Capítulo 10.

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Nota.

* Perdonen por el drástico cambio de escribir,  yo editó en mi celular y no tenía el guión largo hasta apenas.

" EL PASADO SIEMPRE VUELVE. "

Después de haber hecho entender a Brant que sólo me iría por unos días y las larguísimas horas de viaje habíamos aterrizado en New York.

Dhasia tenía que ir directamente a la empresa donde solía trabajar. Al llegar y ver el edificio, suspire recuerdo la primera vez que vine.

Me era difícil creer que hayan pasado 5 años.

¿Vienes linda? — pregunto Dhasia.

— No, estoy cansada quiero tomar una ducha y dormir un poco. —

Ella asintió y bajo del auto.

— No olvides que mañana hay un evento importante, debes comprar un lindo vestido. — Me guiño y cerró la puerta.

Bill Tucker.

Ya me había cansado de estar todo el día en la oficina, tome mi celular y salí. Prendí un cigarro y mire el mensaje que me había llegado. Ryan no llegaría hoy, si no hasta mañana, genial.

Le di un par de caladas al cigarro cuando una mujer que bajaba de un auto llamó mi atención.

¿Jenell?

Me acerque parecía que estaba hablando con alguien más.

— Vaya que los años te sientan bien. —

— Siempre encuentras la manera de arruinar todo. — Se giro hacía mí.

— No esperaba tú llegada.  — Arroje mi cigarro y la miré. — ¿Por qué no avisaste que vendrías?  pude haberte recibido de otro modo. —

— Claro que lo hice, sólo que tú no le prestas importancia a tus labores. — Se aparto y entró al edificio.

— ¿Y has venido sola? — Camino trás ella.

— ¿Qué no es evidente? — Alzo una ceja y se dirigió a la sala juntas pero antes se detuvo y se dio la vuelta hacía mí. — ¿Acaso esperabas ver a alguien más? —

A decir verdad en todos estos años no había pensando en Jessie en ningún momento y algo me dice que Jenell sabe lo que ocurrió o no me vería con tanto odio.

Es mejor no hacerla enfadar, así que negué y camina a la oficina de Adrien. Al entrar se encontraba atendiendo una llamada, le hice una clara señal que colgará, a lo que obedecio y me miro mal.

¿Por qué todos me ven de tal modo?

No soy un monstruo.

— ¿Qué quieres? — Soltó.

— Deja el mal humor hermanito y explícame, ¿por qué nadie me dijo que Jenell vendría? — Él se sorprendió.

— ¿Quién te dijo? —

— La encontré afuera. — Me senté en su silla y lo miré.

— Tendría entendido llegaba mañana. —Suspiro al verme. — Quítate de mi silla.
Ah, y respecto a tu pregunta. Tú casi no estas, le dedicas más tiempo a follar como conejo, que al trabajo. —

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