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Sabía que tú eras unica, sabía de tus cicatrices, sabía de tus noches de desvelo hablando conmigo, pero también sabía de aquellas en las que no era yo quiero robase tu sueño, estaba seguro de tu inestabilidad, pero finguias ante mí.

Cuando una persona conoce a otra tanto como yo lo hacía contigo, era casi imposible mentirnos.

Ojo, dije casi, debo de admitir que la vez que me dijiste que estabas bien y era lo contrario, me engañaste. Malvada mentirosa.

Se que fuí estupido, pero ya me sentía acosador...

Me vestí y calze frente al espejo y me mire por décima vez. Estaba bien.

Pase mi mano por mi cabello y este quedo algo alborotado...

Flash Back

Estaba en la cafetería.

Esa que soliamos frencuetar, llevaba mis gafas de lectura, aquellas color negro, y un buen libro captaba mi atención mientras daba sorbos a mi Frappe.

Escuche como un insesante golpeteo de zapatos se detuvo ante mi y asome mi mirada sobre las gafas, sin dejar de beber del Frappe, eras tú, mi hermosa princesa.

-Hola -. Dijiste algo bajito y te señale el asiento frente a mi, con un gesto de cabeza y te sentaste- . ¿Qué le ocurrio a tu cabello?-. Sonreíste burlona y yo me hice el indigando.

-¿Qué tiene de malo?-. Mire mi cabello con el reflejo del servilletero-.

-Oh, nada, es solo que esta fuera de su lugar-. Cubriste tú boca ahogando una leve gesto risueño y sonreí-.

-¿Se ve tan mal?-. Dije preocupado y negaste.

-Para nada, me encantan los rebeldes-. Pasaste por mi lado y lo alborotaste más, para salir corriendo y yo page, tome mis cosas y fuí tras de tí, dando traspies para alcanzarte.

Flash Back Then

El recuerdo me arranco un suspiro y me mire de nuevo, llevaba una camisa tipo polo color blanca y unos pantalones corte normal (no muy agustados, no muy holgados). Y unos tenis grises. Estaba bien.

Baje no sin antes perfurmarme lo suficiente, me despedí de Mamá, ella sabía de tí, no todo. Pero sabía.

Corrí a mi auto que había adquirido hace poco, un descapotado color rojo.

Era sorpresa, llame a tu teléfono cuando llegue a un alto y respondiste al tercer timbrazo, algo agitada y me preocupe.

Pero me dijiste que habías salido corriendo del baño, te informe que estaba a unas calles de tu casa y colgaste con la excusa de no hacerme esperar.



Estacione frente a tu casa y ahí estabas con unos shorts de mezclilla que llegaba a la mitad de tus muslos y una blusa que cubría la mayor parte de tu anatomía, hasta la mitad del short, con una coleta alta adornando tu cabeza.

No podías verte más adorable porque sería un delito.

La Chica De Las Mangas Largas 《COMPLETA》 EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora