Capitulo 14

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Ella permaneció con él hasta que el se vio sumarse en un sueño inquieto. Después se puso la bata y las pantuflas y salió en silencio de la habitación. Bajo a los establos y abrió una de las grandes puertas. Lo primero que oyó fueron los gemidos de la llega y la voz paciente y  consoladora de un hombre.

–¿Jack? –apenas podía ver en la penumbra y se tropezó con algo en el pasillo central. Trastabilló hasta llegar al enorme pesebre donde se alojaba tabasco desde hace unos días, preparándose para dar a luz–. ¿Jack? ¿Estas allí?

–Deja de hacer tanto ruido y acercate. No te muevas con brusquedad, habla en voz baja –la instruyó él, repitiendo el sonsonete sin cesar. Ella obedeció y avanzó de puntillas hasta descubrir a Jack, parado en un rincón, acariciando la cabeza de tabasco con una mano firme, rítmica, mientras el animal se estremecía apoyándose en sus patas temblorosas.

–¿quieres que llame a alguien?

Resultaba obvio que la yegua tenía problemas, pero Jack negó con la cabeza, sin apartar los ojos de la parturienta.

–les ordene a todos que se fueran
Molestaban a la yegua con su pánico y nerviosismo. Esta dama, una pura sangre, puede leer la mente de las personas. Así que debemos amarla con amor y respeto... ¿verdad, mi hermosa? -no le preguntó porque estaba ella ahí y Elsa supuso que toda su energía y atención se concentraban en el bello animal en apuros. Era como si la discusión que sostuvieron horas antes jamás hubiera tenido lugar.

Cuando los ojos de la joven se acostumbraron a la oscuridad, se dio cuenta de que Jack se había quitado la camisa y que su torso desnudo brillaba con el sudor. Ella admiró el pecho musculoso, y sintió que algo le constreñía la garganta. No podía creer que un cuerpo de un hombre le afectará de esa manera ya agradeció que el no lo notara. Le pareció que el hacendado era una magnífica estatua de bronce que había cobrado vida en la penumbra y que su virilidad, esa fuerza potente y viva, la hacia temblar, a pesar de que se despreciaba por ello.

–ponte del otro lado, pero despacio, muy despacio –sugirio el en voz  baja, mirando a Tabasco–. Hablale, Elsa, tranquiliza la, calmala. ¿Entendiate?

La joven volvió a obedecer y después de unos momentos el se le acercó, con el brazo derecho lleno de sangre y mucosa.

–el portillo todavía vive –le informó–, pero tendremos que ayudarlo.

–¿Como sabes que vive? –susurro ella y él la alumbró con una de sus escasas sonrisas luminosas.

–me lamió la mano

–¿Te lamió la mano?

Por un instante la alegría baño el rostro del hombre.

-si.

-¿No deberías llamar a un veterinario o algo así? -ahora ella esta involucrada en la lucha de la yegua tanto como él.

-Calma, Elsa, o tabasco captara miedo en tu voz -la miró con fijesa-. Estudie veterinaria; por lo tanto tabasco esta en buenas manos.

En la siguiente hora descubrió que Jack tenía razón.

Nunca olvidaría la batalla por salvar al portillo, y cuando algún nació este, ella abría jurado que tabasco se volvió para agradecerle a su amo la ayuda que le prestó, con sus grandes ojos melancólicos. El animalito que Jack recibió en sus fuertes brazos era enorme, dos veces más grande que el tamaño natural, pero en unos instante las madre olvido su agonía y empezó a lamerlo con una devoción total.

-pensé que perdería a los dos -comentó el hombre, sentándose de pronto, exhausto-. A Mateo le hubiera devastado la muerte de tabasco. Ahora llama a los peones para que atiendan a la yegua y al portillo. Ya deje dormir a esos inútiles demasiado tiempo -de repente se convirtió en el dominante patrón de nuevo, descartando la suavidad con que trató a la yegua momentos antes.

Al regresar de hablar por teléfono de la pequeña oficina, Elsa notó que Jack se había puesto la hermosa camisa de seda que uso durante la cena. Estaba manchada de sangre, arruinada para siempre, pensó desconsolada, tratando se no reflexionar en cuestiones de mayor peso.

-¿Mateo te envió para que averiguaras que sucedía? -el la miró de una manera extraña, mientras aguardaba a los peones-. Tuve que mandarlo a la cama, pues el desenlace pudo ser diferente -un hilo de sangre corría por su mejilla, pero nunca le pareció más atractivo a Elsa. La ternura y la compasión que le demostró al animal aterrado la conmovieron a tal grado que apenas reconocía sus propias emociones. No le agradaba esa condición; al contrario, la asustaba.

-más bien yo sugerí venir -titubeo-. Te lo contaré el resto mañana si así lo prefieres.

-no, quiero oírlo ahora. ¿Me amenazaras con tomar el primer vuelo que salga hacia Inglaterra o dudarás en mis motivos para negarme a que Mateo presenciara el parto? -él suspiro de pronto, impaciente-. Y por favor deba de mirarme como si fuera a comerte viva, pequeña... porque provocas que desee hacerlo.

La chica se sonrojo al máximo, y luego palideció cuando Jack le tocó la cara con ligereza, casi en broma.

-estas a salvo, Elsa. Me aclaraste tus sentimientos y te entendí.

Ella iba a replicar cuando las puertas del establo se abrieron de para en par y varios peones entraron, deteniéndose de pronto al verla allí junto al patrón. Jack dio órdenes en español y luego sacarla al aire fresco del amanecer.

CONTINUARA.........

Bueno aquí les traje otro capítulo, yo se que me tarde, y se dirán, porque te tardaste?, pues por problemas míos, acaban de dar resultados de la preparación y si quede, que bueno no?
EH estado muy ocupada estos días, no por no querés subir capítulo, ya voy a salir de vacaciones si, así es que por favor no se desesperetions, bueno nos vemos luego adiós

CABALGATA (jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora