MATTER OF TIME

CINCO

LA

Acaricio el cómodo algodón de la cama y sonrió sin dientes al sentirme tan relajada internamente. Hacía mucho que no dormía tan bien. Intento estirar los brazos pero un obstáculo me lo impide. Miro hacía donde mi cabeza está apoyada con miedo a lo que me encontrare; y, definitivamente, es mucho peor de lo que me esperaba.

Siento como mis latidos se aceleran. ¿Qué hago, que hago?

Me incorporo un poco, pero él sigue sin soltarme. Tiene una expresión neutra y respira con tranquilidad. Es guapo, sí, pero no tanto como Axl, o incluso Kurt. Y su carácter odioso hace que se vea peor.

Abre los ojos lentamente y frunce el ceño.

- Vaya, ha sido genial verte sin ninguna arruga en la frente. - le digo en broma para sacarle hierro al asunto. - ¿Puedes... soltarme?

Me mira con confusión, no obstante parece entenderme porque sale de la cama y se pone recto de un salto.

Abre las cortinas y yo me tapo la cara como si la vida me fuese de ello.

- ¿Qué puta hora es? - se lleva la palma de mano a la cara y se da un golpecito en la frente. - Mierda, vístete, tengo ensayo.

Pestañeo unas cuantas veces y bostezo.

- Buenos días para ti también.

Me acribilla con la mirada y recoge una prenda de suelo cualquiera para ponérsela. Ahogo una mueca de asco.

- Eso no es muy higiénico, Mckagan.

- ¿De dónde crees que saque esa camiseta, muñeca? - me dice sarcásticamente mientras mira la camisa que tanto me gustaba.

Saco la lengua dramáticamente y me levanto de la cama. Con lo bien que olía.

- Es Well.

Me mira confuso.

- ¿Qué?

- Me apellido Well.

Asiente lentamente y sacude la cabeza intentando volver a lo que iba.

- ¡Meeg! - grita Duff abriendo la puerta.

Oigo otro grito por parte de mi amiga.

- ¡¿Puedes traerle algo de ropa a la niñata?! - frunzo el ceño - ¡Y que no sea de zorra, si pude ser!

¿Por qué no puedo llevar ropa así? No me gusta, pero él no puede decirme que hacer.

Me cruzo de brazos.

- ¡Da igual, como si es una mini faldilla! - grito yo con los brazos cruzados, provocándole con la mirada.

Duff se gira para mirarme y parece que va a decir algo, pero la rubia aparece por el umbral de la puerta esbozando una sonrisa al verme.

- Oh, no te preocupes, encanto, tampoco le iba a hacer caso.

Me lanza unas prendas y yo las cojo al vuelo.

Duff levanta las manos en signo de paz y suspira seguramente reprimiendo algunos insultos.

- Que os jodan a las dos - Vaya, pues no. -. Y tú date prisa o te dejo aquí. - me señala y luego se va enfadado cerrando la puerta de un portazo.

Ruedo los ojos y me saco la camiseta sin ningún pudor a que Meegan me vea. Ella levanta las cejas y recorre mi cuerpo.

- Madre mía, ojala yo estuviera así. - dice con clara admiración en la voz.