Capítulo 9

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Un mes después.

Narra Valeria.

Paso a por mis hijos a casa de Maca.

Llevo yendo al gimnasio un mes, necesito volver a tener mi cuerpo en forma después de haber dado a luz a mis dos tesoros.

Valeria: Gracias Maca, la niñera me falló en el último momento -me disculpo-

Macarena: No tienes de qué preocuparte -dice con Vera en sus brazos- Déjamelos siempre que quieras, por favor -le da un beso a cada uno de mis hijos-

Los ponemos a ambos en el carrito.

Valeria: Tranquila, te los dejaré para que Rafa y tú vayáis practicado -le sonrío pícara-

Hablando de Rafa... Pablo volvió hace unos días, me enteré por Maca y la verdad es que no quiero encontrármelo porque después de lo del bar... Sinceramente no sé cómo podrían suceder las cosas entre los dos.

Macarena: ¡Val! -exclama riendo- Que no te escuche él porque está deseando.

Valeria: ¿Y tú? -no contesta y yo no la quiero presionar más- Este tema lo tenemos que hablar con calma y yo he quedado con Rodrigo para comer y ya llego tarde.

Me sonríe y me da dos besos.

Macarena: Gracias por todo -me dice cuando nos abrazamos-

Valeria: A ti -salgo de allí-

Monto en el coche a mis niños y pongo rumbo a casa. Me he duchado en el gimnasio para ahorrar tiempo pero, tengo que cambiarme de ropa.

Escucho a Vera llorar, miro por el espejo y veo que ha vomitado.

Estiro el brazo para tocar su piernecita e intentar tranquizarla.

Valeria: Ya... Mi amor... -le digo- Mamá ya va a parar para limpiarte, princesa.

Sigo hasta que un par de calles más adelante puedo parar y lo hago.

Salgo del coche y voy al maletero a por la bolsa donde siempre llevo las cosas de los dos. Cojo toallitas y una camiseta limpia.

Valeria: Ya, mi niña -le hago muecas para que se ría-

Mi hija deja de llorar y sonríe con las caras que le pongo.

Estoy terminando de cambiarla cuando siento un golpe por detrás con el coche.

Sin ver quien ha sido, miro la parte de atrás de mi coche, tiene un golpe bastante grande.

Voy a buscar al que ha sido dentro de su coche. Me va a oír.

Narra Pablo.

No sé que ha pasado ni como he podido darle ese golpe. Sólo sé que esas piernas kilométricas, tonificadas y bronceadas me hacen perder la cordura. A todo esto súmale el perfecto culo que tiene esta mujer.

La ropa que lleva deja poco a la imaginación. Top y pantalón corto deportivos y zapatillas.

Pablo, cálmate que tienes novia.

Me voy a bajar del coche para pedirle disculpas pero, ella se me adelante.

XX: ¡¿Estás loco?! ¡Llevo dos bebés en el coche! -me grita alterada y juraría que esa voz la reconozco-

Espera un momento... Esa voz... Ese cuerpo de escándalo... Ahora me cuadra todo... ¡Valeria!

Pero... ¿Ha dicho bebés? Que yo recuerde, ella estaba embarazada de uno. Aquí pueden pasar tres cosas... Una, que esté con otro hombre y este sea su segundo hijo, cosa que no me cuadra por fechas. Dos, que sea su sobrino y tres, que no estuviera embarazada de uno, sino de dos.

Pablo: Lo siento, Valeria -me mira, ya que estaba mirando el golpe del coche-

Valeria: Pablo... -dice como si hubiera visto un fantasma-

Pablo: Te juro que no ha sido a propósito, de hecho no sé que me ha podido pasar.

Sabía que el día de mi cumpleaños y mi despedida en el bar la vi a ella. Esos ojos llenos de magia no se me podían haber olvidado.

Pablo: ¿Están bien los pequeños? -le pregunto preocupado al ver que ella no habla-

Me acerco a ella porque está con medio cuerpo dentro del coche viendo a los bebés.

Valeria: Sí, mis hijos están bien -mi alma se cae al suelo-

Veo a los dos pequeños y son del mismo tiempo, tienen que ser mellizos, no hay otra posiblidad.

La niña es guapísima, sus ojos claros me miran con atención y el niño también es guapísimo... Él es una copia mejorada de mí.

Siento como si me faltara el aire. Son mis hijos, no cabe duda alguna.

Soy el hombre más gilipollas sobre la faz de la tierra por haber dudado tanto de ella. Me estoy perdiendo ver crecer a mis hijos.

Valeria: Debemos irnos ya, no importa el golpe del coche -dice al ver que estoy en completo silencio- Lo llevaré al taller -cierra la puerta de atrás, donde están los niños-

Pablo: Son mis hijos... -comento atónito-

Valeria: No. Son mis hijos -enfatiza el mis- Dejaron de ser tuyos cuando me dejaste sola y embarazada, cuando me humillaste varias veces y me llamaste lo que te dio la gana -dice con rabia- Ellos son felices y yo les estoy sacando adelante sin ayuda de nadie.

Siento como se me seca la boca y la garganta y los ojos me empiezan a picar. Estoy al borde de las lágrimas.

Valeria: Lo siento Pablo pero, llegas tarde.

Sin darme tiempo a reaccionar, se monta en el coche y se marcha.

Yo vuelvo a mi coche y me dejo caer para atrás en el asiento.

Verla después de casi un año me ha hecho sentir mil cosas. Pero, lo más fuerte es lo de mis hijos. Tengo dos y a la vez... Fui un cabrón al pensar que eran de cualquier otro hombre. Me siento lo peor, la humillé, la insulté, la traté como una cualquiera... Y todo eso a la madre de mis hijos... Ella no merecía todo aquello.

Entiendo perfectamente su actitud conmigo y no le reprocharé nada pero, necesito hablar con ella y necesito que, ahora que sé cien por cien que son mis hijos, no me aparte de ellos.

Hoy me he dado cuenta de que la amo y de que esos dos ángeles son el fruto del amor que nos tenemos porque sé que ella, si es que en algún momento me quiso o me amó, aún lo sigue haciendo.

Por eso, iré a hablar con ella. La buscaré y la encontraré, me cueste lo que me cueste.

Nota de autor.

¡Familiaaaaa!

Aquí está el reencuentro de Pablo y Valeria 😁💗

Espero que os haya gustado, ya se merecían encontrarse de nuevo y Pablo tenía que saber que tiene dos hijos, a falta de uno 😂

También vengo a deciros que no volveré a subir hasta dentro de un par de semanas o así porque me voy a Sevilla a ver a Pablito y estaré fuera 💙

Es el primer concierto al que voy de esta gira y estoy super emocionada y nerviosa a la vez 😻😭

Lo dicho... Gracias por estar y por leerme, siempre. Os quiero 💜

No Puedo Vivir Sin Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora