Capítulo 4

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Una chica muy buena, mucho más gordita que ella pero también mucho más segura de sí misma que ella, había estado con él. Había sido un horror, nunca había visto que un chico tratara tan mal a su novia, la pobre se desvivía por él y él solo la trataba mal, con desprecio. Una anécdota de las más terribles fue cuando cumplieron 3 meses juntos, ella le preparó una caja de 6 cupcakes con diseños de su videojuego favorito, le había comprado un oso, hecho una pancarta y colgado globos en su casillero, además de varias notitas con frases como "te amo", "feliz aniversario" y así. Toda la promoción se había ido a buscarlo para contarle sobre la súper sorpresa, todos estaban emocionados (si, nuestra protagonista también, podía estar medio celosa pero sentía que esos detalles eran tan dulces que no podía sentir más que emoción) y no paraban de gritar y cuchichear. Cuando él llegó, su novia estaba súper nerviosa, no paraba de sonreír, sonrojarse y balancearse hacia un lado y el otro, todos esperaban ver su reacción, ¿La abrazaría?, ¿Se sonrojaría?, ¿Se reiría? Cualquier cosa podía ser buena. Menos lo que hizo.

El muy desgraciado le grito, sí, le grito, le dijo que era una exagerada, quitó los globos y metió la pancarta dentro del casillero junto con la caja de cupcakes que ni miró, todos se quedaron en silencio, nadie se esperó esa reacción. Qué había pasado, la dulce escena se había vuelto un momento tenso e incómodo y se sentía como si nadie debería estar ahí. En tan solo un segundo todo se había derrumbado, nadie decía nada, todos comenzaron a irse, las amigas de la joven se le acercaron y se la llevaron lejos. A él nadie le dijo nada.

Ella nunca más hizo algo así, no volvió a darle nada en público y no sabemos si en privado tampoco. En ese momento nadie se había dado cuenta pero ellos estaban en una terrible relación tóxica,una que, de haber seguido, podría haberlos destruido sin más.

Cuando su novia viajó a España (hablaremos de ese viaje más detalle luego) él no fue a despedirla, ni a recibirla al regreso, ella se rompió una pierna y él no hizo nada, cuando se dieron un tiempo, conste, no habían terminado, se dieron un tiempo, él se metió con tantas chicas como pudo y luego "regresó" con ella aunque seguía en contacto con una de las tantas chicas con las que le había sido infiel.

Ella se lo contó todo a nuestra protagonista con lágrimas en los ojos y esta última no tuvo corazón para decirle que su amado novio le había dicho que estaba soltero cuando ella le preguntó por las chicas con las que paraba durante ese "tiempo" que se dieron.

La situación era insostenible y solo rompía a la pobre muchacha cada vez más.

Cuando terminaron, la joven comenzó a sonreír de nuevo y a creer en sí misma una vez más.

Nuestra protagonista se dio cuenta, recién en ese momento, que debería agradecerle a Dios y a todos los santos, que ese chico nunca se fijara en ella. Si, por casualidad del destino, hubieran terminado juntos, es muy probable que, ella hubiera terminado rota y sin reparación.

Por si querían saber, el susodicho terminó con una chica a la que odiaba y que ahora ama con locura. Ella lo cela, hasta el día de hoy, como nadie. Aparentemente él es feliz, supongo que eso es lo más importante.

Y ¿qué pasó con la joven destrozada por este patán? Ella ahora estudia pastelería y le va muy bien, es muy feliz al lado de un chico que la quiere, la valora y la respeta.

Todo terminó bien para ambos. O, por lo menos, eso es lo que me gusta creer.

Una víctima más del desamorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora