Capítulo 4: Beauxbatons y Durmstrang

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Pasó ya un mes  y las escuelas mágicas Europeas no tardarían en llegar.

El profesor Binns, nos mandaba redacciones todas las semanas sobre las revueltas de los duendes del siglo XVIII: el profesor Snape nos obligaba a descubrir antídotos, y nos lo tomamos muy en serio porque había dado a entender que envenenaría a algún alumno para saber si el antídoto funcionaba; el profesor Flitwick nos había ordenado leer tres libros más como preparación a su clase de encantamientos convocadores.
Hasta Hagrid nos cargaba con un montón de trabajo. Los escregutus de cola explosiva crecían a un ritmo sorprendente aunque nadie había descubierto todavía que comían. Hagrid estaba encantado y, como parte del proyecto, nos sugirió ir a la cabaña una tarde de cada dos para observar los escregutus y tomar notas sobre su extraordinario comportamiento.

- No lo haré- se negó rotundamente Malfoy cuando Hagrid le propuso aquello con el aire de un Papá Noel que sacaba de su saco un nuevo juguete -. Ya tengo bastante con ver esos bichos durante las clases, gracias.

De la cara de Hagrid desapareció la sonrisa.

- Harás lo que te digo - gruñó -, o seguiré el ejemplo del profesor Moody...Me han dicho que eres un hurón mágico, Malfoy.

Los de Gryffindor estallaron en carcajadas. Malfoy enrojeció, pero dio la impresión de que el recuerdo del castigo que le había infligido Moody era lo bastante doloroso para impedirle replicar y no pude evitar hablar.

- Está bien que por una vez por todas le plante cara a uno de sus alumnos más revoltosos profesor, pero no amenazando con un castigo tan doloroso y que no se permite según Dumbledore y la profesora McGonagall. No me gustaría informarles a ellos sobre esto - Comenté todos me miraban sorprendidos, Gryffindor con rabia y Slytherin con orgullo, pero Malfoy me miró más que sorprendido por haberle defendido. No nos llevábamos muy bien pero yo no estaba en ningún bando, solamente no me gustan las injusticias.

Que se note que soy Slytherin.

- ....¿Me está amenazando....? -

-¡No!, ¿Cómo cree...?. Solamente dije que no me gustaría informarles a ellos, si me disculpas Hagrid me tengo que ir.
Hagrid no contestó y asistió.

El trío de oro me miró decepcionados.

Cuando llegué al vestíbulo, no pude pasar debido a la multitud de estudiantes que estaban arremolinados al pie de la escalinata de mármol, alrededor de un gran letrero.
Iba a ponerme de puntillas para poder llegar a ver lo que ponía pero una mano me lo impidió y me leyó en voz alta el cártel.

TORNEO DE LOS TRES MAGOS.

Los representantes de Beauxbatons y Durmstrang llegarán a las seis en punto del viernes 30 de Octubre. Las clases se interrumpirán media hora antes.
Los estudiantes deberán llevar sus libros y mochilas a los dormitorios y reunirse a la salida del castillo para recibir a nuestros huéspedes antes del banquete de bienvenida.

- Vaya, solo queda una semana - comenté a la persona que me había leído todo, Malfoy.

- Sí, por cierto esto es raro pero quería darte las gracias por defenderme...todos de rieron menos tú, pensaba que estabas de parte del Trío de Oro.

- Yo no estoy departe de nadie y solamente defiendo las injusticias, y no hay de que Malfoy.

- Pareces una Hufflepuff...- Me contestó un poco asqueado - Pero a lo que iba, gracias por defenderme y como agradecimiento me gustaría invitarte a la fiesta que organizo en Navidad en la Mansión Malfoy. A mis padres también les gustaría conocerte, según me han dicho el ministerio no para de hablar de ti y de sus habilidades. Eres una persona curiosa...Sayre.

Carla Sayre y Cáliz del fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora