🌸🌹La noche erterna 💐❇✨

Capítulo II

La noche había caído en Edo una vez más, envolviendolo en un velo de oscuridad infinita, donde las fragancias de olores florales, comida y alcohol comenzaban a dominar las calles del buen prado. Wendy y Tweek llegaron al centro de Yoshiwara dónde iniciaría todo el festival de verano, podía apreciarse como los jóvenes entraban a las casas de té, o como Tweek les llamaba "El estante de exhibición". La mayoría de chicas y chicos eran saburuko quiénes tenían la esperanza de tener una vida mejor.

Era triste el ver cómo debían presentarse como la mercancía que eran, soportando los comentarios de muchas personas que desgraciadamente podrían ser sus clientes. Aquellos pensamientos siempre invadían la cabeza del rubio.

—Maestro lo estábamos buscando — murmuró una chica de cabello castaño junto unos grandes ojos del mismo color acompañada de otra chica de cabellera rubia y ojos azules, ninguna de estás niñas rebasaban los 8 años de edad.

— ¿Sucedió algo en mi ausencia?

Ambas chicas negaron con su cabeza provocando una pequeña sonrisa en el más grande.
—Bien, ahora cada una coloquense a los costados yo estaré detrás de ustedes — estás asintieron nuevamente pero la castaña se encontraba un tanto nerviosa lo que llamó atención del mayor.
—Te encuentras bien Heidi— el silencio de la menor provocó una pequeña sensación de preocupación en el rubio quién ya se imaginaba una gran cantidad de posibilidades que lo comenzaban a aturdir, sentía que era demasiada presión.
— Maestro le puedo hacer una pregunta  — el rubio asintió ante la petición de la menor quien temblaba por dentro de lo que le pidiera haberle sucedido.
— ¿Por que dicen que el amor de Yoshiwara es efímero? — el rubio soltó una pequeña risa de sus labios, aquella pregunta le recordó a él cuándo era más jóven, sonrió amargamente se la miró con cierta ternura.
— Nunca debes unir tus sentimientos con el oficio que ejercemos, muchas personas vienen a este prado en busca de compañía o placer, cuándo tú estás con alguien nunca debes dar más de ti. Nuestro deber es complacer a las personas que viene aquí...
— Maestro usted alguna vez se ha enamorado de alguien— Tweek se quedó en silencio ante la inesperada interrupción de aquella niña, el rubio no sabía que responderle a esa niña que lo miraba detenidamente esperando alguna respuesta. Él podría haberle respondió que no respetando sus ideales y olvidando todo lo que vivió con aquel pelinegro pero no quería negar esos sentimientos; podría respóndele que sí pero si hacia eso podría crearle una ilusión sobre este sentimiento. El rubio abrió su boca a punto de responderle pero el sonido de los arillos metálicos avisaron que el evento  estaba por comenzar, Heidi regresó a su posición Tweek simplemente suspiro hondo y colocó un semblante serio.

Al ritmo de la música Tweek avanzaba lentamente arrastrando sus pesadas y estorbosas getas además de cargar más de 2 kilos por la gran cantidad de telas que contenía su vestimenta, muchos hombres observan totalmente interesados el desfile de cortesanas. Tweek dirigió su mirada a todas las personas que lo observaban detenidamente. Muchos anhelaban pasar una noche a su lado mientras que otros admiraban su belleza pero alguien en específico se gano su total atención, un hombre vestido con tonos azúl oscuro y negros lo observaba detenidamente, por sus forma de vestir podrías decir que era un comerciante pero algo en él se le hacía conocido pero no sabía el que. Tal vez fue uno de sus clientes en el pasado, pero recordaría alguna mirada penetrante como la que sentía en ese momento. El rubio volvió a dirigir su mirada al frente sintiendo como aquella mirada que le calaba hasta el alma, por el rabillo del ojo pudo ver cómo caminaba entre la multitud siguiendo su paso. Esa incomodidad duró unos cuantos segundos más hasta que en un momento desaparecido, el rubio dirigió su mirada al público nuevamente, sin embargo, aquél hombre de semblante tenebroso ya no estaba. Tweek miró a sus alrededores esperando encontrarlo pero ese hombre ya no se encontraba en ningún lado; era como si de hubiera desvanecido con el viento.