Perfecta para mi (joyrene)Red Velvet

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Joy entró a la oficina de el CEO Yoon Gi está aún tenía el teléfono en la mano y por primera vez el dolor en su pecho era más fuerte,  tomó todo el aire que pudo y la valentía que pudo para pedir que la mandarán de vuelta a Seúl.

- No puedo hacer eso - el CEO chasqueo su lengua - mi Omega me necesita - tu Omega?? - solo hizo un último gestó y joy salió del lugar

                             []

Las dos chicas entraron a la cafetería, Seulgi caminó a dónde se encontraba el mostrador la chica que se encontraba atendiendo se mordió el labio cuándo se percató de la presencia de la pequeña Alfa.

- bienvenida a Italid, que puedo servirle? - su mirada podía penetrar a la Yeri - quiero dos capuchinos, una rebanada de pastel de fresa,una de chocolate y que dejes de ver a mi novia como si no existiera un mañana - Seulgi tomó la mano de su pequeña acompañante y sonrió - si claro, perdón - la empleada se encogió y se quitó del mostrador dejando a las dos chicas con un poco de diversión.

Se acomodaron en una de las tantas mesas que se encontraba en el local a esperar su orden, Seulgi no dejaba de mirar a dónde se encontraba la Omega que anteriormente había tratado de ligar con su pareja,la empleada dejó su orden en dónde estás se encontraban y se alejó lo más rápido posible dela mesa.

- pobre chica la está asustada - miro a la chica que aún se escondía de la mirada de la mayor - ella tiene la culpa está intentando robarte delante de mí  - hizo un puchero haciendo que Yeri le diera un pequeño beso en la mejilla.

Cuándo terminaron salieron del lugar Seulgi aún miraba con algo de odio a la chica del establecimiento, podría decirse que esta chica habia arruinado su primera cita oficial, después de todo no es que se conocieran bien solo habían quedado flechadas y ahora era tiempo de conocer a fondo.

La noche las había alcanzado el olor de el agua salada inundaba las fosas nasales de ambas chicas y las estrellas estaban en todo su esplendor, Seul abrazo por la espalda a su pareja mientras observaban con atención como las olas tocaban la delicada arena en la orilla.

- hoy eres más hermosa que ayer - la menor se volteó como pudo y buscó los labios de su acompañante - lo sé siem....- los labios de las chicas unieron en un dulce beso, las manos de la menor subieron hasta quedar en el cuello de Seulgi.