1: La primera impresión.

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La parte trasera de mi cuerpo dolía, y se sentía pesada. Se podía escuchar mi agitada respiración y ver un brillante destello del sudor que se escapaba sin permiso alguno, pegando un poco las puntas de mi cabello negro, a la frente.

Un sonido parecido al de un gemido ahogado, abandonó por mi boca, mis rodillas comenzaron a perder fuerza, sentía que en algún momento caería sobre ellas debido a la agitación por tanto movimiento.
Me apoyé de la pared más cercana, para no perder el equilibrio, mientras me movía adelante y atrás, blanceandome a un ritmo uniforme. Mis nudillos se encontraban blancos, aun más de lo habitual, por tanta presión hecha.

Joder, cargar maletas nunca fue lo mio.

Levante mi vista y comencé a caminar por el largo pasillo, buscando con la mirada el número de departamento que ya conocía bastante bien.

502...503...504...507...508. Al fin, casi termino con una hernia.

Con un gran esfuerzo, toqué la puerta color rojo que estaba frente a mi.
Nadie abrió.

Saque mi celular y frunci el ceño al ver que el reloj marcaba 19:45, sólo había llegado tarde 45 minutos, no había por que preocuparse.
Volví a tocar la puerta con más fuerza que la primera vez, en seguida mantuve presionado el timbre al mismo tiempo.

Si fuera Hulk, ya habría tirado su maldita puerta. Pero sólo soy Min YoonGi.
Obvio tengo la fuerza, pero no la quiero ocupar hoy. Iba a darme por vencido, cuando la puerta se abrió, y dejo ver a un chico peli rosa, somnoliento.

Mantenía su cabello rosa, despeinado con sutileza y unos cuantos mechones entre parados y aplastados, la cara un poco hinchada, con sus mejillas rosadas.
Parecía un niño pequeño, tierno...
Baje la mirada, para examinarlo por completo. En ese momento me di cuenta de algo.

A. La. Mierda. No. Estaba. Vestido.

Únicamente tenia puestos unos boxers negros, dejando absolutamente nada a la imaginación.

¡Vine buscando cobre y encontré oro!

¿Llegue al cielo, o al infierno? ¿Estoy soñando? ¿Me esta recibiendo un ángele sexy? ¿O un demonio condenadamente bueno en todos los sentidos?

Mantenía sus manos ocupadas, tallando sus ojos, quitando todo rastro de sueño, que ni siquiera se dio cuenta a quien había abierto la puerta.
Tan condenadamente lindo. ¿Pero quién demonios es? Porque obviamente el no es mi primo.

—Estupido, ¿no llevas llaves? las llaves sirven para abrir la maldita puerta, solo la metes en el hoyito y ya, no es tan difícil joder.— pronunció con voz grave. Eso me confirmo que se acababa de despertar. ¡Ya ni mi abuelita duerme tan temprano!

Vale, alguien se levantó de malas. Mejoremos su ánimo, así como sólo Min YoonGi puede hacerlo.

—Claro, si tuviera llaves las cargaria conmigo. Soy experto en meter cosas a hoyos— respondí divertido.

El chico retiró las manos de sus ojos y los abrió ampliamente de inmediato. Bajo la mirada, examinandose rápidamente y casi suelta un chillido.

Yo me mantenían con una sonrisa, que podría alcanzar hasta mis orejas, al ver su sonrojo crecer. El se dio cuenta de esto y frunció el ceño, para luego cerrarme la puerta en la cara.

¡Pero que trasero se carga!

—Hey lindo, abre la puerta.— comencé a tocar nuevamente el timbre.— Vamos, no te pongas así, no vi nada. Bueno si, pero no tienes que estar avergonzado, tienes lo tuyo, lo admito.

—Jodete— se escuchó como respuesta.

—Creo que te equivocaste ¿No quisiste decir, jodeME? Por que no me molestaría. Puedo hacer lo que sea por ti, rosita.

ᴘᴀɴᴀᴄᴇᴀ  윤민『ʏ.ᴍ 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora