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13 de Noviembre del 2017 6:35 pm

El entrenamiento de Kendo de ese día concluyó, Hyunwoo pulía los suelos de madera borrando las marcas de pies y gotas de sudor. Hoseok tomaba un baño solo en las regaderas, le fue relajante al tener el agua fría resbalando por su cuerpo, medio adormilado mantenía el equilibrio apoyándose con un brazo a la pared, cerrando sus ojos concentrándose en el sonido del agua que fluía.

Hyunwoo secaba su sudor con las mangas del keigoki, ahora los pisos brillaban tanto como su frente, sintiendo la necesidad de darse una ducha lo más pronto posible, algo le detuvo al entrar a los vestidores al escuchar el ligero ruido de las regaderas, ¿nervios? ¿Ansiedad? Estaba acostumbrado a bañarse con otros chicos, ¿qué era diferente en esta ocasión? ¿Tal vez el familiarizarse con alguien aparte del entrenamiento? no, no llegó experimentar esa sensación cuando salía con Jooheon y Kihyun, se desvistió sintiendo como su corazón se inquietaba.

Avalentado, decidió entrar a las regaderas intentando enfocarse al suelo, "vamos hombre, no puede ser tan difícil". Levantó la mirada y rápidamente volvió a bajarla, "tan blanco... ¿es siquiera real?", dispuesto a abrir una regadera lo bastante alejada de ese chico este cerró la llave, "¡muy bien! Terminó", sintiéndose aliviado. Hoseok envolvió su cintura con una toalla, que para desgracia o fortuna de Hyunwoo, este no se dirigía a la salida, sino hacia él con pesadez. Indicándole que bajara la cabeza, puesto que Hyunwoo era algunos centímetros más alto, susurrándole al oído, el moreno le escuchaba atento.

— Pude darme cuenta durante el entrenamiento, —le respondió mirándole a los ojos— ¿Crees poder esperarme?

Hoseok asintió.

—Mi habitación está arriba del dojo, —Hyunwoo le apartó los cabellos negros mojados de la frente, — Espera un poco a fuera.

Hoseok asentía nuevamente.

...





—Gh... ah... — Hoseok respiraba entrecortadamente cada vez que su cuerpo era empujado, — d-despacio.

—Estas... demasiado tenso, — Hyunwoo deslizaba sus dedos sobre la piel de la espalda del más blanco, inclinándose sobre su cuerpo— relájate, tienes... que relajarte.

—M-me duele... —Hoseok ocultó su cara entre la almohada mordiéndola para ahogar sus gemidos, —estas, lasti-mándome.

—Estoy siendo cuidadoso, —decía el moreno colocando sus manos sobre la parte baja de la cadera del pelinegro, — respira profundo... y relájate.

Hoseok podría jurar que perdería la cordura, su corazón latía con fuerza, cerró sus ojos y apretó los dientes al sentir todo el peso de Hyunwoo ascender por toda su columna, sonando uno que otro hueso.

— ¿Cómo te sientes? —Preguntó Hyunwoo sentándose a la orilla de la cama limpiando sus manos del resto del ungüento para dolores musculares.

—Diablos, pensé que ibas a romperme, —con la mirada perdida Hoseok asomaba su rostro por la almohada, —aunque me siento mejor.

—Te dije que sería difícil ser entrenador y practicar kendo al mismo tiempo, — Hyunwoo negaba con la cabeza.

— ¿Qué dices? Fortalezco mi cuerpo para las batallas — Hoseok se sentó a su lado moviendo sus hombros.

—Por una parte ganas ataque y defensa, y por otra pierdes rapidez, estabas tan rígido hoy — Hoseok cubrió su torso con la playera negra que antes llevaba puesta, bastante ajustada para marcar su bien trabajado cuerpo, el moreno levantó una ceja y comenzó a apretar el brazo más próximo del blanco — estás evolucionando, como un pokemon.

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