[Segundo Arco]
Alice Shuberg y Keita fueron muy temprano a la alcaldía del pueblo para reportar el robo que se había echo en las empresas y probablemente en la hacienda, al parecer el alcalde no ponía nada de su parte, eso colmaba la paciencia de ambos visitantes.
— Lo siento, pero sin pruebas es inútil que arreste a alguien. — dijo encogiéndose de hombros. — Ya si el joven Kirigaya me da un precio podría hacer una excepción.
— Ni hablar, recordare su nombre si nos volvemos a ver. — rezongo Keita.
Lejos de aquí, Midori ansiosa por saber la verdad de el administrador y Asuna, no estaba tan lejos de descubrirlo aunque antes tenía que preguntarle a quién seguro sabía toda la historia, ese mismo es Agil, puede tener todas las pistas.
— ¿No será que Shinozaki y el ex novio de la niña Asuna son la misma persona? — insistió siguiendo al gran hombre.
— Ahora no tengo tiempo para esto Midori, debo atender un asunto. — se excusó firme.
Este se retiró dejándola sola, se adentró a una pequeña casa, ahí parada estaba Sachi esperando por él, debía aprovechar la oportunidad para persuadirla sin Alice, o quizá su prima estaba siendo muy mala influencia para ella.
— Agil-san, ya llegaste pensé que no lo harías. — saludó la mujer de corto cabello.
— No te dejaría aquí, — carraspeo la garganta y la enfrentó — Alice debe tenerte mucha confianza, ¿Son muy apegadas?
— Oh por supuesto, — sonrió alegre — desde que su madre falleció la he considerado como una hermana para mi.
— Bueno si tanto la quieres y ella cree firmemente en ti...convencela para irse fe la hacienda.
Sachi alzó una ceja — ¿Qué? ¿Por qué debería hacer eso?
— Deberías saberlo si te tiene confianza.— comentó irónico.
— ¿Hizo algo malo?
— Mira lo importante es que por el bien de todos aquí, ella debe irse. — Agil sabía que al proponer semejante cosa, perdería la amistad de la rubia.
— ¿Adónde crees que iría? Alice esta sola en este mundo...— fruncio el ceño
— Ya lo dije, es mejor que se retire de aquí antes que todo vaya mal.
La chica lo miró alejarse, ja, ¿En serio cree que se irán? Le ha costado mucho tener a su prima donde quería, es cierto ella tampoco tiene dónde ir, por eso quedarse en esa casa es una bendición, de ninguna manera movería su trasero de ahí y aunque este, prácticamente, empujando a Alice al pecado, valdrá la pena, por todo.
(***)
— Midori-san es misteriosa...— Asuna arreglaba su ropero en compañía de Maki — cuando Kirito-kun estuvo mal herido, ella hizo todo lo posible para atenderlo.
— Seguro perdió un hijo y el chico se lo debe recordar. — su tía doblaba ropa sin prestarle tanta atención.
— Pero si no se casó. — afirma la castaña.
— Las mujeres como ella no se casan, tesoro. Tienen hijos porque si.
La joven de 20 años le lanzó una mirada enfurruñada a Maki, no tenían el derecho de juzgar la vida de una mujer así, mucho menos despreciarla por lo que hizo. Tu pasado no define quién eres, tus acciones en el presente si.
Unos días más tarde, la hacienda aún no estaba en crisis, Keita, por alguna extraña razón, sabía como manejar las cosas en esa gran casa, a casi todos les caía bien; en ese pequeño tiempo la oji avellana se dio cuenta que no podía seguir negando lo que ya era obvio, extrañaba a Kazuto más de lo que imaginaba, aveces ambos tocaban en el piano o simplemente hablaban en la recámara sobre cualquiera cosa, no era el chico que creía y si, a pesar del dolor, todo lo que ocurrió antes, sólo fue una pequeña brecha para sentir lo de ahora...el único problema es que no sabía como decírselo, decirle que Takeshi ya no residía en su corazón porque él llegó para quedarse ahí. ¿Kirito-kun la querrá? Ugh, lo demostraba claro, pero no estaba segura.
