de regalos que teníamos eran increíbles, había sido solo una reunión y las cajas eran muchas, por suerte habían sido separadas por los trabajadores, aunque su trabajo no fue muy acertado.

—¿Y qué se hace con esto? —preguntó Jiyong sonriendo mientras veíamos la pequeña estatua de nosotros juntos.

—¡Eso es mío! —grite asustándolo, solo se río y me la entrego, no sin antes tomarle una foto, no sé con qué objetivo, obviamente yo no la iba a perder o algo así.

—Tienes que cuidarla —dijo aun mirándola, la verdad es que si era muy bonita como para que le sucediera algo.

—Lo mejor será que la deje en mi habitación, no quiero que se dañe durante el viaje —me gire a seguir viendo cosas de la caja que estaba en mi cama, aprovechando para sentarme.

—Ni que se pierda —escuche su pequeña risa burlona— con tu mala suerte... --esta vez ya estaba mirándolo fijamente mientras él evitaba su risa— sabes que es verdad, Ri —se acercó y paso sus brazos alrededor de mi cuello, pegando su frente a la mía con esa sonrisa aún en el rostro, sin dudarlo me levante de la cama abrazándolo por la cintura mientras nuestros labios se unían."

El recuerdo abrió más la herida, y ver la pequeña estatua rota separándoles, sólo le inundó la mente de pensamientos negativos.

¿Y si era una señal? ¿Destino? ¿Simple coincidencia?

Se sentó por un momento en el piso, mirando a su alrededor. El ordenador sonando, cables por todos lados, cajas abiertas, cosas desordenadas, la estatua rota.

¿Así sería de vacía su vida ahora? Sin alguien que esté allí para bromear, para hacerle sonreír, alguien con quien convivir.

Sin Jiyong. Sin su complemento, su amigo, su novio, su alma gemela.

Pero los cambios al comienzo son difíciles ¿cierto?

Las lágrimas se hicieron inevitables, la debilidad no le dejaba ser positivo, estaba siendo incapaz de superar eso, las cosas jamás debieron ser así, Seungri lo había dejado muy claro, quería olvidarle, quería empezar de nuevo él solo. Un cambio para bien, no eso.

No ese dolor tan aprisionante en su pecho.

A veces en los detalles más simples esa persona especial sigue teniendo un lugar en una vida, y por esos detalles las memorias no se van.

En ese mismo rincón donde estaba acomodando cosas, se limpió las lágrimas y sin dejar de sollozar tomo el cuchillo con el que abría las cajas y rompió esa pulsera que adornaba su muñeca.

Como solía ser - BIGBANG ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora