Capítulo 09

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Extrañamente el clima de aquel día se sentía tan denso y pesado, el joven de ojos grisaseos miraba atento hacia el cielo, no le gustaba como todo se estaba tornando, hecho un pequeño vistazo a tu tripulación que parecía despreocupado por la situación,sabía que ellos no estaban del todo conciente de lo que se avecinaba.

-Se acerca una tormenta.- el capitán miro a su hijo, a pesar de que sabía que no hacía falta mencionarlo porque podía estar seguro que su hijo ya estaba conciente de la situación aún así quiso mencionarlo.

-Será mejor que nos preparemos, ¿donde está Miu?.- pregunto al no poder divisarla.

-En la cocina con Aaron. Iré a dar las órdenes para prepararnos.

Mientras cada quien tomaba su lado, William no podía evitar sentir aquel mal presentimiento, entró a lo que era la cocina y observó como su esposa pelaba algunas patatas para lo que sería la comida, se acercó a ella y noto como dejaba su trabajo a un lado para saludarlo.

-Se acerca una tormenta.- comentó el joven sentándose a un lado para poder ayudarla en su trabajo.- Parece ser que la veremos algo dificil, así que me gustaría que permanecieras en la habitación.

-Como desees.- a pesar del tono de voz amable y apacible de William, sabía que aquello había sido una orden firme que sin importar lo que pasará ella tendría que acatar.- ¿Como sabes que se acerca una tormenta?.

Pregunto la joven con curiosidad, le sorprendía lo mucho que había estado aprendiendo los últimos días gracias a William, incluso se atrevió a pensar que había aprendido más que en su propio hogar, el saber de la existencia de cosas que eran poco conocidas para los demás la hizo sentir una nueva emoción, era como emoción combinada con un orgullo algo presumido, se mantenía atenta a cualquier comentario y enseñanza del joven, pues cada palabra le era como si de un importante secreto se tratara.

-Creo que sería algo difícil de explicar.- confesó el joven sin dejar de pelar la patata.- desde que tengo memoria siempre e tenido más una vida en el mar, supongo que es más una intuición.

-Eso significa que no podré aprenderlo.- comentó la joven con decepcion, el joven al notarlo le sonrió.

-Claro que puedes aprender, supongo que es más fácil mostrarlo que explicarlo. Pero creo que podría hacerlo en otra ocasion, la tormenta que se avecina y en verdad parece muy peligrosa, es mejor mantenerte a salvo.

Algo que la joven rubia había notado es que William a pesar de ser muy liberal y expresivo, era demaciado sobreprotector con ella, la única persona con el cual ella podría hablar libremente era el Capitán y Aaron, sin embargo con los demás tripulantes era otro caso, cuando se acercaban a hablar con la joven, William estaba presente incluso el joven la mantenía a una distancia prudente de los tribulantes, ya incluso tenía un lugar designado para comer lejos de la tripulación donde sólo Aaron y su esposo eran la compañía, suponía que aquella medida la había tomado desde aquellos comentarios incómodos que habían realizado sin malicia alguna anteriormente sus hombres.

-Se acerca una tormenta.- informó alarmado uno de los tripulantes llamando la atención de ambos jovenes, William se levantó de su lugar y ayudó a que la joven se levantará para después escoltarla a su habitacion. La joven rubia miro hacía el cielo en busca de alguna señal, pero ella sólo observaba el cielo despejado.

-El viaje se tornara algo especial.- comentó William tratando de relajar a la joven.- En cuanto pase el peligro te infórmare.

-De acuerdo.

Una vez que la puerta de cerro Miu sintió como el barco tambaleo, miro hacía la pequeña ventana aquel azul cielo tan despejado había desaparecido en un par de segundos para ella.
La tormentaba estaba comenzado a jugar con el barco, provocando que se balanceara sin parar, cada tripulante estaba atento en su asignación pero aún así no era suficiente para la magestuosa tormenta, que con sus olas golpeaba el barco sin compasion alguna mientras que el viento agitaba sin parar las velas de este, pero aún con todo el peligro los tripulantes sonreian, querían demostrarle a la madre naturaleza que nada ni nadie los detendría en su camino de regreso a casa, querían convertir aquella sonrisa confianzuda en una de victoria, pero lamentablemente era los únicos con una actitud tan positiva. Miu no dejaba de tropezar contra el suelo de madera cada vez que el barco de movia con o sin violencia, las cosas caían sin parar, convirtiéndose en todo un agobio para la joven, no sabía como actuar en tales casos y eso la frustraba por completo, soltó un pequeño grito al caer violentamente contra el suelo y en su mente solamente podía darse a la imaginación como estaban las cosas afuera.

A un Océano de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora