Algo se posó en mis labios, haciendo que me despertara de mi dulce estancia durmiendo.
+¡AY JESÚS!¡QUÉ SUSTO!
-Buenos días enana.-Dijo entre carcajadas.
Le devolví otro beso y volví a hablar.
+¿Y qué haces aquí? ¿Cómo has entrado?
-Darte los buenos días pasando y pasando por la ventana.-Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
+Te podías haber matado,tonto.-Dije con una sonrisa que había sido contagiada por la suya.-Dios, ¿has visto que pintas y que cara tengo?
-Que mas dá, si voy a verte así todos los días de mi vida.
No sabía que decir, me dejó sin palabras. Quien iba a pensar que sería tan romántico. Y es que me encantaba.
Me fijé y llevaba una camisa ancha que me llegaba empezando el muslo,y debajo solo llevaba las bragas. Que vergüenza, a ver como me levanto yo ahora.
-Vamos,levantate que nos vamos.
+Ya,ya voy, gírate.
-Solo es un pijama,eh.
+Que te gires he dicho
Se giró, o al menos pensaba yo. No podía haberme puesto otras bragas,no,las de Bob Esponja. Viva el karma.
Llegué al armario y cogí la ropa.
-Oye, que a mi Bob Esponja me encanta.-Dijo entre risas
+¡Seras tonto!.-Dije mientras cojía un cojín de la cama y se lo tiraba a la cabeza.
-¡Ay!.-Dijo riendose.
Al final acabamos los dos riéndonos, hasta que las risas, acabaron en besos.
+Y ahora salte, que me voy a cambiar,anda.
Dicho esto, salió por la puerta.
Me puse unos pantalones vaqueros, con una camisa por dentro y abombada, en color verde agua, xon letras en blanco,que,sinceramente,no me he parado a pensar en qué significa. Me peiné y me eché rimel y raya.
Bajé y estaba él en el salón, sentado en el sofá con mi hermano pequeño en brazos, y haciéndole tonterías.
Me acerqué a él sin que se diera cuenta y le susurré al oído:
-Vaya padrazo va a tener nuestro niño.
Él se limitó a sonreir,dejando a un lado a mi hermano y levantandose para irse conmigo.
Me rodeó con su brazo mientras yo rodeaba su cintura con el mío.
Entre risas,besos, mini enfados finjidos, llegamos en seguida a una especie de parque, donde detrás de un banco había algo tapado,que no conseguía saber que era.
Nos sentamos en el banco y cogió lo que había dentro de el trapo.
-¿Qué es eso?
+Compruebalo tú misma.
Quitó el trapo y pude ver lo que era
-¡AY! ¡OREOS! ¡QUÉ RICAS!
+Te vas de tu casa sin desayunar y pues te tendré que dar de desayunar ¿no? y qué mejor que unas oreos.
Y tenía razónSolté una carcajada y él abrió el paquete de oreos mientras se reía.
-Abre la boca
+No,no,tú primero