¿Por qué tengo que ser tan cobarde?
Cerró la computadora finalizando su conversación con Yuuki su mejor amiga contando lo sucedido, esta la alentó para ser una verdadera mujer y decirlo; camino por los pasillos de la casa hasta llegar abajo encontrándose con su esposo.
— ¡Kirito-kun Bienvenido! — Asuna chillo de la emoción corriendo hasta los brazos del chico pelinegro.
— Wow tranquila Asuna, ya estoy aquí — algo dentro de él se llenó de ternura y conmovido la apretó contra él.
— Te extrañe...— soltó sin darse cuenta — Bueno he...¿Quieres darte una ducha? Me imagino que si.
— Me caería bien ahora, si. — le sonrió separándose un poco de ella — ¿Estabas preocupada por mi?
— Claro. — asintió con una leve sonrisa.
Ambos subieron hasta su recámara, Kirito dio por terminada su ducha y se cambió con algo más cómodo, luego de investigar en las empresas llegó totalmente cansado, necesitaba relajación; se sentó en la amplia cama pasando una toalla por su cuello y luego quitándosela, había escuchado que su esposa también quería un baño, estaría ahí adentro.
Entro? Nah, capaz me tira el shampoo en la cabeza. No pierdo nada con intentar...
Mientras, Asuna se deleitaba con el agua tibia, termino de lavar su cabello largo color atardecer, luego su cuerpo entero, unos minutos más y saldría...lo que no contaba es que ciertos ojos negros la observaban con hambre desde la puerta, Kirito poco a poco se acercó hasta llegar a la ducha, la miró, de arriba abajo, sus curvas, su espalda mojada, su cabello a un lado, sus pechos con pequeñas gotas...estaba hermosa. La castaña sintió que alguien la observaba, se giró casi sorprendida.
— ¿Que...que...haces aquí? — trago saliva, la sangre se le subió hasta sus mejillas ahora rojas.
— Sólo...quería saber si todo estaba bien...
Oh, si que esta todo bien...
— Quisiera...ponerme mi pijama. — señaló la ropa más atrás.
El chico termino por llegar hasta ella, la saco de ahí y rápidamente le besó el cuello con tanta delicadeza que ella tembló, una oleada de calor recorrió todo su cuerpo, le gustó y mucho.
Demasiado.
— Así estas perfecta. — le dijo él mirándolo a los ojos, los cuales revelaban lujuria y deseo.
Asuna inclinó su cabeza hacia adelante, probó los labios de Kazuto una vez más, suaves, alimentó su deseo, algo nuevo, nunca lo había experimentado hasta ahora, este le devolvió el beso con muchas ganas, esto le dio permiso para alzar a su esposa en brazos y llevársela a la cama. Ya ahí, cada uno beso cada parte de piel, cada uno exploró lugares ocultos para el otro, cada uno descubrió lo que le gustaba al otro, en medio de la noche, se volvieron reales, se volvieron uno, consumiendo el amor que tanto deseaba salir, la habitación se llenó de suaves gemidos de Asuna, piel con piel, sudor, sobre todo cariño genuino y nada más.
(***)
Kouichirou extremadamente alcoholizado junto con Keita, observan la noche afuera de la casa, disfrutando de sus tonterías y de beber juntos.
— ¿Sabes? — el hermano de Asuna arrastraba las palabras — Creo...que mi cuñadito, nos dejará quedarnos por ayudarlo en sus empresas.
— Yo que tu...no me lo creo, tu hermanita te correrá y no se sabe porque.
En eso, un auto aparcó en el estacionamiento, un hombre bajó de el, cabizbaja, Kouichirou agudizó su mirada lo más que pudo para ver de quién se trataba, cuando pudo, su asombro fue tal que la borrachera casi se le pasa.