Sun Hee, es una chica de 22 años que ha sido admitida en Feelic, uno de los conservatorios más famosos y preciados a nivel mundial por los profesionales, en la capital austriaca, Viena.Gracias a su hermosa voz, consiguió una beca en esta academia musical, que tanto deseaba visitar.
Terminó de hacer su maleta, bajó al salón, donde le esperaban sus padres y se despidió de ellos con todo el cariño que les podía dar antes de marcharse, mientras lágrimas brotaban de sus ojos, al pensar que no les vería durante mucho tiempo, más del que le habría gustado...
-Me prometí que no lloraría...- pensó para sí misma.
Tocaron la puerta, y mientras Sun Hee se seca las lágrimas, su madre se dirige a abrirla.
Un señor alto y bien vestido, entró en el salón.
-Hola señorita Sun Hee, soy Marcus. Disculpe la brusca intervención. Seré su chófer, la llevaré hasta el aeropuerto y usted cogerá el avión de las 9, que se dirige a Viena. Al llegar, un hombre le esperará en la salida.¿Alguna duda?- dijo aquel señor.
-Demasiada información...- pensó -No, por supuesto que no...- dijo, miró su reloj, eran las 08:00 - LAS OCHO !!! TENEMOS QUE IRNOS !!! - gritó alarmada.
-Efectivamete señorita, me retrasé un poco está mañana, disculpe - hizo una reverencia ante ella- Si me permite, ¿nos marchamos?- preguntó Marcus.
-Eh... Sí, claro - vuelve a besar a sus padres, agarra su maleta y sale por la puerta, mientras Marcus va tras ella y da los buenos días a sus padres.
-¿Está preparada para la nueva vida que le espera en Viena?- le preguntó Marcus mientras le habría la puerta y depositaba su maleta en el maletero del coche.
-Sí, o eso espero. Sinceramente, no es fácil dejar toda tu vida atrás, para intentar sacar adelante una carrera que no sabes si será la adecuada para ti... - dijo Sun Hee.
-Señorita, lleva usted toda la razón - dijo Marcus con un gesto afirmativo.
Mientras se dirigían al aeropuerto, Sun Hee pensaba en todos los recuerdos bonitos con sus padres y familiares, su hermosa infancia rodeada de cariño, y sus preciadas amistades, que se quedaban en Corea por mucho tiempo.
El tiempo pasaba y poco a poco se divisaba el aeropuerto, cada vez más y más cerca. Los nervios invadían el cuerpo de Sun Hee.
Cuando ya se encontraban en la puerta principal de este, Marcus despidió y deseó suerte a Sun Hee mientras bajaba su maleta y le abría la puerta.
-Señorita Sun Hee, espero que tenga una vida estupenda en Viena- dijo el hombre.
-Marcus, gracias por traerme y ser tan amable en el poco tiempo que estuvimos juntos, espero que tengas una buena vida tú también- dijo la joven.
Ambos se dieron la mano y Sun Hee se introdujo en el aeropuerto.
Tras largas colas, la entrega del pasaporte y la documentación personal, llegó el momento de subir al avión.
Sun Hee se adentró en este, tomó asiento junto a un simpático niño y su madre, se colocó los auriculares y mientras cerraba los ojos, dió play a su canción favorita, Yanghwa Bridge, de Zion T...
-Próximo destino, Viena- dijo en su mente, mientras se dejaba llevar por la hermosa música que tanto amaba.