This Is My Life

d i e c i n u e v e

Ingrid insistió demasiado para que salieramos juntas. Quería que la acompañé a comprarse ropa y hablarle más sobre Ryan. Estaba planeando ir a mi escuela el lunes y chocarse con él "accidentalmente". Debo de aceptar que era bastante ridículo eso. Realmente le bastaba ir con él y presentarse, pero a veces le gusta exagerar las cosas.

   Pasamos literalmente toda la tarde escogiendo ropa. Ella es muy indecisa al momento de tener que elegir. Mientras ella se ponía de acuerdo, yo miré las demás cosas y escogí algo para mí. Cuando salimos, ya estaba anocheciendo. Ella dijo que sería buena idea ir a cenar algo.

   Primero fuimos a dejar todas la cosas a su casa ya que era la más cercana y después salimos para ir a cenar. Por alguna razón Ingrid estaba muy emocionada por conocer a Ryan. Quizás en verdad pueda enamorarse de Ryan y al fin tenga una relación que dure más de dos semanas.

   Después de cenar caminamos un poco por el parque. Quizás no fue la mejor opción, ya que nos encontramos a Henry. No me cae mal, pero es demasiado molesto y, no sé porque, pero cuando me ve me empieza a molestar.

   Hice todo lo posible por evitarlo, pero mi hermosa amiga tenía que llamar la atención en ese preciso momento.

— Justo debía encontrarme contigo ahora — dijo y se puso delante de nosotras. Ingrid me apretó el brazo y me susurró.

— ¿Quién es él?

— El chico más egocéntrico que he conocido.

— ¿Más que Elian?

— Eh... Mas o menos.

— ¿Por qué siempre tienes que aparecer en el momento menos indicado? — preguntó Henry.

— No creo que sea para tanto. Sólo caminabamos por aquí.

— De todos los parques que hay en esta ciudad tenía que venir justo aquí.

— Hola — sonrió Ingrid y se acercó a Henry. Suspiré — Yo soy la mejor amiga de Mayrim — Henry la miró de pies a cabeza.

— ¿Cómo alguien tan linda y simpática puede tener una amiga tan molesta y fea como Mayrim? — Ingrid sonrió.

— Creeme que yo me preguntó lo mismo. ¿Por qué Ryan está con alguien tan imbécil como tú? — Cerró el puño y se acercó más.

— Vuelve a decirme imbécil y te vas a arrepentir.

— Bueno — Ingrid nos separó — no hace falta que discutan. No te preocupes, Henry, nosotras ya nos vamos.

— Gracias, linda — le sonrió.

— No, no, nada de eso — agarré a Ingrid de la muñeca, fuimos a la banca más cercana y nos sentamos — Nos vamos a quedar aquí. No le vamos a dar gusto a ningún idiota — Henry se sentó en la banca que había delante.

— Por mí está bien. Así podré seguir viendo a Ingrid.

— ¡Está bien! ¡Nos quedamos! — Ingrid sonrió. ¿Qué demonios acababa de hacer?

   Henry no dejaba de mirar a Ingrid y viceversa. Suspiré, intentaba llamar la atención de Ingrid, pero estaba embobada con Henry. Después de varios minutos, Henry sacó un cigarrillo.

— ¿Me das? — dijo Ingrid. Yo la miré. Sé que le gusta llamar la atención de alguien que le gusta, pero no de esa manera. Ella jamás ha fumado.

— ¿Fumas? — asintió. Henry sonrió de nuevo y le dio uno.

— ¿Qué haces? Jamás has fumado — le quité el cigarrillo.

— Siempre hay una primera vez — respondió — Y aquí estás tú para enseñarme.

— No, no te voy a enseñar.

— ¿Por qué no?

— ¡Porque no es bueno!

— ¿Entonces porque tú lo haces?

— Vaya, así que la niñita fuma — rodé los ojos. ¿En serio no sabía hacer otra cosa más que meterse en conversaciones?

— Que yo lo haga no significa que tú también. Me has dicho mil veces que ni siquiera soportas el olor. No tienes que fumar sólo para llamar la atención de un idiota como él.

— Mira, no te lo quería decir, pero desde hace varios días me han dado ganas de probar el cigarro. Creo que esta es una buena oportunidad. 

— Yo creo que deberías dejarla. Está lo suficientemente grande para tomar sus decisiones — Suspiré.

— Está bien, como quieras.

   Me levanté y comencé a caminar. Me molestaba cuando se ponía así. Sólo intentaba ayudarla, pero si seguía insistiendo seguro se enojaría, prefería dejar las cosas así. Al fin y al cabo, Henry tiene razón, ya  está grande para tomar sus decisiones.