Capitulo 5

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Todo preparado, las duchas están llenas de chicos que acaban de jugar al fútbol y están apestosos.
Taquillas de vestuarios, completamente vacías.
Jason es nuevo y me conozco bien el patrón de fútbol, uno nunca tiene asignada una taquilla cuando es nuevo porque todavía no tiene un código que la haga suya ¿eso que quiere decir? Que la broma es tan sencilla pero a la vez tan buena que solo con pensarlo me siento orgullosa por saber que le voy a patear el culo a ese niñato de mierda.

Llevaba unos diez minutos escondida esperando a que entrasen todos hasta que Steph me envia un mensaje:
Ya van
Escucho cada vez mas pasos y cada vez más fuertes, estaban entrando todos los chicos al vestuario, se quitaban la camiseta dejando ver todos sus musculos tensos y bien formados, por un momento me quedé embobada observando a los chicos pero una voz familiar consiguió captar mi atencion de una vez.

—ei tio, ¿y mi ropa? — pregunta Jason buscando por su taquilla como un loco.
Este era mi momento, ahora me tocaba a mi, decido salir de mi escondite con la ropa de jason en una mano y una sonrisa radiante con ganas de ver su cara.

—¿buscas esto cabrón?— digo desde la otra punta del vestuario. Justo donde pone "exit"

Jason tienes los ojos que se le van a salir de sus órbitas en cuanto me ve. Estoy a cien metros de distancia  pero puedo sentir su furia.
Le doy una sonrisa de lo más divertida y en cuanto el da un paso hacia adelante salgo corriendo.

Todo va como lo planeado, sale con una sola toalla de baño puesta desde su cintura para abajo la cual sujeta con fuerza y me persigue por todo el colegio, conseguí obtener muchas miradas y risas, todo como planee, ¿ahora quién es el más humillado eh?

Entré por el salón de actos que hoy estrenaban, entré en las pistas de voleibol, en las piscinas de natación e incluso en el comedor para que las cocineras se riesen un poco. Podría alcanzarme en cualquier momento pero sabía que no lo haría porque se resbala cada dos por tres aunque por desgracia en ninguna se ha caído.

Solo la satisfacción ocupa mi mente ahora mismo. Este cabrón se va a dar cuenta de con quién se mete asi que, parará en cuanto termine con esto.

Después de recorrer todo el colegio con su ropa que por cierto, huele muchísimo mejor comparado con el perfume que lleva puesto Aiden, decido llegar al vestuario de las chicas

Escondo la ropa lo suficiente como para que la profesora no me vea con ella.  Finjo que estoy asustada y entro acercándome a ella.
Jason entra con una sola toalla y cuando se da cuenta de que hay una profesora. Para en seco y pone los ojos como platos.

La profesora lo fulmina con la mirada y con lo estricta que es, se pasea por el vestuario hasta llegar hasta a él. Mientras tanto, las risas retumban en mis oídos .

—una entrada atrevida caballero— interviene mi profesora y más risas se escuchan por la sala pero se callan al instante para escuchar al conmovedor discursito que dará en breve

—verá señor Adams, como les explicaba a mis alumnas, queremos mostrar valentía a la hora de descubrir nuestro yo, sin embargo, he recapacitado Porque me parece a mí...que, en este instituto, acabamos de descubrirlo— todo el mundo se ríe incluida yo.

—señorito...¿a usted no le importa venir hasta aquí con una sola toalla verdad?— pregunta

—bueno, lo cierto es que...— la profesora le alza la mano para que calle.

—lo digo porque lo mismo, está bien entrenado para que le den un puesto en el circo, creo que lo haría de maravilla— dice y todos se mean de risa.

—Steph, ¿porqué no va usted a avisar al director?— dice la vieja que tan bien me cae.
<<¡¡¡si!!!>>
—si profesora— exclama Steph.
Se levanta de su asiento y me guiña el ojo. Sabe cuál es su siguiente movimiento, ahora solo me queda esperar.

Se dirige hacia la puerta cuando sus dedos sueltan discretamente la toalla que tapaba lo único que le faltaba ver a la gente de él rostro de Jason <<si...>>

Todas comienzan a reírse y no hacen más que ruborizarse y chillar de emoción al ver lo que ven. Jason colorado hasta los dientes, se tapa rápidamente con la toalla y traga saliva evitando soltarme unas cuantas perlas delante de la profesora a la que acaba de conocer y sé que ya le da miedo.

—¿ es...demasiado chico para su edad no cree señor Adams?— dice la profesora todavía rígida y estricta. ¿Como puede aguantar sin reírse? A mí me están dando unas buenas carcajadas ahora mismo.

—acompáñeme señorito, mejor que sigamos hablando mientras vamos de camino al despacho del director— dice mi profesora.

Se marchan y cuando veo que no hay nadie por los pasillos me marcho corriendo a dejar su ropa en la taquilla.

Obviamente, ya no hay clase de fútbol en estos momentos y tengo cuartada, el plan sale como lo planeado.

Vuelvo al vestuario y cuando me siento, todo el mundo quiere felicitarme por lo que acabo de hacer

—¡Alisson eso ha sido la hostia!
—¡si! ¿Como se te ha ocurrido?— dice otra
—¡no! La pregunta es ¿como has tenido Los Santos cojones de hacerlo?— salta otra

<<hoy es el día más feliz de mi vida>>

El director viene con la profesora y Jason con la toalla todavía cubriendo lo que ya hemos podido ver todos

—¿señorita parker?— pregunta el director. Sonríe como una niña chica y levanto la mano

—me ha dicho Jason que usted le ha robado su ropa y que le ha echo venir hasta aquí — abro la boca indignada

—director, no sé de qué me habla, he estado aquí todo el tiempo— digo

—si, además, le dije yo que le diera un recado a un profesor y cuando volvió vi como huía de este tarudo — se escusa la profesora <<por esto es por lo que me encantan las viejas agradables>>

El director mira a la clase entera enarcando una ceja sin creerse ni una palabra.

—es verdad director, ha estado aquí todo el tiempo— salta una. Jason abre la boca indignado

—¡venga ya! ¿Enserio se va a creer toda esa mierda?— exclama Jason

—director, no tengo la ropa, puede conprobarlo— me levanto y doy vueltas por la mesa.

El director agarra a Jason

—gracias profesora Porter, le dejo continuar su charla con sus alumnas, acompañaré a Jason a su taquilla para que llegue sin hacer otra locura, gracias— dice y se marcha. Después de varios minutos las chicas me choca los cinco y no nos podemos parar de reír, incluyendo la profesora de unos sesenta años sentada en su asiento delante de una mesa grande mientras se abanica por los calores que le dan al recordar a Jason prácticamente desnudo. Es vieja pero mueve el cuerpo más que una persona olímpica, es alucinante. Steph y yo no paramos de reírnos en todo el día.

Jason ya no me hará nada, obviamente ¿o si? ¿Y si la siguiente broma se pasa de la raya? O básicamente me ignora, eso sería mucho más fácil de soportar

Mi Mal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora