Capitulo 3-Los Guardianes que le susurraban a los Demonios

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El Ser de la Media Noche salía del bar carga en brazos a la inconsciente Alicia, este antes de irse dejó una carta, una As de picas, con un dibujo de un cráneo con el símbolo de Los Reclamadores, lo enterró en el ojo del fallecido Ghaul; cerró la puerta y se dispuso a irse fuera de la ciudad, agarró un túnel que a su vez era un viejo acueducto en la etapa más primitiva de la ciudad, bajo por una tapa de una alcantarilla y la volvió a cerrar, para posteriormente marcharse sin dejar rastros.

El Ser de la Media Noche salió del túnel y a su vez de la ciudad, salió por una puerta escondida en uno de los muros que bordean la ciudad. El Ser de la Media Noche siguió un camino largo colina arriba, donde lo esperaban 2 sujetos desconocidos, que al igual que él estaban tapados por unas capas.

-Llegas tarde...como siempre- dice uno de los extraños como si fuesen amigos de toda la vida.

-Perdona ¿si?, estuve liada con Ghaul y su bola de inútiles...mírame, estoy manchada de sangre- dijo El Ser de la Media Noche quejándose como si fuese una niña pequeña.

-Por favor Muerte debes de madurar un poco...aunque viéndolo bien ¿quién es la chica que traes en brazos? es conocida tuya supongo- dijo el otro sujeto curioso y molesto por Muerte.

-Ahh ella- levanta a Alicia como si fuera un trofeo de caza- se llama Alicia, es muy hermosa ¿a qué no?- Muerte emocionada se los muestra a los 2 individuos como si fuera algo material que presumir.

-Que morbosa eres- dice uno de ellos con un disgusto enorme- mi pregunta es ¿porqué esta llena de sangre como tú? ¿la mataste? Si es así eres una asquerosa.

-En teoría, mas bien la reclute como tú y yo, Pestilencia, vi que ella puede tener potencial, a pesar de que sea una simple camarera en un bar- Muerte abraza delicadamente a Alicia y hace que el ambiente cambie a un ambiente empalagoso y morboso- se que ella será una buena Reclamadora.

-Como sea...ya es momento de irnos al refugio ¿no crees?- dijo Pestilencia tomando a Muerte del hombro y llevándola al carruaje.

-Cierto, levante muchas sospechas con el baño de sangre que provoque- dice esto en un tono muy burlón hacia Pestilencia y el otro sujeto.

-Vámonos antes de que te dé una paliza aquí mismo- dice Pestilencia subiéndolas al carruaje y acostando a Alicia en el portaequipajes de la carreta.

-Gloria, ¿me ayudas a acomodarla en la cajuela?- dice Pestilencia al otro individuo que había guardado silencio en un buen rato.

-Me esperas ¿si? Estoy arreglando el desastre que hiciste cuándo aparcaste, ¿eres ciego o que?- dijo Gloria en un tono amargado y serio.

Tardaron alrededor de 5 minutos arreglando él carruaje y poniéndolo en marcha, tomaron un sendero desconocido y llegaron a un especie de mansión adentrado en los bosques de Rodnol, la mansión era hermosa, un acabado de piedra con un techo de madera de caoba, era de dos plantas con vidrieras de color amarillas, estaba bien protegida con unas murallas del mismo material que la casa.

Pestilencia, Muerte y Gloria llegan a la mansión, Pestilencia por su parte se va a una recámara a descansar, Gloria se dispone a lo mismo pero antes se va a la cocina a preparar una loncha de queso con cerdo ahumado, mientras tanto Muerte sube a su respectiva habitación cargando a Alicia y acostándola en su cama, le quito sus ropas sucias para poder quitar la herida de bala con una pinza y una cuchara que tenía en la mesita de noche; tras una media hora de esfuerzo saca la bala y cubre la herida con unas vendas y vuelve a rociar la anestesia sobre su herida.

Pasaron alrededor de 9 horas, ya era una nueva mañana, los pájaros se escuchaban muy cerca, la brisa fresca de las montañas se respiraba, un leve calor se sentía afuera de la mansión, Alicia poco a poco abre los ojos, confusa y desorientada, ve alrededor de todo el establecimiento donde se encontraba, no sabía dónde estaba, el lugar que recordaba era su bar manchado de sangre y viseras de los mercenarios además del Ser de la Media Noche sentado enfrente de ella. Voltea bien por todas partes y solo llega a ver a una chica muy hermosa, de cabellos blancos como la nieve misma, una piel pálida pero hermosa en su manera, tenia unos ojos color esmeralda muy brillantes aunque tenía unas ojeras debajo de ellas, aún así eso no le quitaba encanto, unos labios rojizos naturales que parecían como cerezas del color que emanaban, bajo un poco más a verla con detalles, no llevaba prendas superiores solo un sostén negro de encaje y los pantalones manchados de sangre aún, ella estaba limpiando un casco, Alicia de repente se asustó y sorprendió a saber que era el mismo casco que el del Ser de la Media Noche, Alicia pega un grito agudo pero ahogado por el dolor de su herida.

-Tranquila Alicia no vengo a hacerte daño- dijo Muerte

-¿Quién eres? ¿Por que estoy aquí?- respondió Alicia agarrándole su herida por el dolor

-Me conoces como El Ser de la Media Noche...pero ese no es mi nombre, me llamo....me llamo...no sé cómo me llamo lo siento, solo sé que me puedes decir Rosse aunque por acá me referirán como Muerte.

-¿No tienes un nombre?- respondió Alicia más calmada pero aún así insegura de lo que pasaría.

-No tengo pasado, así que menos se si tengo padres vivos o muertos, mucho menos una familia, solo sé que tengo a nuestro líder.

-¿Quién es? Debe ser alguien de la ciudad, por qué claro, no estamos nada lejos...¿verdad?- dice esta última parte más nerviosa, ya que aún no le responde en donde se encuentra.

-Mira por la venta y dime ¿ves la ciudad putrefacta dentro de este ambiente sano?- responde Rosse terminando de limpiar su casco y poniéndose un abrigo de cuero negro grueso.

Alicia ve un paisaje que aunque en sus mayores sueños no pudiera imaginar tal belleza y tal color que emanaba el exterior, habían pinos por todas partes, una cascada y un río cerca de donde estaban, el lugar estaba rodeado de bosques y montañas, se podían ver algunas cubiertas de nieve y otras con hermosos árboles rodeándola. Alicia voltea a ver a Rosse extrañada y con curiosidad.

-¿Donde estamos Rosse?

-Bienvenida al lugar donde los guardianes les susurran a los demonios, bienvenida a la mansión de Los Reclamadores.

-¿Porqué le susurran a los demonios Rosse?

-Pues básicamente nuestro poder surge de ellos...no sé si te acuerdes del gas que mato a uno de los mercenarios...pues eso no es un gas, son más de miles de almas guardadas en mi arma y en las armas de mis compañeros lo único que hice fue liberarlas para corromper su cuerpo hasta la muerte.

-Eso es muy sadico- dijo Alicia un poco nerviosa porque recuerda que inhaló un poco de ese humo por accidente.

-Tranquila fue rápido entre comillas-esto lo dice haciendo el gesto con los dedos-Alicia cámbiate y nos vemos abajo.

En esto Rosse salió por la recámara no sin antes ponerse un abrigo de cuero negro y cerrar la puerta para darle privacidad, Alicia analiza muy bien lo qué pasó, siente que el haber inhalado el humo y no haberle pasado nada la hayan elegido, no sabe ni cuál es su misión pero sospecha que no es nada bueno.

El cadáver de una Rosa  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora