Narra Michael
Sus labios encuentran el camino hasta mi cuello y mis dedos descienden por sus caderas. Cuando se quita la camiseta no puedo evitar inclinarme y besar la curva de sus anchas caderas. Un lento escalofrío la recorre y se lleva las manos a la espalda para desabrocharse el sujetador.
Estoy duro como una maldita piedra.
Tomo uno de sus pechos con la boca y el otro con la mano. Las suyas se mueven hasta mis hombros para mantener el equilibrio mientras yo cierro los labios alrededor de la suave piel.
Karol: Oh, Dios - gime; sus uñas se clavan en mis hombros y chupo mas fuerte - ¡mas abajo por favor!
Intenta guiar mi cabeza hacia abajo con un suave empujón, así que uso los dientes contra ella, provocándola. Paso las puntas de los dedos por debajo de ambos pechos, lenta y torturosamente... Esto se lo merece por ser tan tentadora y juguetona en la mañana.
Sus caderas se mueven hacia adelante y deslizo el cuerpo hacia abajo ligeramente para que mi boca quede a la altura perfecta para presionar el hinchado nudo de terminaciones nerviosas entre sus muslos. Con un suave gemido me obliga a ir mas allá, mis labios la rodean, succionando y saboreando la humedad que se ha formado ahí. Es tan dulce...que tan solo usando mi boca puedo hacer que se corra en menos de un minuto pero no quiero eso.
Con un último beso alrededor de sus muslos, me aparto de ella y me pongo de pie. Karol esta complemente desnuda y ¡dios! Es inevitable no gemir ante aquella vista. Su suave piel me envuelve, me bajo los pantalones y el bóxer hasta los tobillos con una sola mano. Aprieto el cuerpo contra el suyo, mi boca reclama la suya. Sus manos recorren mi pecho y me saca la camiseta de un tirón hasta que sus ojos se vuelven negros oscuro. Se pasa la lengua por sus carnosos labios tan lentamente que no dudo en aplastarme contra ella para dejarle saber lo increíblemente duro que estoy. Ella es suave y la notó tan húmeda contra mí que un solo movimiento bastaría para estar dentro de ella.
Sus ojos se cierran y la sensación me abruma mientras flexiono las caderas para llegar mas adentro, tan adentro de ella como sea posible. Quiero ir mas rápido, darle sin piedad, pero me obligo a ir a un ritmo lento.
Alzo mi peso sobre los brazos, estirándolos para ganar ventaja. Quiero mirarla mientras entro y salgo de ella. Ha levantado la cabeza de la cama y está mirando el lugar exacto donde nuestros cuerpos se unen.
Sus dedos se clavan en la parte baja de mi espalda, enterrandome aún mas profundamente. Me retiro lentamente de ella dándonos el tiempo suficiente para disfrutar del momento de conexión. Sus gemidos se hacen más cortos y desesperados cuando deslizo los dedos en su interior con facilidad
Michael: Ahora voy a hacer que te corras y luego nos vamos con los chicos - le prometo y ella esboza una sonrisa desenfocada antes de volver a mirarme -
En segundos notó como se tensa alrededor de mis dedos. Mordisqueó y succionó el pequeño botón sobre su entrada y ella me tira del pelo sin dejar de observar como la follo con los dedos hasta que se corre, jadeando y gimiendo mi nombre una y otra vez.
Nos quedamos tumbados en la cama mientras recuperamos el aliento.
Karol: En la noche te lo...compensaré - habla ya calmada -
Michael: ¿Por que no ahora?
Karol: Quiero ir a la playa
Michael: Me dijiste que ya no querías - la miro confundido -
Karol: Te necesitaba ronda - se levanta de la cama y busca sus prendas -
Michael: - suspiro frustrado - Esta bien...esta bien
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Gracias a esa noche | Micharol
FanfictionKarol Sevilla, una chica Mexicana de 20 años, una noche después de que su novio Ruggero Pasquarelli la engañara se dirigió a un bar en donde conoció a Michael Ronda, un chico Mexicano de 21 años que sufrió el mismo caso que ella. ¿Quien diría que gr...