Capítulo 8

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Golpeo el saco de boxeo con toda mi fuerza en un intento de agotarme, espero que tanto física como mentalmente

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Golpeo el saco de boxeo con toda mi fuerza en un intento de agotarme, espero que tanto física como mentalmente. Me irrita el hecho de que en esta fecha simplemente no pueda dejar de tener estos malditos pensamientos que se repiten una y otra vez en mi cabeza atormentándome. Lo odio.

Odio no saber por qué me abandonaron.

Odio que me hayan roto tanto.

Odio no poder haber tenido elecciones.

Porque por más que me mienta yo soy Lisa Thompson, eso es lo que dice mi certificado de nacimiento, y sé que no importa cuantas veces cambie de nombre no cambiarán todas las cosas que he tenido que pasar y que me han transformado en esto que soy ahora: una de las mafiosas más peligrosas del mundo.

Siento el ardor en mis ojos pero no permito que ni una lágrima escape. Continúo golpeando el objeto inanimado sin parar. Mi respiración es descontrolada y forzosa, y mi cuerpo ya se encuentra cubierto por una capa de sudor pero ninguno de esos factores me detienen en mi labor, simplemente sigo por no sé cuánto tiempo exactamente.

Cuando finalizo mi cuerpo tiembla tanto por la adrenalina como por la ira que corre por mi sistema. Me quito los guantes guardándolos en el bolsillo trasero de mi pantalón, paso una mano por mi cabello a la vez que dejo salir un largo suspiro de mis labios en un intento de regularizar mi respiración, no funciona del todo.

Es irónico que por fuera parezca sólida y fría pero por dentro estoy tan rota, tan dolida. Sigo sin arrepentirme de todo lo que he hecho pues en mi vida sólo he tenido dos caminos siempre para tomar: vivir o morir. La segunda no me complace ahora, aunque la tengo muy presente. Tampoco es que pueda decir que vivo, creo que más que eso siempre me ha tocado sobrevivir. Sí, solamente sobrevivo.

― Te estaba buscando.

― Me encontraste ― digo en un murmullo.

Toma la toalla que me da, comienzo a secar el sudor de mi rostro, cuando me extiende la botella de agua no dudo en abrirla y beber de aquel líquido. No había notado que tenía tanta sed hasta ahora.

― ¿Recuerdas El Edén?

― Claro ― asiento, sin entender el por qué de su pregunta.

El Edén es un club que básicamente se dedica a la prostitución, incluso el dueño del lugar es comprador habitual. No es desconocido para nadie que el hombre tiene trato con varias mafias que le proporcionan ciertos beneficios a cambio de acostones gratis.

― Pues, aun no sé cómo sucedió, pero la hija de Cheng está ahí ― me informa en tono neutro, aunque no me pasa desapercibido la mueca de asco que crea con su labios.

Sé que a Crooson nunca le ha gustado la idea de venderle mercancía a proxenetas, a mí tampoco es que me agrade mucho pero en este trabajo entre más aliados tengas es mejor, además de que Plum es un viejo conocido de Blackburn. Aunque ganas no me falta de matar a ese desgraciado. Me repugna el hecho de que secuestre a niñas para llenarse los bolsillos, pero nuevamente no puedo hacer mucho.

Reina De La MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora