☹「ALEXITIMIA」☹ RYERS [ST/IT]

•Sentimiento creciente•

Pasaban de las dos de la madrugada y el chico de cabellos castaños no dejaba de moverse incómodamente en la cama. Sus pensamientos se revolvían, dándole dolor de cabeza y no dejándole dormir. Abrió sus párpados, dejando ver aquellos grandes ojos tornasol.

Suspiró rendido, quitó la sabana y se sentó en la cama, apoyando los pies en el frío suelo. Busco a tientas sus tenis y se los colocó con cuidado. Camino hacia la ventana, mirando por esta hacia el cielo de Hawkins, era una de las cosas que extrañaba, pues en la gran ciudad las estrellas eran opacadas por la capa de contaminación.

Se apoyó en la pared, pensando en aquello que no salía de su mente, o más bien en esa persona. Richie Tozier. Desde el momento en el que se fue estuvo presente en su mente, y aún más al comenzar a recordar... Ciertas cosas, del cual no tuvo el valor de preguntar. No sabía qué hacer al respecto, menos con aquel sentimiento que invadió su ser. Era cálido y le hacía sentir extraño.

"¿Qué es esto?", pensó.

Sus manos viajaron por su pecho, hasta quedar arriba de su corazón. Suspiró nuevamente, cerró sus ojos y se deslizó por la pared hasta quedar sentado. Estiró sus piernas y luego dejó caer sus brazos a los lados. Su mirada viajó por toda la habitación, deteniéndose en una caja de tamaño mediano. Ahí era donde tenía guardados varios cassettes, pues no podía estar sin estos. Miro su walkman, el cual estaba en su cama y decidió que la música calmaría su mente.

Se levanto rápidamente, haciendo que todo se viera negro por el cambio brusco. Parpadeo y su vista volvió a acostumbrarse, masajeo su frente un par de veces pues la cabeza le había empezado a doler, luego se sacudió y volvió a dirigirse a dónde iba. Tomó el aparato entre sus manos para luego dirigirse a la caja y tomar un cassette cualquiera, lo puso, se colocó los audífonos y dio click al botón de play.

Extrañamente las notas de piano sonaron. ¿Desde cuándo tenía eso?, frunció el ceño, pero de igual forma no lo quitó, más bien siguió escuchando, sentía que aquella melodía lo calmaba, ¿de quién era?, no lo sabía, pero no es que eso le importase mucho en ese momento. Decidió que sería bueno volver a la cama y eso hizo, se recostó mirando al techo, comenzando a pensar con claridad nuevamente.

Según lo que había pasado ese día con Richie, podía suponer que aquellas cosas que recordó eran reales. Su corazón se aceleró y la sangre pronto subió a su rostro, dándole un tono rojizo en las mejillas.

¿Entonces todas esas veces en las cuales soñó haber besado a aquel chico eran reales?, ¿realmente aquello había pasado?, ¿o tal vez su mente había querido distorsionar las cosas... A su gusto? Y si es que esta había decidido hacer eso, era por algo, ¿no?

Suspiró por tercera vez, y entre pensamientos se dejó caer rendido en los brazos cómodos de Morfeo, escuchando de fondo aquella melodía.

[...]

Despertó un par de horas después, algo adolorido por culpa de los audífonos, de los cuales, la música había dejado de sonar, quito estos de sus orejas y después se levanto con confusión. Su cuerpo estaba helado por olvidar taparse nuevamente, y sus pies aún tenían puestos los zapatos. Salió con el delgado pijama puesto, caminando hacia la cocina para ver si encontraba algo de tomar. Pero el sonido de alguien tocando la puerta lo distrajo, resopló y camino hacia allá.

—¡Hey Will!—exclamaron al unísono.

—Chicos...

Se hizo a un lado cuando todos comenzaron a entrar, los miró confundido y espero paciente a que entraran todos para poder cerrar. Al hacerlo y voltear nuevamente, varios pares de ojos le veían con alegría. Pasaron un par de segundos para de repente sentir como todos le estrechaban entre sus brazos.