Definitivamente la perspectiva no era la mejor. Bueno, ¿cómo iba a saber él que Skiadrum y Weisslogia eran amigos? Y, más aún, ¿Cómo iba a saber él que ese día Frosch y Lector habían quedado para jugar en su casa?
No, era imposible tan sólo imaginar una coincidencia tan grande como esa. Claro que si la autora decide dársela de chula, son cosas que pueden pasar, más aún si escribe un capítulo a las tres de la mañana.
Cuando decidieron retirarse de la fiesta, Rogue se marchó con Sting en el coche. Sin embargo, el pelinegro se había dormido de camino y a Sting no se le ocurrió nada mejor que llevarlo a dormir a su casa, que quedaba más cerca. Sin embargo, el rubio a la mañana siguiente se arrepintió al escuchar los gritos del padre de Rogue al otro lado del teléfono, muy molesto por la situación. Claro, Rogue no le había podido enviar un mensaje porque estaba demasiado cansado para pensar en aquello mientras Sting le guiaba por su casa hacía su habitación. Además, una vez tumbado en la cama del rubio, el olor del alfa le obligó a quedarse ahí, sin poder moverse(aunque había tenido que cambiarse por comodidad y petición del rubio).
-¿Quién te has creído que eres para hacerme algo así? ¡Yo! ¡Tu maldito padre!-Los gritos de Skiadrum se escuchaban perfectamente tras la otra línea. Sting se estaba mordiendo las uñas, muerto de miedo, mientras Rogue hablaba con su padre. Rogue vestía ropa de Sting, que le venía sorprendentemente bien, dado que no era mucho más pequeño que el alfa.
-Tranquilízate papá, estoy bien. No es como si hubiera dormido en la calle.
-Claro, porque dormir en casa de un alfa es lo más normal del mundo.-Rogue decidió no contarle a su padre que Sting no tenía cama de invitados-. Más te vale no aparecer delante de mi en el día de hoy, porque te juró que te estampo.
La llamada se cortó tras aquellas palabras y Rogue escuchó a Sting soltar el aire que en algún momento había retenido por los nervios. A pesar del leve temor que le daba la situación con su padre, Rogue no podía decir que se arrepentía de no haber ido a su casa a pasar la noche. Había usado uno de los pijamas del rubio, y además habían dormido los dos juntos por falta de camas. Sting había dormido abrazándole, ambos acurrucados a pesar del calor de verano.
-Tranquilo, no creo que a mi padre le importe que te quedes aquí por hoy- dijo Sting cuando vio a Rogue guardar su teléfono. Rogue lo miró con cierta inseguridad en sus ojos. Cuando llegaron de madrugada no se había topado con el padre de Sting debido a la hora, pero ahora se ponía nervioso porque para irse debía saludar al hombre, pero si debía quedarse todo el día... Apenas llevaba un par de horas saliendo con Sting, no se sentía a gusto en esa posición.
-De acuerdo-accedió con un suspiro, sabiendo que no tenía más opciones realmenre. Sting sonrió de lado, feliz por poder pasar más tiempo junto al omega.
Salieron de la habitación cuando Rogue se sintió preparado para ello. Sting casi reía por la reacción del omega, aunque sabía que no podía hacerlo demasiado debido al propio temor por el padre de Rogue. Una vez habían salido de la habitación, Rogue no se sorprendió de la familia del rubio: todos con un carácter alegre parecido al de Sting. Weisslogia era una copia exacta del rubio, aunque su cabello era incluso más claro. Lector, sin embargo, debía parecerse más a su madre, aunque Rogue jamás tendría el honor de conocer a la mujer.
La casa era enorme, era un piso en el centro de la ciudad que tenía que costar un dineral el solo hecho de respirar su aire. Ahora entendía porque Sting tenía una Harley sin miedo a dañarla. En realidad, se sintió un poco fuera de lugar por primera vez en mucho tiempo. La familia de Rogue era simple, su padre era profesor de instituto y vivían en un piso a las fueras de la ciudad. Tenían lo necesario más algún que otro lujo que se pudieran permitir. La vida de Sting... definitivamente era diferente. Era extraño, con Kentan era una situación similar pero no se había parado a pensarlo hasta ese momento.
ESTÁS LEYENDO
Our happy ending [Stingue]
FanfictionRogue Cheney siempre ha tenido muy claro lo que debía hacer con su vida. Como omega que era, tenía en cuenta que había tenido mucha suerte de haber encontrado a su destinado a la corta edad de quince, pero a sus 20 años de edad todo se desmorona cua...