-Te amo mamá. –Ya lo sabía era la última vez que se lo podría decir, también le dije nuevamente lo mismo a papá y a mis hermanas mayores. Tristemente habían pasado 23 horas con 58 minutos y 59 segundos. Me quedaba un minuto, solo uno para mirar de reojo y con pesar llenándome de tristeza a la casa que me vio crecer durante estos 17 años y medio. Había vivido tantas cosas... las charlas familiares... las noches de juegos... los trabajos prácticos realizados con mis amigas, las piyamadas, todo...pues... ya habían venido a buscarme, 4 camionetas, negras con los vidrios oscuros me habían acorralado frente a la casa. Me sacaron a empujones 16 hombres altos y fuertes, que me agarraron por los brazos y me subieron a una de las mismas a la fuerza, me sentaron y me colocaron un trapo en la nariz y boca con cloroformo, y luego de haber luchado por no inhalar, no pude más y caí en un profundo sueño-.
Narra x:
-Sí, al final la tengo conmigo. Pensé-.
2 horas después...
-Habíamos llegado a la casa, luego de dos horas.La bajé de la camioneta entre mis brazos. La subí a la habitación, la amarré ala silla y ahí la dejé-.
-Cuando me desperté, me dolían las muñecas. Abrí los ojos y me encontré en una habitación precaria, maloliente, destruida y vieja, era asqueroso. Varios minutos después, alguien entró-.
-Hola niñata, buenos días. –Se acercó a mí una mujer de unos 28 años. Pelo negro tirando a marrón teñida de rubio, sus ojos eran verdosos. Sonrió de lado, me analizó de arriba a abajo. Sacó una navaja de su pantalón y cortó las cuerdas de mis manos y pies. Miré mis muñecas, estaban rojas.
-Llámame 6. –Me dijo y se marchó-.
-Me levanté de la silla. Ya me dolía el cuerpo. Quise bañarme, había una puerta de madera vieja, supuse que era el baño y acerté cuando la abrí y me encontré con uno viejo, sucio, me daba asco entrar en esa ducha, pero no otra alternativa. A pasos lentos ingresé al lugar. Después de 10 minutos terminé de ducharme. Me coloqué la toalla alrededor de mi cuerpo y otra en mi cabeza. Una mujer de unos 24 años entró a la habitación y habló-.
-¿Qué haces fuera de la silla? –Preguntó cabreada.Acercándose hacía mí-. Toma esto. -Me entregó ropa-.
-Gracias. ¿Cuál es tu nombre?
-Dime 18. Avísame si precisas algo.
-Gracias. –Repetí, ella asintió y se fue-.
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Ahora yo tengo los dados...
RandomTodo empezó con una rara llamada... ya nada fue lo mismo...