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— Bien chicos esto es lo que tenemos — habló la linda Elizabeth con su nuevo corte de cabello. Puso una fotografía en la pantalla sujeta a la pared —. Ellos son Sara y Jason Lance, anoche fueron brutalmente golpeados a las afueras de un cine, él está en cirugía con un traumatismo en la cabeza y ella solo con un par de costillas rotas, acabo de llamar al hospital, la señora Lance esta consiente y lista para hablar.

— Antes que nada, Larisse nos da gusto que estés bien.

— Gracias Adam, me gusta poder ayudarlos de nuevo.

— ¿Algo más Elizabeth? — añadió Adam mirando las fotografías.

— Según los paramédicos que los llevaron escucharon decir a Sara que buscaran a su hijo, pero en la escena no se encontró ningún niño. Lo que me llevo a revisar las cámaras de seguridad y se muestra la hora del ataque.

— Se llevó al niño — esta vez habló Jackson.

— El pequeño se llama Vincent Lance tiene ocho años.

— ¿A que se dedican los padres? — preguntó Elías entrando a la sala.

— Jason es un abogado defensor, entre sus clientes personas de mala fama, corruptos, pandilleros.

— Tal vez es una venganza, algún caso que perdió y por eso se llevaron a su hijo — expliqué ya que es lo más lógico.

— Es una buena teoría Hawk — halagó Elías.

— Se dan cuenta de eso — Eli detuvo el vídeo —. Después de golpearlos se gira a su derecha y parece que habla con alguien.

— Las cámaras de seguridad no muestran a nadie más en la escena. La alerta ya fue levantada y la policía local está buscando al pequeño.

— Tengo dos opciones, el sujeto que se llevó al niño tiene un cómplice o estaba bajo el efecto de algún alucinógeno.

— Si fuera eso ¿Por qué se llevaría al niño?

— El video muestra la agresión, pero el niño se va por voluntad propia —. Elizabeth volvió a reproducir el vídeo.

— Es manipulador o tal vez es un familiar o conocido por eso accedido a irse —. Adam se terminó su gran taza de café y se dispuso a levantarse de su asiento —. Larisse y Elías vayan al hospital, Jackson ven conmigo.

Nos levantamos y cada quien fue en su dirección, jamás me ha tocado ir con Elías, y me siento rara ya que el es demasiado raro.

— ¿Siempre eres tan callada? — preguntó mirándome de reojo.

— No, solo creí que no querías hablar — dije con timidez.

— Todos creen que soy raro, egocéntrico y demás, pero soy muy normal — aseguró.

— Yo nunca dije que fueras egocéntrico Elías — me reí.

— No lo dijiste pero lo pensaste —. Le sonreí y no tardamos mucho en llegar al hospital.

El olor me recordó mi estadía aquí, es algo que quisiera evitar a toda costa, odio los hospitales. Una enfermera nos brindó el número de habitación.

— Señora Lance, mi nombre es Larisse Hawk soy de FBI, estamos llevando su caso. ¿Podría decirnos qué pasó?

— Anoche Jason nos llevó al cine, y cuando salimos al estacionamiento ese sujeto llegó y nos golpeó.

— ¿Recuerda algo más?

— Ese hombre le gritó a mi esposo; no lo volverás a tocar.

— ¿Su esposo hizo algo fuera de lo normal?

— No, bueno Jason regañó y golpeó a Vincent en el cine porque estaba siendo grosero. Pero no creo que esa haya sido la razón. Solo busquen a mi hijo por favor.

— Haremos todo lo necesario, ¿Podría describir al atacante? — esta vez habló Elías.

— Era un hombre, él tenía el rostro cubierto y no lo vi más, lo siento.

— No se preocupe, estaremos en contacto.

Elías y yo dejamos a la mujer descansar, salimos de aquel impecable lugar y volvimos al auto.

— Estamos en ceros Hawk — dijo sin ganas y encendió el auto.

— Lo sé.

— Volvamos a la oficina.

...

El pequeño no dejaba de llorar, es demasiado travieso así que no me quedo más que encerrarlo en la habitación. Me gritaba cada minuto, comenzaba a desesperarme.

Terminé de preparar el emparedado de maní y se lo llevé.

— Debes comer.

— No quiero, solo quiero a mi mami — decía entre lágrimas.

— Debes comer o te enfermaras.

— ¡Tú no eres el sujeto agradable del estacionamiento, tu eres malo! — me gritó.

— Por favor no digas eso, yo solo quiero ayudarte y protegerte.

— ¡No! Solo dejarme solo.

El niño realmente colmaba mi paciencia.

— ¿Que no entiendes? — Levanté la voz —. Ellos no te quieren, te estoy liberando de una mala familia — le acerqué el emparedado y salí echando pestes de la habitación.

El Mayor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora