フェチ O C T - KINKTOBER 2018 [Detroit Become Human]

¿Por qué volver?

  Aquí, reportándome tardísimo, la universidad es prioridad.

El cronograma indica hoy jugando a médicos, pero como el reto de ayer lo hice muy metafórico, en esta ocasión plantearé un escenario literal. :)

Sorry por arruinarles el buen kink porn con historias de fondo, pero ahí vamos.

Descripción: Gavin x Human Nines, Vietnam War AU.

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1 9 7 3 vietnam

"Las estrellas que atraviesan el cielo,

 él las dejó a todas atrás "

Gavin estaba de pie bajo la luz ambarina de la tienda de campaña y la venda parduzca que envolvía su bícep derecho requería cambio. Levantó la mirada hacia el médico que tomó con sus ascépticos dedos la tela sucia. Con los dedos de la otra mano aplicó ungüento extra y decidió sellar la trabajada herida con un último e innecesario vendaje.

Nines lo sabía, pero nunca se acostumbró a dejar a su soldado a merced de una posible infección. Su tacto se movió de la oleosa cura hacia el hombro, de ahí al torso y del torso a la espalda baja. Gavin cerró los ojos ante el beso que recibiría.

Sentía las comisuras de los labios de Nines hacia arriba, mucho más relajadas de lo que pudo apreciar en todos esos años que se mantuvieron juntos en la guerra. Estaba de buen humor, pudo detectar, cuando el joven médico descendió sobre sus rodillas y apoyar su rostro contra la hebilla de sus pantalones de cargo. Gavin no podía evitar estar erecto, el ambiente tibio de Vietnam y su amante buscando comerle la polla eran lo justo y necesario para mantenerlo con necesidades frente a todas las preocupaciones de un joven soldado en una guerra hecha fracaso para su país.

Pantalones hasta los tobillos, con los muslos y manos apoyados en la carpeta de remedios,  Gavin disfrutaba de la lengua de Nines movilizándose sobre la punta de su miembro. Este no descendía a más de la mitad de la longitud, sentirle la garganta probablemente resultase una gran satisfacción para Gavin.

-Si te rasuras a la próxima, incluyo las pelotas.-susurró el médico  y le guiñó el ojo antes de seguir trabajándolo con la boca. Gavin elevó un brazo para morderse la muñeca y omitir sonidos que serían delatores para los que no conocían sobre la dinámica que los amantes solían llevar en la tienda. La mandíbula de Gavin era la cosa más tensa durante esas sesiones de amor.

Nines podía sentirse feliz. Solo era cuestión de que su escuadrón se retirara para volver a su país y, quién sabía, pasar el sexo con Gavin escuchando sus auténticos sonidos, sin restricciones.

La idea lo animó a seguir el proceso. Besó con suavidad la cadera de Gavin y rozó un par de veces su mano contra sus glúteos, dándole a entender lo que quería.

-Ven a mí...-Gavin volteó y quedó a cara con la mesa para luego agitar coquetamente su trasero frente al rostro de Nines, que aún estaba arrodillado apreciando a su compañero. Se levantó y antes de empezar alguna clase de irrupción en el cuerpo ajeno, destapó el tarrito de vaselina que guardaba en un cajón. Siempre gustaba de ayudar a Gavin para que este lo pueda recibir cómodamente.

Colocando una mano en el tórax, Nines sentía todo ese aliento no exhalado de su soldado. Era tan erótico sentir sus ansias, pero no le gustaba dejarlo así de expectante. Como buen cumplidor, se deshizo de sus propias prendas inferiores para así tomar a Gavin y sentir sus pieles colisionar en una escueta palmadita.

-Oh, uh...-eran las expresiones a las que se limitaba la verdadera apreciación que sentían ambos al unirse. Gavin buscó cerrar las piernas un centímetro, siendo disciplinado con una nalgada seca.

-No quiero apresurarme, amor, podrías colaborar con eso.-indicó Nines.

-Pero no puedo controlar mis piernas...

-Eso déjamelo a mí.-dedos contra la cara interior de los muslos de Gavin, Nines abrió las piernas ajenas, apresándolo con un agarre y unas penetraciones más intensas-¿ves? Solucionado.

-Oh, oh... estás cogiendo mi punto débil, Nines. Cúrame, atiéndeme...-empezó a hablar Gavin, sin sentido para cualquier otro que no sea Nines. Quizá estaban desordenando mucho el escritorio, pensó el médico antes de colocarlo de a cuatro sobre una camilla. Pudo cernirse sobre su cuerpo y enterrarse hasta el fondo, darle la pasión relajada y profunda que Gavin requería después de una rutina de ardua lucha. Le iba a dar lo que quería.

Se introdujo de nuevo hasta la base y depositó dentro de Gavin su tibio líquido, gruñendo un "te amo" en su oído. En respuesta, la erección de Gavin se deslizó por sus dedos con la facilidad de haber expulsado su propia corrida en la palma de la mano de Nines. El médico se sacó la bata y tras par de minutos de reposo post orgásmico, dejó a Gavin reposar cubierto bajo esta. Tras acomodarse también los pantalones, fue a ordenar su escritorio. Abrió un archivo que tenía pendiente sobre la mesa, su carta de liberación.

Porque eso era lo que requería su chico de Detroit para burlar su pasado y sus responsabilidades de después de la guerra que ya amenazaban con volver. No quería lo que le esperaba de vuelta al país, ni el compromiso de boda ni el trabajo. 

Por eso Gavin Reed se iba a quedar en Vietnam, en sentido figurado.

Las cosas que hacía por amor eran bizarras, pensó Nines antes de constatar con su sello y firma que Gavin Reed había muerto en el último ataque de la guerrilla vietnamita al campamento. Sin ánimo de ofender, esperaba que nadie lo extrañase ahora que iba a ser solo para él.

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No sé si cuenta como si lo hubiera hecho a tiempo, literal ya es 3, pero solo son 17 minutos de más así que... bueeeno.

Me reportaré más tarde con el siguiente reto. :)