Capitulo 22.

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Habían transcurridos varios días, incluso una semana desde que los cazadores fueron a la mansión Leto

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Habían transcurridos varios días, incluso una semana desde que los cazadores fueron a la mansión Leto. Pero existían algunas razones por las que ni Emma, ni Bryan no les hayan querido mencionar aquella pequeña visita a Jared hasta esa tarde del sábado. Una de esas razones era el miedo, y la otra era la lealtad.

A Bryan le asustaba decirle a Jared sobre su procedencia familiar por el miedo de que él fuera a decirles a sus hermanos sobre su paradero, pese a que la hechicera afirmó reiterada veces que Jared jamás cometería tal traición, pues él protegía a su gente así tenga que mentir para ello.

Por su parte, Emma, que en todo ese tiempo fue la primera en involucrarse en la transición de Bryan, se vio obligada a guardar aquel secreto porque el joven vampiro le hizo prometer que no le diría nada al rey. Pero al pasar los días llegaron a la conclusión de qué tarde o temprano tenían que decírselo, antes de que los hermanos Hunter volvieran a la mansión a interrogar a Jared, o peor, que fueran a por Bryan.

— Déjame entender, ¿Tú eres un Hunter? ¿Y tus hermanos te están buscando? — Comentó Shannon con incredulidad.

Shannon Leto se encontraba en esa reunión, al ser el príncipe de la familia Leto. Lo normal hubiese sido, que Jared hubiese ocupado ese título, al ser el hermano menor. Pero luego de lo que pasó con la madre Leto, Shannon fue rebajado a Príncipe nuevamente; Titulo que se les da a los herederos legítimos del monarca. Por lo tanto, Jared fue nombrado rey, de modo que los hermanos Leto debieron invertir sus roles.

Por otro lado, hijos fuera del matrimonio real, no eran tomados en cuenta, y ese era el caso de Robert Greenwood, quien pudo haber sido el siguiente al trono, si no fuese porque éste sólo fue hijo de Constance y de un vampiro plebeyo, con el que le fue infiel al Ray Leto cuando éste decidió actuar como un incúbu en su época de mando antes de que lo descubrieran y lo derrocaran.

— Así es, señor. — afirmó Bryan avergonzado.

— ¡Genial! — Exclamó Shannon soltando una risotada. — Hechiceros, licántropos, Eternos. Te faltaba la guinda de la torta, hermanito, un cazador de vampiros convertido en su propia presa. — Reprochó el baterista. — Cuando la mansión Leto no podía parecer más un circo Freaky, tenías que añadirlo a él para variar. — finalizó apuntando a Bryan.

— Yo no soy un cazador, sólo mis hermanos y mis padres lo son. — se defendió Bryan.

— Ya hablaremos de eso — interrumpió Jared poniendo una Palma hacia arriba. En seguida, se dirigió a su asistente. — Se supone que estábamos ocultos bajo un hechizo.

— Sí estábamos ocultos. — Respondió Emma. — Pero sólo ante los ojos humanos.

— ¿Y dices que testigos vieron como desaparecieron Bryan y Esperanza?

— Sí, es lo que aseguraban los cazadores esa noche.

— Por supuesto. De seguro había otras criaturas de la noche en el aeropuerto.

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— O hechiceros. — añadió Emma. Enseguida, se acercó aun más a él y le murmuró al oído en un tono suplicante. — Jared, no lo podemos dejar sin protección. Los Hunter pueden volver, y tarde o temprano se darán cuenta d que está aquí. No podemos permitir eso.

— Tú estás a cargo de los recién convertidos, Emma ¿Que sugieres?

— Quisiera tenerlo aquí.

— Entonces, regrésalo a La habitación Blanca.

— No. Esa definitivamente no es una opción. No hay razón para que lo sigamos torturando, él ha avanzado en su autocontrol en muy poco tiempo, y estoy segura que no necesita volver a La Habitación Blanca

— Pero te guste o no, debemos sacarlo de aquí. Al menos por un tiempo, hasta que su familia dejen de venir y lo busquen en otro lado. — indicó el rey.

— Un momento... — intervino Bryan al escuchar la conversación — ¿Están diciendo que me tengo que ir?

— Sólo por un tiempo. — dijo Emma tranquilizándolo

— Bueno, entonces que tal el club. — Intervino Shannon — ¿no se supone que ahí acoges a los desamparados, Jared? Además, recuerdo que dijiste que le cambiaste el nombre a "el refugio" para que entendamos el concepto de ese lugar.

— Extrañamente, estoy de acuerdo con Shannon. — Dijo Jared. — Ahí estarás a salvo, Bryan. Los humanos no pueden entrar a ese lugar a menos que sea invitado por alguna criatura de la noche.

— Está bien — respondió Bryan. — Lo acepto... mis hermanos jamás me podrán encontrar.


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Y mientras aquello ocurría en el despacho de Jared

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Y mientras aquello ocurría en el despacho de Jared. Las cosas en el resto de la casa seguían su curso natural.

Eran casi la diez de la noche. Tomo se encontraba con Stevie en el salón de música, Sheila se hallaba en su dormitorio viendo televisión abrasada a una almohada sobre su cama, Esperanza dormía profundamente desde hacía una hora, y Natalie estaba en su habitación, dibujando en un cuaderno sobre su escritorio.

Ojos NocturnosWhere stories live. Discover now