Capítulo 16.

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Molly

La primera canción que Stuart me puso fue la de "That's the way (I like it)" inmediatamente la reconocí, y aunque tuve algunas dificultades para recordar el nombre de la banda, al final la terminé adivinando. Así fue con las siguientes canciones, una sonrisa socarrona se formaba en sus labios cuando creía que se había salido con la suya, pero no contaba con mi increíble astucia. Por alguna razón, no era capaz de recordar exactamente a la banda, pero tenía que viajar astralmente por mi mente en todas las memorias de películas y series que había visto en toda mi vida, y terminaba juntando todas las piezas.

Reía con fuerza cada vez que soltaba una maldición.

— Te dije que era buena en esto.

— Carajo, no quería darte la razón, pero por primera vez tendré que hacerlo — fingía frustración mientras yo reía con maldad.

Stuart dio vuelta a la izquierda, y me sorprendí al darme cuenta que en su fraccionamiento la playa se miraba cerca.

— Y si supieras lo buena que soy reconociendo canciones hispanas — presumí orgullosa de mí misma — no hablo muy bien el español, pero soy buenísima cantando las canciones de Los Ángeles Azules.

— ¿Ángeles Azules? — su acento hacía sonar de forma muy graciosa el nombre del grupo musical, sus cejas se juntaron, y yo abrí la boca impactada.

— ¿No sabes quiénes son los ángeles azules?

— Jamás había escuchado sobre ellos. ¿Debería?

— ¡Por Dios, sí! Stuart, sus canciones son preciosas, es más, te haré un playlist en Spotify que debes escuchar sí o sí — saqué mi celular, y entré a la app.

De reojo vi como Stuart intentaba contener su risa. — ¿Por qué te ríes?

— Porque me quieres hacer escuchar canciones que ni siquiera les voy a entender.

— No las vas a entender, pero si las vas a sentir.

Inesperadamente entramos a un área privada con casas muy lindas y patios enormes. Tuve que reconocer que Stuart vivía en una parte muy linda de la ciudad. — Que bonito lugar...

Él asintió. — Un bonito lugar para un chico que creías que era huérfano — ¡Y seguía con eso! Lancé la cabeza hacia atrás — tienes suerte, hoy no vas a conocer a mi familia adoptiva.

— ¿Tú padres no están?

Negó con la cabeza. — No, sólo mi hermano menor, Elliot. Pero prácticamente sólo va estar físicamente presente, porque su mente siempre anda viajando por todo el mundo.

Cuando Stuart vio mi expresión de confusión, resopló. — Me refiero a que le gusta mucho fumar marihuana, Molly.  No a que no está bien de sus capacidades mentales.

Asentí agradecida de haberme explicado para no malinterpretar lo de su hermano. — Gracias por explicarme... Se que suelo ser muy imprudente, y me disculpo por ello.

Recordé las palabras que mi psicóloga me había dicho cuando tenía trece años; >>— Molly, eres buena persona, pero vives dentro de una burbuja muy grande y colorida que te priva de tener más perspectivas sobre la vida. No todas las personas tienen vidas parecidas a la tuya, y no todos miran el mundo como tú lo miras. Debes aprender a conocer la vida mediante otras personas. — << Tal vez si era un poco ignorante e incoherente cuando se trataba de comprender a los demás, pero no lo hacía a propósito.

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Mi cabeza simplemente no procesaba la información como la de otros.

— Ya déjalo así, mejor bajemos del auto.

Abrió la puerta del auto, y me sorprendí al darme cuenta que ni siquiera había notado que había parado el auto, revuelta en mis pensamientos salí por el otro lado. — ¿Ya llegamos?

— No, Molly, llegamos a la casa de un extraño para robarle sus pertenencias — lo vi mal — es obvio que ya llegamos, Molly.

Volteé hacia su hogar, y me deslumbré al ver la enorme residencia en la que vivía. Era una casa grande de dos pisos, con un patio delantero bastante verde, —hasta se antojaba hacer una carne asada o un barbecue —. Su casa parecía el típico hogar de una familia estadounidense promedio que aparecía en las películas de comedia. Tenía muchas rosas blancas, rosas, púrpuras, amarillas, y azules. — Linda casa.

— Es pura apariencia — Cómo siempre, menospreció mi cumplido.

Rodeé los ojos y ambos caminamos hacia la entrada. — Sólo te pido que todo lo que veas dentro de esta casa, se queda dentro de esta casa.

Fruncí el ceño. — ¿Por qué?, ¿Qué hay dentro de tu casa?

Abrió la puerta, y me dio permiso de que entrará primero. — Nada que a la gente le importe.

Entró primero, dejándome a mí fuera.

Pero, ¡qué grosero! Ingresé de mala gana, y quedé tiesa en el umbral al encontrarme con una enorme pintura de una mujer rubia posando sobre un sofá, y un cigarrillo en sus manos intentando tener el mismo estilo de las fotografías de los 50's. — Pero que carajos...

— Ah, ella es Roseanne — Reveló mientras iba hacia la sala — Esta tan obsesionada consigo misma que pidió que le hicieran una retrato de 2 metros.

Me dediqué a apreciar la enorme pintura que era inevitable al momento de ingresar a la casa. — ¿Es la misma mujer que estaba en dirección el día que la policía?

Entrecerró sus ojos. — Sí, ¿Cómo es que la recuerdas? Eso fue hace meses.

La recordaba por lo había dicho mamá acerca del extraño comportamiento que había captado entre los dos cuando los encontramos solos. Pero no podía decir eso. — Soy buena recordando rostros.

El hogar de Stuart era demasiado amplio y pulcro, la sala de estar tenía muebles enormes y espaciosos que se alargaban por todo el lugar, y la pantalla plasma parecía que abarcaba la pared frontal, y si el cuadro de la entrada no era suficiente. La madrastra de Stuart se encontraba en cada esquina de toda la casa. Había fotografías de ella por todas partes, parecía un museo de ella.

Stuart lucía tan acostumbrado.

Se tiró al sofá más cercano, y aventó su mochila al lado. — Bienvenida a mi dulce hogar, Molly Wexler  — extendió sus brazos.

— ¿Estás seguro que es tu hogar? Parece más un museo de tu madrastra.

— Es horrible, pero es mejor dormir bajo este techo que en la casa del perro de mi madre —
Lo encaré con los ojos abiertos — sólo bromeo.

— Tienes un humor bastante oscuro, tal vez tu y Annie deberían ser amigos.

Me senté hasta al otro extremo del sofá mientras intentaba evitar los 100 pares de ojos de la madrastra de Stuart.

𝑺𝑨𝑹𝑪𝑨𝑺𝑻𝑰𝑪 𝑳𝑶𝑽𝑬 ♡ 𝑆𝑡𝑢𝑎𝑟𝑡 𝑇𝑤𝑜𝑚𝑏𝑙𝑦Место, где живут истории. Откройте их для себя