Capítulo 1: El Comienzo

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Quince conjuntos de ropa diferentes, DAJ!, llevo como una hora intentando saber que ponerme, mi hermana me ha maquillado, poco, pero lo ha hecho, me siento pesada, es la fiesta de integración, por lo que obviamente, tengo que arreglarme un poquito al menos, me decido por fin por un vestido negro y unos zapatos altos del mismo color, mi estatura no ayuda mucho, pero debo admitir que me gusta como soy...

-¡Tienes cinco minutos para bajar antes de que me arrepienta de haberte dejado ir!- Mi madre grita desde abajo, y con razón, no he bajado desde que empecé a arreglarme, y eso ya hace dos horas...

-¡Catalina!- Diez minutos después del primer llamado mi madre vuelve a gritar...

-¡Ahora bajo, mamá!- le digo alzando la voz, me miro por ultima vez al espejo y salgo de mi habitación, mi madre está hecha una furia por mi demora, mi hermana intenta calmarla... 

Samira decidió no ir a la fiesta, pero ahí estaba yo, intentando agradar a la gente del colegio al que voy... 

-Soren vendrá en cualquier momento y tu no te apresuras...- dice mi madre ahora ya más calmada...

-Lo sé, pero Soren es paciente, me habría esperado...- digo algo indiferente, pero al rato me arrepiento de haberlo hecho...

Soren es mi mejor amigo, nos conocemos desde hace 4 años, todo comenzó cuando tenía catorce, acababa de llegar de otra ciudad, este lugar no me gusta en absoluto, la gente nos veía raro, mi madre, mi hermana y yo intentamos adaptarnos, no fue fácil, luego de la muerte de papá, ya hace cinco años, todas nos volvimos más calladas, ni siquiera hablábamos una con la otra.

Todo cambió cuando conocía a Soren, fue una tarde lluviosa de un 25 de Octubre, mi hermana y yo eramos unas niñas, estábamos de camino a casa en el auto de mi madre, éste empezó a fallar de la nada, se detuvo y mi madre se asustó bastante, salí del auto y esperé a ver si alguien podría ayudarnos, pero nada...

Luego de casi veinte minutos esperando, a lo lejos vi un auto, hice señas con los brazos, no me había dado cuenta de que en poco tiempo me había empapado entera, el auto paró a poca distancia de nosotras, mi hermana seguía en el auto, y no la culpo, estos días había pasado bastante enferma, en eso, mi madre se acercó a hablar con el hombre del auto aquel, y yo me quedé parada justo detrás de nuestro auto, y empecé a temblar, mi chaqueta no era demasiado abrigada... Entonces, la puerta del copiloto del otro auto se abre y se baja un niño, era de mi edad, trae una chaqueta en sus manos, se acerca a mi, y me la extiende...

-Toma, pontela y sube al auto...-Me dijo, yo solo lo vi y vi a mi madre, ella asiente con la cabeza y tomo la chaqueta de aquel extraño...

-Mi hermana...- digo, regreso a nuestro auto...- Vamos, Samira, alguien nos ha ayudado por fin...- le digo, ella sigue demasiado enferma y arde en fiebre, asiente y temblándose baja conmigo, le pongo la chaqueta del extraño, vamos al auto y entramos lo más rápido que podemos... El niño que me ofreció la chaqueta y un hombre con un gran parecido con él se encuentran ya dentro...

-Gracias por ayudarnos, señor...- le digo, el hombre me sonríe por el retrovisor, el niño es quién habla

-No es nada, mi padre es de pocas palabras... Soy Soren, y ustedes?- dice sonriendo, me cae bien solo con verlo a los ojos...

-Soy Catalina, ella es mi hermana Samira, y ella es mi madre, Esther...- le digo con una leve sonrisa justo cuando mi madre entra al auto

-Volveremos por el auto cuando pase la lluvia o llamaremos a una grúa...- dice- Gracias por ayudarnos...- repite mi madre y por primera vez el hombre habla...

-No es nada, ¿dónde viven?...- mi madre le dice nuestra dirección y no hablamos en todo el trayecto, al llegar nos despedimos y les agradecimos nuevamente, por todo, al cabo de un rato, nuestro auto fue traído por una grúa, en ese momento me di cuenta de que no le devolvía la chaqueta a Soren, pero ese no fue un problema, al día siguiente, el fue a nuestra casa, con un pastel de manzana de bienvenida que le había mandado su madre, resultó que eramos vecinos, y otra cosa extraña, que incluso íbamos a la misma escuela, se quedó con nosotras toda la tarde, desde ahí, él y yo somos inseparables... se ha convertido en un hijo más de mi madre

El sonido del timbre hace que salga de mis pensamientos...Es Soren, bien, hora de ir a la famosa fiesta, estoy nerviosa, pero estaré con mi mejor amigo y eso ya es suficiente para calmarme un poco...


Siempre ContigoWhere stories live. Discover now