Capítulo 9

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Piper no tenía idea de por qué le había permitido tutearla, pues se prohibía esas libertades con los pacientes. Algunos, atrevidos, lo hacían por cuenta propia, pero no porque ella se los ofreciera. En alguna que otra ocasión, había tenido que poner un alto, pues los pacientes terminaban por equivocar su trato. Pero es que Alex, desde el principio era especial, no era cualquier paciente, era Alexandra Vause. Una chica que apareció un día y bastaron solo cuatro casualidades, cuatro encuentros, para que se instalara en su mente sin pedir permiso y permanecer allí, sin ninguna señal de querer esfumarse.

—Mam ¿Estás aquí?  —preguntó Alex, al salir a la sala de espera cuando la enfermera empujaba su silla de ruedas.

—Sí hija, estoy a tu lado —Diane se acercó y le tomó la mano para que supiera donde se encontraba—Nicky, también está aquí.

—Hola Nicky —Saludó Alex.

—Hola Vause ¿Cómo te fue? —Nicky seguía entristecida. Antes de que Alex comenzara a contarles, apareció Lorna, quien iba entrando a la sala, interrumpiendo la conversación.

—Señorita Vause, un gusto saludarla. Lamento no haber podido llegar a tiempo, pero estuvo en las manos de una de las mejores especialistas —dijo Lorna sonriendo, justo en ese instante estaba saliendo Piper por lo que oyó la conversación.

—No lo dudo doctora Morello...—Intervino Alex, pero Piper se adelantó para hablar y no la dejó continuar.

—Gracias colega, pero quizá la señorita Vause prefiera tener una segunda opinión, tal vez puedas hacerlo tú —Aún se sentía dolida. Lorna la miró un poco confundida.

—No hace falta, confío en su profesionalismo, además será mi doctora durante este proceso ¿no?.

—Sí así lo decide, sí. Me gustaría llevar tu caso —Afirmó Piper.

—Bien. Por cierto madre, Piper desea hablar contigo —dijo Alex.

—¿Piper? —preguntó Lorna, extrañada, mirando a la rubia y riendo.

—Sí, lo siento. Mamá, ella es la doctora Chapman, Piper Chapman.

—Mucho gusto doctora —Diane, extendió la mano y Piper le correspondió al saludo.

—Señora Vause, es un placer —Sonrió.

—Y ella es Nicky —dijo Alex. Piper recordó a Nicky corriendo detrás de la camilla cuando ingresaron a Alex en la clínica. En cuestiones de segundos, millones de agujas se hicieron sentir por todo su cuerpo «¿Quién es ella en su vida?»

—Doctora mucho gusto, Nicky Nichols para servirle —Sonrió y Piper dejó salir una leve sonrisa.

—Me gustaría conversar con usted, señora Vause —dijo dirigiéndose a Diane e ignorando por completo a Nicky —Es sobre el diagnóstico y las recomendaciones para Alex.

—¿Alex? —Lorna, cada vez estaba más asombrada «¿Qué le hicieron a Piper?»

—Vuelvo con usted enseguida para que me acompañe a mi consultorio, allí podemos hablar mejor. Lorna por favor ¿Me acompañas un instante? —preguntó Piper mirando a Lorna retadoramente.

Lorna la siguió a una pequeña sala, que quedaba cerca de la recepción y tuvieron una ligera conversación.

—Para empezar ¿Qué haces repitiendo como una grabadora? — Reclamó Piper.

—Se me hace raro esa confianza "Alex", "Piper"... ¿De cuándo acá te permites eso? —dijo haciendo burlas de Piper.

—Simple, siempre hay una primera vez —expresó la rubia, con seriedad.

La dueña de tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora