Los misterios de la vida y la muerte son los que más han atraído a los seres humanos desde tiempos inmemoriables. Por un lado, la vida es considerada como un milagro, milagro que la mayor parte de las veces es recibido con sumo agrado; no obstante con la muerte ocurre lo contrario. Cada vez que esta llega deja a su paso dolor y sufrimiento.
Esta es una historia que se remonta hace tiempo atrás; tanto, que incluso las arenas del tiempo casi destruye todo indicio de que las cosas ocurrieron de esta manera. Quizá comiences a preguntarte ¿Cómo es que yo se todo lo que ocurrio hace muchisimos siglos? pues bien, los seres como yo hemos estado desde el inicio, desde la creación. La gente nos suele llamar de muchas formas: Espíritus benefactores o Ángeles. Y honestamente esta última me agrada mucho.
Yo y mis 17 hermanos, hemos contemplado en silencio el ir y venir de las cosas, para nosotros la palabra tiempo no existe, pero hemos encontrado bastante entretenido llevar la cuenta del mismo.
A lo largo de mi existencia he servido a 13 dioses de la destrucción (Trece si tomamos en cuenta al actual) pero de los 13, ninguno ha sido un verdadero amigo como lo fue el Sr. Bills. El era, por mucho el mejor de los dioses a los que he tenido el gusto de conocer y entrenar; aunque su sucesor, también era alguien bastante ejemplar. Un tanto idiota, pero en el fondo una persona bastante generosa con sentimientos nobles. Y ahora; precisamente ahora, quiero compartir contigo aquella vivencia que marcó la vida de Bills, e indirectamente también la mía.
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El destino de la Luna
Fanfiction¿Que pasa cuando las cosas están decididas antes de tu nacimiento?, ¿Es posible que de una promesa pueda nacer un gran amor?