Noventa y dos diaz sin ti

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    Desde el día que te fuiste, mis diaz están llenos de lágrimas.

     Incluso al estar bajo la ducha, puedo sentir la diferencia entre las gotas de agua y mi llanto.

     Al salir del baño, por la mañana, me tomo una botella de alcohol, para intentar pasar el día sin pensarte.
 
     Tomo otras dos botellas a las tres de la tarde, cuando nuevamente comienzo a recordar tus abrazos.

      Cuando llego a mi casa, a las diez, me tomo otras tres para poder dormir sin soñar con tus besos.

Diaz sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora