El auto de Sasuke Uchiha encontró un buen lugar de estacionamiento, no muy lejos del edificio en el que Sakura vivía. Él se aseguró de llevar las compras en sus manos, para que ella no se viera en la necesidad de cargar nada, lo que le llevó a seguir sus pasos en el sitio. Ese día, Sakura había recordado que su acompañante era ridículamente apuesto, algo que había olvidado a causa de su rencor. Cuando estuvieron caminando juntos, por la ciudad, se hizo muy evidente. Las chicas miraban a Sasuke con mucha atención, siempre. Cuchicheaban sobre cuán apuesto él era, así como se preguntaban a sí mismas qué tipo de relación tendría él con Sakura. Por otra parte, la pelirrosa no era una chica ordinaria. Sasuke había caído ante su belleza desde el primer momento en el que la vio, pero fue un niño distante desde lo que pasó con su hermano y su clan, además estaba muy ocupado antes de aquello. Simplemente, Sakura era el tipo de niña que le robaba el aliento a cualquiera, pues su piel lechosa acompañada de su abundante cabellera rosa, dejaban sin habla... él sabía desde muy pequeño que, si había un estereotipo exagerado sobre una hermosa princesa a la que los monstruos secuestrarían como rehén o para hacerla su esposa, esa debía ser personificada por Sakura, quien resultaba un poco ingenua y débil. De hecho, la personalidad de esa chica también lo había alejado, en gran medida. El pelinegro se había olvidado de que ella era una mocosa un poco egoísta, en aquellos tiempos. Solo podía recordar cómo se convirtió en la mujer fuerte, valiente, hermosa, independiente, trabajadora, perseverante—por no decir terca—, inteligente y amable que parecía seguir siendo... él se había perdido la transformación, pero se había quedado con el resultado. Aunque ella nunca dejó de vivir como la niña enamorada de él, hasta ahora...
Así, entre las divagaciones del pasado, con Sakura dirigiendo y Sasuke llevando las bolsas de compras detrás de ella, se dieron cuenta de que habían llamado la atención—justo cuando subieron al ascensor—, pues la pelirrosa de repente parecía increíblemente seductiva si tenía a semejante bombón cargándole las bolsas. A ella se le escapó una risita al percatarse, así que él la miró de inmediato, esperando una explicación, pero no la obtuvo. El ascensor volvió a abrirse y ella se apresuró a salir, con Sasuke Uchiha detrás, descubriendo—ambos— que él nunca había estado ahí, en realidad. Sasuke ya la había traído a su casa en una ocasión, pero no había entrado a su departamento. Les recibió un espacio de suelo de losa, donde había un mueble para los zapatos de visita y de interior. Sakura era el tipo de persona que ofrecía zapatos de interior para las visitas, así que Sasuke podría tomar un par si así lo decidía, pero solo miró cómo ella se sacaba los suyos y le quitaba las bolsas de las manos. No esperaba que lo invitara a entrar, aunque ella tampoco esperaba tener que hacerlo. De hecho, Sakura se detuvo a medio camino hacia la sala de colores sobrios—abundaba un tono crema junto a uno de almendra tostada, acompañado por algunos alegres detalles de rosa pálido y aguamarina—, donde el suelo ya era de madera pálida y una bonita alfombra blanca se veía reluciente sobre el suelo. A Sasuke le pareció que el atuendo de Sakura estaba fuera de lugar, pero también que era un cuadro muy agradable. A ella le sentaban bien los entornos claros, así que comprendía que su decoración fuese así, tan femenina y honesta que le parecía un gesto romántico. Ella, por otra parte, lo miró como esperando a que él se despertara de un sueño, y bajó las bolsas sobre la alfombra.
—Oh —Sasuke rompió el silencio, al percatarse de que ella estaba esperándolo, en realidad—. No estarás pensando que nuestra cita terminó, ¿cierto? —evidentemente, él estaba equivocado, pues ella abrió un poco sus ojos en sorpresa—. Apenas son las seis con cuarenta.
—Entonces, ¿por qué me trajiste a casa? —Sakura alzó una ceja, confundida, así que Sasuke miró su teléfono por un momento.
—No debería seguir manejando —contestó, tranquilo—. Además, nuestro auto llegará pronto. No te demores y ponte los zapatos, porque nos queda un rato más del domingo —hizo un movimiento de cabeza, como para indicarle que se apurara.
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Eternally
FanfictionEstaba preparado, sabía que sucedería tarde o temprano y, a pesar de todo, no soportó perderla a ella. Así, Sasuke pudo conseguir lo único que pedía en su vida: volver a ver a Sakura. Sin embargo, nadie imaginaría lo que sucedería una vez sus vidas...