UNA NOCHE BOGOTANA

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No recuerdo la fecha, ni la hora, solo mi memoria tiene presente ese olor de petricor, olor característico de una helada y lluviosa noche bogotana. Tuvo que ser un viernes, en el que mi corazón fragmentado y resignado era testigo de una verdad hostil e indolente. Era testigo de como la chica a la que amo, con un beso en mi mejilla se despidiera para nunca mas volver. Esa noche fue testigo del hecho de haber perdido al amor de mi vida. Esta selva de cemento a la que llamamos hogar, fue testigo de como esa hermosa chica se iba alejando de mi, con su rostro triste y cabizbajo. Dicen que los ojos son las ventana s del alma, en su mirada vi la devastación de lo que ya no es.

Cuando uno esta junto a la persona que ama, el corazón se acelera. Tal vez porque se regocija al tener cerca ese dulce aroma, una esplendida mirada de lo que es vivir la vida, una manera de gozarse el mundo. Todo resumido en un autentico ser en el que confiaste para obsequiarle un trozo de ti, un trozo de tu esencia. En esa noche, mi corazón se ralentizaba como el instante en el que la veía marcharse. Llevaba aquel vestido negro y una pashmina blanca. Ese vestido era mi favorito. Se vistió para la ocasión, para complacer lo que fuera mi ultimo deseo.

La veo marcharse en cámara lenta, con sus manos en su rostro, llorando y su cabeza agachada, Allí iba destrozada la mujer que amo. Mi corazón latía cada vez mas lento, al punto de quedarse casi quieto, pues ya no tenia motivos para seguir latiendo.

Ahora cada objeto, cada lugar, cada circunstancia, por mas insignificante que sea, me recuerda a ella. En mi cama se siente su aroma, su aroma me acompaña cuando duermo aunque el insomnio no me deje hacerlo. O cuando voy en el trancón, realidad inherente de una autentico cosmopolita bogotano. El bus pasa al frente de un café bar que visitábamos habitualmente, y el barman coloca la canción que disfrutábamos bailar juntos. Nunca paso por mi mente que aquella canción que me hacia sentir tan bien junto a ella, se convirtiera en la que junto a una botella de licor, me hiciera llorar tan desconsoladamente, por el ahora tormentoso recuerdo de lo que fue nuestra relación.

Ahora cuando camino por la calle empiezo a soñar despierto, aunque sea una frustante pesadilla. Me empieza a bombardear en mi cabeza la idea de los hijos que no existirán, los lugares que nunca visitamos, los planes que no logramos llevar juntos, las noches de pasión que no ocurrirán. Esa idea de que ese "te amare por siempre" fuera tan efímero como una huella en la arena.

¿Por que al momento de recordar esos bonitos momentos que pase junto a ella, son igual de dolorosos como el recuerdo de su partida? Es por el simple hecho de que mas que extrañarla a ella, extraño lo feliz que fui en esa época. La felicidad es una droga, y como todo adicto, cuando escasea, esa abstinencia no te deja tranquilo. Haces todo lo posible por sentir esa ilusión de sonreirle a la vida. De darle esa mirada optimista de lo que puede ser la vida junto a la persona que amas.

Mi familia y mis amigos de distintas formas me dicen, que no es el fin del mundo. Que chicas hay por montones. Que lo superare. Que me puedo enamorar de nuevo. Quizás lo haga, pero una cosa es cierta, y con estas palabras quiero convertir esta historia trágica en una sublime. Una historia digna de ser llevada a las masas. Una cosa es segura, un hombre con el corazón roto es como el soldado mutilado. Puede tener una prótesis, pero no reemplazara aquella extremidad perdida en tiempos de guerra.

Ai ajuns la finalul capitolelor publicate.

⏰ Ultima actualizare: Jul 23, 2018 ⏰

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