Capitulo 10

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Hermanos

Matthew

Después de una larga semana de estudio y un gran día al lado de Ángelo y Thomas, estoy preparando mi maleta para el paseo de bienvenida que será en dos días, me emociona ir a Miami por unos días, me alegra poder alejarme de las reglas y las críticas de mi padre por un par de días, aunque me angustia un poco dejar a mi madre lidiando sola con él.

Busco todo lo que necesito y empiezo a guardarlos en la maleta, al final decido empacar un par de libros también, quizás tenga algo de tiempo para leer y siempre es mejor tener un buen libro a la mano para matar cualquier aburrimiento.

Cuando ya tengo todo listo, me acerco a la ventana y empiezo a mirar las estrellas, al poco rato veo que el portal de los Rizzo se abre y el auto de Ángelo sale a la calle y acelera, me imagino que ha decidido ir a dar un paseo luego de un largo día de estudio y toda una tarde de películas de acción en casa de Thom.

Ángelo y yo nos hemos hecho muy cercanos, es agradable estar a su lado y charlar con él, me doy cuenta que es diferente al resto de los chicos de la preparatoria, no es superficial y no le afecta que los demás sepan que se esfuerza en clase, no trata con deferencia a las personas que son de otra clase social, es amable y sincero, habla mucho de su misteriosa hermana y siempre que lo hace sonríe con amor, se ha ganado el absoluto cariño de mi madre con su forma de ser y parece que su hermana también, mi madre habla maravillas de la señorita Rizzo aunque es raro que siempre evita por completo mencionar su nombre y cuando le pregunto cómo se llama cambia de tema.

Decido que yo también necesito un poco de aire fresco, así que me coloco una camiseta ancha y un jean, tal vez vaya a jugar un rato a la cancha de Fairchild, lo hago con frecuencia, cuando me siento encerrado o presionado en casa, simplemente me dirijo a la preparatoria y dejo que mi cuerpo fluya y se libere en la cancha de fútbol, otra de las ventajas de ser parte de The Shadows.

Enciendo mi auto y la voz de Shawn Méndez llena el silencio, empiezo a cantar y luego cambio la marcha y arranco, el camino es tranquilo y sin prisa, dejo que las canciones pasen y me encuentro completamente relajado y feliz cuando llego a la preparatoria, el portero me deja pasar cuando le muestro mi credencial y para mí sorpresa encuentro el auto de Ángelo estacionado allí, estaciono el mío a un lado y me bajo sonriente al saber que él también está aquí, tal vez podamos jugar un rato juntos.

Coloco el seguro y luego hago mi recorrido hacia la cancha de fútbol, cuando estoy cerca escucho antes de ver, el movimiento de pasos corriendo por la cancha y luego risas, me detengo, la risa de Ángelo no es la única en el lugar sino también una risa femenina, eso me intriga enormemente.

Camino lentamente y me ubico detrás de unas gradas, puedo observar toda la cancha desde aquí, pero la oscuridad me permite ver sin ser visto; me siento como un espía.

Hay dos personas en la cancha, corriendo de un lado para el otro intentando derribarse mutuamente. Un hombre y una mujer. Los dos usan camisetas idénticas excepto por el número grabado en la espalda. Tienen los cascos puestos por lo tanto no puedo ver el rostro de ninguno de los dos, pero noto que ambos tienen el apellido Rizzo en sus camisetas, así que me preparo para conocer a la hermana misteriosa de Ángelo; a mi cabeza viene la frase de redes sociales "vine buscando cobre y encontré oro".

Luego de un rato de juego, se detienen para tomar aire y descansar los músculos, la chica se estira y la camiseta se levanta un poco dejando ver un abdomen plano, volteo el rostro para otro lado con tal de no tener malos pensamientos que incluyan a la hermana del que se está convirtiendo en mi mejor amigo.

— Parece que aún estás en forma, Nerd — Dice Ángelo.

—Claro que sí idiota, me has obligado a hacer tanto ejercicio contigo que es imposible no estarlo— dice una voz que reconozco de inmediato, es Brina.

Tenías Que Ser Tú (Amor I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora