Me sentía distinta, viva, como una niña. Supongo que eso es lo que se siente cuando estas enamorada, cuando no hacen falta palabras y solo un beso basta para transmitir tantos sentimientos imposibles de explicar. Pero claro, no todo puede ser perfec...
-¿Estas con él? No puedo evitar preguntar. Me cabrea, me vuelve totalmente loco. -Dave... -Necesito que me lo digas, Liv. -Si. Estoy con él.-Le tiembla la voz. Intento respirar hondo, tranquilizarme. Sobretodo intento no quitarme el monton de cables que tengo conectados a mi cuerpo y ir a casa de ese hijo de puta. -¿Por qué lo has hecho?-Pregunta con lagrimas en los ojos. Sé que se refiere al tema pastillas. -Quería dormir.-Miento.
Tres días después..
-¿Como te encuentras? Mi psicologo está aquí. Es uno de los más jovenes de este hospital, y el más cabron. Sabe como hacerme hablar. Estoy seguro que no le faltan tias. -Bien. Quiero irme a casa. -Te daré el alta mañana si me cuentas la verdad. -¿Que verdad?-Sonríe ironicamente mientras me enseña un bote de pastillas.- Joder, que pesados estáis con el temita. -Es por ella, ¿verdad?
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-Ella es la razón por la que me despierto todos los días y también es la razón por la que no me quiero levantar. -¿Que sentias esa noche? -Rabia. La vi con...ese tio. No pude... -Dean me ha dicho que solo querías dormir. A mi no puedes mentirme. Me esta poniendo malo. -Que cojones quieres que te diga? ¿Que no quería despertarme? -Quiero que me digas la verdad. -¿La verdad? Bien. Ojala nunca me hubiese despertado, ojala me hubiera tomado más pastillas y ojala no hubieran aparecido a tiempo. Ahí tienes la puta verdad. -Muy bien.
