Abrí los ojos y el techo agrietado me dio los buenos días. El color beige opaco hacia ver como si fuese la piel de alguien y las grietas oscuras parecían venas exaltadas recorriendo esa pálida piel. Parpadeé un par de veces para acostumbrarme a la escaza luz de la mañana. Nuevamente estaba nublado y se podía escuchar el melodioso sonido de las gotas cayendo por todas partes en el exterior.
— ¡El desayuno está servido, Ness! —Gritó mi hermana asomando la cabeza por la puerta—. Le diré a mamá que apenas estas despertando.
— ¡Largo! —gruñí enfurecida y lanzándole una almohada antes de que se fuera. La almohada golpeó la puerta y seguido cayó al suelo.
Me reincorporé en la cama y encendí mi teléfono. Mis ojos se salieron de orbita cuando vi que eran las siete y cuarto. Salí de la cama de un salto para tomar una ducha, simultáneamente me cepillé los dientes y justo cuando estaba vistiéndome, escuché tres golpes en la puerta.
—Adelante—murmuré con expresión de derrota. Mi madre entró y me miro con una ceja arqueada.
— ¿Navid, no te dijo que el desayuno estaba servido? —tragué saliva.
Mi madre me daba mucho miedo, era muy sería, fría y autoritaria, por lo que trataba de evitar lo más que podía ser blanco de sus llamadas de atención. No soportaba las charlas acerca de la responsabilidad, respeto y obediencia que les debía, pero los reclamos de mi madre no eran nada en comparación a los de mi padre. Treinta minutos de plática no se comparaban con un día completo de reflexión, encerrada en la biblioteca.
—Sí, solo que tenía un poco de indigestión y me fue difícil salir de la cama—me excusé.
— ¿Te cayó mal la cena? —musitó ella suavizando el semblante.
—Al parecer.
—Iremos con James si sigues sintiéndote mal después de la escuela.
—De acuerdo.
Suspiré cuando mi madre salió de la habitación y termine de vestirme con urgencia para después bajar al comedor.
— ¿Estás enferma? —me preguntó Navid mostrando la incredulidad que sentía.
—Así parece—dije viendo de reojo a mi madre, que me servía jugo de arándano en el vaso de cristal. Fruncí la nariz hacia ella y me sonrió burlona.
— ¿Mamá, cuando terminaran con las remodelaciones? —Cuestionó mi hermana llevándose un bocado de melón a la boca—. Mi habitación es un desastre.
Nuestra casa había estado en remodelación desde hacía un mes y los trabajadores habían decidido comenzar con el ático, la habitación de mis padres y la de mi hermana primero. La propiedad fue construida cuando mis abuelos paternos se casaron y eso explicaba perfectamente porque estaba cayéndose a pedazos hasta este punto.
Mis padres estaban tan enfocados en su vida laboral que no prestaban mucha atención a lo que tenían alrededor. No fue hasta que una gran cantidad de agua acumulada en el ático les cayó encima un domingo por la mañana, que decidieron hacer caso a nuestras sugerencias de remodelación —mi abuela les había dicho en varias ocasiones que lo hicieran cuando aún estaba con nosotros—. Tantos años de cubrirnos de los fuertes vientos y las constantes lluvias que son bastante típicos del Black Forest County, merecían un poco de atención, trabajo y empeño.
—El techo de mi habitación parece prematuramente decorado para el día de Halloween—añadí. Mi madre me miró con los ojos entrecerrados.
—Nessa, sabes perfectamente que primero tienen que terminar el ático, nuestra habitación y la de Navid; y posteriormente será la tuya.
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Touching Hell (EXO Chanyeol)
ParanormalPrólogo. Hay muy pocos recuerdos que tengo sobre mi abuela, pues murió cuando apenas tenía 8 años y muchos de esos maravillosos momentos se desvanecieron con el pasar de los años, solamente perduraron en mi mente aquellos que constantemente se repe...