Quería tener este tipo de sueños felices por siempre, no se en realidad que soñé pero sé que fue algo hermoso, hermoso como la morena que se que encontraré en mis brazos cuando abra mis ojos. Pero aún con los ojos cerrados empecé a sentir como la pequeña junto a mi empezó a moverse en mis brazos dándose por completo la vuelta, podía sentir su respiración en mi boca, y sentía como peinaba los cabellos que tenía en mi cara. Sentía como con sus labios iba trazando un camino a los míos, DIOS! Despertar así se me haría una maravillosa costumbre.
Ella seguía rozándome sin aún besarme y yo estaba muriendo en sus brazos con un calor que atravesaba cualquier barrera entre mis piernas.
-se que estás despierta- dijo con una voz ronca y sexy
- lo estoy desde hace mucho pequeña, pero no quiero abrir mis ojos y dejar que hagas lo que estés haciendo- baje mis brazos de su cintura a su trasero, empecé a hacer ciertos masajes que me encantaban y sentía como a ella también le empezaba a gustar a mis cariños - no quiero que me alejes más Camz- dije un poco triste, recordando por completo el día anterior.
Pude sentir como dio un largo suspiro, supe lo que vendría, ella se iría otra vez. - es difícil Lauren- dijo seria.
Genial! Un aplauso para Lauren que ya es una maestra en matar los mejores momentos.
-bésame por favor- dije aún con los ojos cerrados - iré a tu tiempo, pero bésame- casi suplique, Camila tenía mucho poder sobre. Yo nunca rogué por nada.
- siempre - y con esa palabra sello mis labios, volviéndolo algo brusco, podía sentir como su respiración estaba más pesada y maldición como me encantaba su aliento a estas horas. Pasó una de sus piernas encima mío y entendí que quería el poder, la jale encima mía, ella ya no se podría escapar de este momento tan sexy. Mis manos estaban aferradas a su gran trasero patentándolo con ganas, quería que sienta toda la necesidad que tenía de ella, nuestras bocas luchaban por demostrar quién podía besar más, nuestras lenguas y dientes peleaban por un lugar adelante también. Sentía como Camila perdía el control y me encantaba yo iría al ritmo que ella quiera. Mis manos empezaron a tener aún más vida, quería recorrerla por completo, toque un poco más abajo de su trasero sintiendo el calor de su entrepierna.
- Lolo...- suspiro en mi boca sin dejar de casi jalarme de una forma muy sexy mi cabello y sin dejar de besarme casi sin respirar
- Maldición Camz - no quería respirar nunca, está sería mi nuevo hogar
Pero como todo cuento de hadas este debía tener un fin. El celular de Camila empezó a sonar en el peor momento, sentí como ella casi se paralizó y pasó todo su cuerpo encima mío para llegar al teléfono que estaba en la mesa de noche.
- hola? - dijo muy seria para la situación en la que si encontrábamos, yo tenía sus senos en mi cara y mis manos ahora estaban en su cintura, no pude evitar dejar salir una sonrisa y permitirme oler su piel.
- si, soy yo. Ya la encontraste? - preguntó muy rápido, y cuando sintió mis besos me miró con cara d e muy pocos amigos, entonces entendí que había vuelto la Camila de hace unos días. Y realmente que alguien aunque sea ella misma me corte el rollo tan caliente en el que estábamos y de esa forma me enfurecía. Camila me gustaba pero no sería un perrito faldero. En estos segundos no me importaba en lo absoluto de que se trataba esa llamada.
- si, si. Aquí estoy, lo siento - se perdono por los segundos qué pasó mirándome. Quién rayos sería, para que ella cambiara así, pero no me quedaré para que me lo explique. Me moví debajo de su cuerpo y salí de la cama, sentí el frío del piso bajo mis pies y eso me puso aún de un humor peor. Entre al baño para darme una ducha pero seguía escuchando la conversación de Camila.
- mándame la dirección y yo misma iré a ver si es ella - dijo algo molesta -te estabas tardando demasiado para todo lo que te pago- casi peleaba con alguien, a quién iría a ver? Dijo ella, así que definitivamente era una mujer ! Ella era la que tenía novia? Habré estado de idiota todos estos días? Porque mierda no puedo dejar de suponer cosas?
- nos vemos- al parecer colgó y podía escuchar hasta el baño el gran suspiro que dio. Me metí muy veloz a la ducha, necesitaba un baño muy frío, aún podía sentir la excitación y la frustración en mi sistema, hasta quizá un ligero dolor de cabeza.
Sentí como la puerta del baño se abrió, y maldeci no tener seguridad en el baño. Ella estaba tras la cortina de la ducha, podía ver su silueta pero yo no diría nada, estoy cansada de sus cambios de actitud, hasta casi sus malos tratos. Díganme engreída o niña pero no estoy acostumbrada a desplantes, yo los doy no me los dan a mi.
- Lauren... tengo que irme- dijo con un timbre de voz que no conocía
- lo se, no estás obligada a estar aquí Camila- realmente quería que ella sintiera un poco de mi rabia - cierra la puerta al irte, y por favor no aparezcas en la noche afuera de mi casa para pedir disculpas de nuevo- no podía parar
- dijiste que irías a mi ritmo- dijo muy bajo
- a tu ritmo peor no a tus malos tratos, nadie me trato así, vete por favor- pedí
- si sabes que estás actuando como una niña verdad?- se burlo
- lárgate con quién sea que estabas hablando- escupí
- vete al demonio Lauren! - gritó tan cerca de la cortina, que casi resbaló.
Ahora sí se acabo todo, adiós al cuento de hadas y los buenos momentos. Bienvenida depresión. Esa mujer me gustaba demasiado pero no lograba entender sus estados de ánimo, me gustaba tanto está mujer pero era tan difícil todo, era difícil entender yo misma que me gustaba una chica cuando todo el tiempo fueron chicos y me costaba entenderla a ella.
Termine mi ducha más pronto de lo que creí.
Salí desnuda del baño aún con rabia en mi, podía verlo en mi espejo. El color de mis ojos eran oscuros, mis manos estaban en puños sacando las venas hasta mis brazos. Me sentía tan frustrada, en todos los aspectos, y tenía que quitármelo rápido!
Tome una minifalda negra una camisa sport blanca suelta, deje el brasier en su cajón y me puse unas converse. En estos momentos no estaba pensando pero quería quítame la calentura que me dejo Camila, quería demostrarle que no tenía que rogar a nadie, que siempre seré primero yo y después yo!.
