Everybody Loves Jimin- BTS X Jimin

Parte 31: El osito

Cap 2/3 de hoy

Narrado por Taehyung

No sé cuantas semanas pasaron, entre sonrisas a medias y conversaciones triviales. Todos parecían tranquilos, extrañamente serenos, aun cuando Jungkook parecía tener parte del sol sobre la mirada, y sonreía por cualquier cosa, mirando de reojo a Jimin.

Nadie dijo nada, a pesar de que se que todos lo notaron, y yo, aguardando a que Jimin viniera a mi para decirme siquiera algo... para confirmarme las sospechas permaneció distante, evitándome, como si yo fuese algo incómodo de ver, como si yo... fuese nada.

No podía evitar verlo de esa forma, llegué al punto en que dudé del cariño que decía profesarme, dude de que siquiera siguiera teniéndome afecto, y nuestra última vez juntos, esa que fuera la última prueba de mis sentimientos se convirtió poco a poco en un tortuosos recuerdo, uno que me confirmaba que aquella noche fue un acto de lástima de su parte, un acto desesperado por calmar mi ímpetu, y después de eso no habría nada más.

Dijo que no estaba listo, que necesitaba aclarar sus sentimientos primero, y yo lo comprendí, lo comprendí como siempre lo hacía es sólo que... por un momento soñé que cuando ese momento llegara tal vez... sólo tal vez... vendría a mis brazos... me dejaría amarlo... me amaría.

Pero no fue así.

En su lugar tomó la mano de Jungkook dejando todo de lado, apartándolo, como una cosa obsoleta que te estorba, y esa cosa obsoleta era yo.

El pequeño cachorrito, ese que movía su cola felizmente, ese... el pequeño que chillaba pidiéndome que lo cargara, de repente se había transformado, y yo, viéndolo crecer en mis manos no pude soltarlo; de repente su cuerpo se estiró, y sus dientes crecieron, se retorció exigiendo ser soltado pero yo no quería soltarlo, y terminó mordiéndome la cara, terminó mordiéndome el cuello, y yo... con esa sonrisa estúpida en mi rostro seguí rehusandome a soltarlo, aun cuando la sangre comenzó a escurrir brillante de mis heridas, deslizándose a discreción hasta que cayó al suelo.

Me rehusé... sólo pude hacer eso.

Tal vez cualquier persona pudo haber creído que lo odiaba, pero no.

Yo amo a Jimin

Lo amo.

Y jamás me hubiese atrevido a reclamarle, después de todo él me lo había dejado claro desde un inicio, diciéndome que no me daba esperanza alguna, y yo le supliqué que me dejara enamorarme como yo quisiera, que no importaban las decepciones y los golpes, que no importaba yo quería seguir intentándolo.

Pero...

No podía estar tranquilo.

Jungkook es... era... mi mejor amigo, y verlo tan desbordante de felicidad, aunque me costara admitirlo me llenaba de calor,aun cuando él fuese feliz con lo que yo tanto deseaba. Jamás me hubiese metido, juro que me hubiese hecho a un lado sin importar que! Yo solo...

Quería que Jimin fuera feliz, aunque no fuera conmigo.

Pero Jimin no era feliz, y Jungkook sumergido en su dicha no pudo verlo.

Por eso no podía estar tranquilo viéndolos, observando como Jimin fingía... como jungkook se engañaba a si mismo, y la incertidumbre me mataba.

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Esa noche, cuando todos se habían retirado a sus habitaciones yo me encontraba en el balcón de la casa, mirando las luces de la ciudad desde lo alto, tintineando, desapareciendo conforme la noche se hizo profunda, cuando una figura pasó sin percatarse de mi presencia, de largo hasta la cocina, y comenzó a calentar agua en la tetera color azul.