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EMILY

Maldije el momento en el que Bree entro por la puerta.

—¿Por que demonios has hecho eso?— le pregunté bajándome de la encimera de un salto.

—Créeme, me lo agradecerás— dijo Bree acercándose a mi.

—¿Me estás bromeando? Vives diciéndome que tengo que dejar mi mierda atrás y que es hora de superar a Liam. Hace más de ocho meses que no he besado a ningún tío por miedo a sentirme culpable, y adivina que? Lo he hecho. Y sabes que es lo peor? Que por fin lo había disfrutado—solté frustrada— ¿Que demonios Bree? Acaso te gusta Jake o que coño?

Nunca podría haber atacado así a Bree, no se lo merecía. Pero el enfado conmigo misma y la combinación de el daiquiri con los tres shots de tequila no iban bien.

—No puedo creer que acabas de decir eso— dijo Bree con un gesto de enfado y tristeza— sabes más que nadie que amo a Mike, realmente lo dudas?

—Entonces por que tenías que entrometerte de esa manera?— pregunté cabreada.

—Porque es mi mejor amigo desde que nací Emily! Y por más que no lo creas lo conozco como si fuera mi hermano— dijo Emily elevando el tono de voz— Sabes? Estoy orgullosa de que por fin hayas podido besar a un tío sin sentirte culpable, pero Jake no es el indicado. Por mucho que lo quiera, es un gilipollas. Está con una tía distinta todas las noches y no quiero que te lastime Em, es solo eso.

—Espera espera espera...—dije confundía a la vez que movía la mano— en que momento he dicho que estoy flipando por Jake eh? No estoy buscando una relación Bree— dije riendo nerviosa— solo nos hemos besado.

—Tienes razón, lo siento. Mi intención no era entrometerme Em, solo quería protegerte. Se por todo lo que pasaste y no quiero que te vuelva a suceder. Pero allí tú vas con tu vida, has lo que quieras, solo te lo advertía—dijo Bree más calmada.

—Lo entiendo y gracias por preocuparte. Pero puedo yo sola con mi vida— dije largándome de la cocina.

No había sido la mejor manera de decir las cosas, lo sé. Pero estaba furiosa con Bree por haber interrumpido de esa manera. Quizás era cierto que Jake era un gilipollas, mujeriego y que debía mantenerme lejos de el. Pero me agrado lo que había sentido.

Todas mis terminaciones nerviosas se iban encendiendo a medida que su piel tocaba la mía, haciendo que mi corazón palpitara cada cada vez fuerte. El maldito capullo besaba mejor que cualquiera. Claro que no se lo iba a hacer saber, de ser así su nivel de ego pasaría del cielo a la galaxia.

Al salir al exterior de la casa, observe el patio trasero detenidamente. A mí diagonal izquierda, pude reconocer a mi "grupo de amigos", si es que así se les podía decir. Entre ellos Mike, Brad, Chad, Dylan y dos personas más que no logre reconocer ya que mi vista que ahora giraba, no me lo permitía.

Al principio dude si acompañarlos o no. Gire lentamente en mis talones haciendo una vista más panorámica del lugar con los ojos entornados. Cualquier persona sobria que me hubiera visto, de seguro que iba a pensar que era una lunática, pero por suerte ninguno lo noto.

Al completar la vuelta de 360º, me di cuenta que a los únicos que conocía en esa fiesta era a ese grupo de muchachos que se encontraba a unos metros míos. Así que mi única opción era unirme a ellos.

A medida que iba avanzando en su dirección, observé que aquellas dos personas que no lograba reconocer desde lejos, eran Jake y Alexis.

—Maldita sea.

No podía sentarme con ellos a charlar y pretender que nada había pasado. Así que me di media vuelta y comencé a marchar hacia el otro lado.

—Eh Emily ven aquí, estamos jugando un juego!— oí gritar a Chad.

Hasta que vuelvas a sentirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora