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Era un día frío, me estaba congelando mientras hablaba con mi mejor amiga. No pude evitar cortar la conversación para contarle lo que paso mientras lágrimas bajaban por mis mejillas.
Ella me sonrío con ternura y me abrazo. Me dejó llorar hasta que ya no pude más, y maldije el amarte tanto.

Me aconsejó hablar contigo sobre eso, que te preguntara porque hacías eso, le dije que lo haría. Me abrazo de nuevo y me obligo a entrar a clases.

Ese día, al salir del liceo, tu estabas saliendo de la universidad en tu auto, me pediste que subiera y lo hice, tenía que hablar contigo. Cuando entré besaste mi mejilla a modo de saludo.

-Hola mi amor.

-Hola... ¿Podemos ir a un sitio tranquilo para hablar? -Ya me habían visto entrar en tu auto antes y no me importaba mucho pero no quería que se quedaran viendo.

Asentiste enseguida y arrancaste el auto, fuimos a una especie de bosque fuera de la ciudad. No recuerdo lo que hablamos, la verdad sólo recuerdo haber discutido contigo e ignorarte por un rato y recuerdo también que, un rato después, estaba sobre ti, en la parte de atrás de tu auto besándonos.

IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora