Ella era intrépida, inesperada y misteriosa. Todo entorno a ella era algo asombroso y increíble, al menos eso decían. Eso se escuchaba pero, no era lo único que se rumoraba.
Se dice que es fácil, difícil; que es fría, caliente . Que todo en ella pa...
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No sabia exactamente que pensar acerca de esa chica de ojos zafiros. Era una polémica lo que se decía de ella, y, lo que me había estado demostrando con el contacto diario que hemos tenido. Era totalmente diferente a lo que decian.
Han pasado tres días desde el día que me regaló ese beso en la frente, y aun no puedo olvidar la sensación de sus suaves labios contra mi piel.
Era hermosa, no sólo por apariencia, sino también en su forma tan única de interactuar y, ganarse tu atención y cariño. Es inteligente, más allá de saber realizar ecuaciones y aplicar o sacar formulas complicadas. Era lista sobre como sobrellevar problemas, personas y situaciones.
Atravesé con mi tenedor el tomatillo de mi ensalada, aburrido seguí observando esa verdura pequeña y dulce.
Escuché un pequeño sonido tronador, el sonido siguió repitiéndose y aumentando en decibeles.
-Rick,-mi mama estaba mirándome confundida, con sus dedos en posición para tronarlos enfrente de mi cara.
Así que ese era el sonido
-¿Te sucede algo, hijo?-indagó mi padre.
-Solo son los proyectos y exámenes que se aproximan,-por fin decidí comer ese pequeño baloncito rojo.
-No parece que solo fuera eso,-dijo mi madre mirándome con detenimiento, analizandome.
¿Puedo confiar en ellos?
Dejé caer mis hombros en rendición.
-¿A qué debo hacerle caso acerca de una persona, a lo que dicen de ella o a lo que me demuestra?-. Suspiré después de ese monólogo de dudas.
-Bueno hijo, sabes que cuando hablan de una persona es por algo, si quieres arriesgarte a conocer a esa persona solo tienes que ir con cuidado y lentitud.-Mi padre era una persona muy sabia, pero sentía que esta ves su respuesta era mas mala que buena y, solo lograba confundirme más.
-¡Oh cariño, eres todo un cascarrabias!-. Exclamó mi madre llevándose su mano al pecho, pareciendo dramática, ¿pareciendo? ella era la personificación del drama. -Una persona se le conoce por lo que demuestre cuando convives con el susodicho, no por los chismes que se oigan de él o ella.
De cierto modo eso es lo que quería oír
-Ciertamente tienes razón, amor. Pero eso no quiere decir que lo que se rumorea sean mentiras, las personas no hablan por que si, si el río suena es por agua lleva,-sentenció mi padre poniéndome en una encrucijada.
-Pongamos las cartas sobre la mesa, ¿de quien estamos hablando, Ricky?-. Cuestionó mi progenitora.
-Una chica,-los mire esperando ver la reacción de ambos, anticipé lo lógico: el iluminado rostro de mi madre y uno de alivio de mi padre.
Ya que como no había traído a nadie a casa más que amigos y a Marco. Quiero creer que los dos se habían hecho una idea equivocada acerca de mi orientación sexual.
Fruncí el ceño, molesto.
-¿En serio creían que Marco era mas qué mi mejor amigo?
Mi padre se rasco la nuca didutativo y, mi madre torció los labios formando una mueca en estos.
-Hijo se que Marco y tú se conocen desde hace muchos años, pero no me juzgues por creer que sentías más que una linda hermandad por él.- Se paso las manos por su rizado cabello con canas,-además nunca has traído una chica a casa.
-Yo hasta creo que aún eres virgen.-Argumento a modo de broma Brenda, mi madre.
Me sonroje ante ese seguro y acertado comentario que ciertamente, mentira no era.
-Bueno ya sería demasiado que no haya tenido sexo.-Aparte la mirada jugando con mis manos encima de la mesa.
-¡No puedo creerlo!-, el asombro en el rostro de mis padres era todo un poema. -¿Rick no te has tirado a un chica? ¿jamás?-, mi padre parecía algo cohibido y sacado de tema.
Negué con la cabeza.
-¿Tiene algo de malo no haber tenido sexo a mi edad?
-No, cariño, claro que no.-Mi madre salio en mi defensa.
-¡Por supuesto que sí, es una experiencia que ya deberías tener como costumbre, hijo!-. La voz de mi padre era dura, demandante.
-No haber tenido sexo a mis 20 años no me hace menos hombre papá.-Está conversación me estaba irritando al igual que me ponían en una posición muy incomoda.
-En este momento te llevaré a un lugar para que te hagas hombrecillo.-Ordenó parándose de la mesa, miro a mi madre de una manera para que ella no interviniera.
-¡Mamá! Di algo, por favor.-Le rogué de la manera más humilde posible.
-Lo siento, hijo,-se disculpo mirándome apenada y derrotada. -Estas cosas ya estaban acordadas, tú padre y yo lo dialogamos cuando éramos más jóvenes y, tú estabas aún en mis entrañas. No puedo interferir.
