Cita 45: Chisaki Kai.

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El sonido de tu celular abarcó toda la habitación en un ligero eco que rebotó por las paredes; estiraste el brazo rápidamente al pequeño velador al lado de tu cama para poder revisar el por qué sonaba. Desbloqueaste el celular esperando que fuese una notificación de la aplicación de citas, pero no era más que un mensaje de tu compañía telefónica ofreciendo cambiar el plan. Tiraste el celular enojada y decepcionada por no ser lo que esperabas.

Tu vista estaba fija en el techo de tu habitación, pensando el por qué estabas tan ensimismada por el chico misterioso. Chisaki era diferente a los demás con quién ya trataste de conocer, pues ninguno te había atrapado con solo un par de palabras sueltas y esa mirada tan profunda. Suspiraste enamorada al recordar el rostro del chico en el momento que te pasó su paraguas para que la lluvia no te mojase.

Levantaste el torso rápidamente al darte cuenta que suspiraste como enamorada empedernida por alguien que con suerte te había dicho hola en su primera cita; primera cita extraña de las que habías tenido.

—No, no, no, no. —Golpeaste reiteradamente tus mejillas con ligeras cachetadas, no querías enamorarte tan rápido de alguien tan diferente, y que apenas estabas conociendo. Estiraste tu cara hacia abajo con tus manos desesperada—. ¿Qué me estás haciendo, Chisaki?

Dejaste de lastimar tu rostro al sentir el vibrar de tu celular sobre tu cama. Te arrastraste hasta alcanzarlo y lo revisaste como si tu vida dependiera de ello. Inhalaste manteniendo el aire al ver que era un mensaje de quién tanto estabas pensando en ese momento.

«Estoy afuera, sal.» Fue lo único que escribió, pero fue lo suficiente para acelerar tu corazón; eran las 23:37 de la noche, así que dudaste en salir.

Te levantaste de la cama y por la ranura de las cortinas revisaste el exterior en busca de su silueta; te sorprendiste al verlo afuera de tu casa mirando directamente a tu ventana, era como si supiese que le buscarías. Abriste un poco más la cortina para poder darle una señal de espera.

Después de alejarte de la ventana, te acercaste al espejo para poder arreglarte un poco esos despeinados cabellos rebeldes y así salir de tu habitación en silencio para que tus padres no te escucharan. Abriste la puerta principal con cuidado, y la cerraste de la misma forma.

Te diste vuelta para encontrarte con el chico cara a cara.

—Chisaki —susurraste levantando la vista al ser más alto que tú.

Chisaki no hizo más que mantener su vista fija en ti, en tus ojos; su mascarilla negra no dejaba verle la boca y parte de su nariz. Después de ese momento el chico solo se dio media vuelta y empezó a caminar, sabías que tenías que seguirlo.

Por ti, lo seguirías hasta el fin del mundo.

ooo

La noche estrellada era la única fuente de luz natural sobre ustedes. Chisaki te había llevado a un pequeño parque forestal, donde estaba lleno de diferentes plantas.

—No deberíamos estar aquí tan tarde.

—Puedes irte si quieres.

El duro comentario del chico te entristeció; siempre era así de seco y frío contigo, pero seguía buscándote y tú seguías cayendo y siendo atraída por él.

—Hay mejores maneras de decir eso, Chisaki —recriminaste por su comentario. Kai te miró tajante, y desviaste la vista para no tener que soportar su mirada—. Perdón.

Escuchaste como el chico daba un suspiro de cansancio. Volviste a mirarlo al sentir ruido de parte de él, estaba sacando algo de su bolsillo. De allí sacó una pulsera dorada con destellos blancos, te sorprendiste al ver que tenía una joya tan valiosa como esa.

Con la otra mano se acercó a ti y agarró tu brazo con delicadeza, en un toque casi inexistente; viajó por tu brazo hasta llegar al extremo, donde tomó tu mano y la acercó a él. Dio vuelta tu muñeca y te puso la pulsera en silencio. Después de que todo estuviese listo te quedaste mirando tu nueva adquisición.

—¿Por qué? —preguntaste al ver tan bello obsequio, parecía ser de alta calidad.

—Tómalo como un símbolo de unión.

—Símbolo de unión... —Te quedaste mirando el regalo que te había dado el chico. Tu sonrisa no se hizo esperar, cosa que quisiera o no, le alegró al villano.

Lo único que pudiste pensar como una devolución fue un abrazo, un abrazo que le hiciese ver que le agradecias por todo. Lo tomaste de la camisa que traía con tus dedos, sin mirarlo en ninguna momento pudiste sentir como el chico se tensaba y se retraía; pero no hiciste caso a su lenguaje corporal y te acercaste a él más, hasta esconder tu cabeza en su pecho ocultando tu vergüenza de él.

Cerraste los ojos quedándote así un tiempo, sintiendo como el cuerpo de Chisaki poco a poco dejaba de tensarse y empezaba a tratar de abrazarte.

—Gracias —dijiste en un tono bajo por el choque de tu cabeza y su pecho. Chisaki llevó sus manos a tus hombros y te separó un poco para así apreciar tu rostro. Tus mejillas sonrojada, tus ojos semi abiertos, y tu nariz enrojecida eran un detonante para el villano—, muchas gracias.

Kai acercó su rostro hasta el tuyo, dándote un extraño beso en la frente con la mascarilla aún puesta; después de eso se separó rápidamente de ti y desvío el rostro tapándose con la mano.

Ya después de ese suceso, decidió por regresar, y le seguiste como siempre lo hacías cuando se trataba de él.

Tocaste tu frente aún sonrojada mientras ibas atrás del chico siguiéndolo. El beso no fue más que cariño, un cariño extraño que esperabas fuese evolución a algo mayor.

En los labios, talvez; pero ahora sin mascarilla.

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Citas a ciegas [One Shots | BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora