Llevábamos diez minutos en el aire y el corazón seguia llendome a mil desde que despegamos, por lo menos todavia no había empezado a llover, porque estoy segura de que a la primera gota que oyera caer me desmayaría.
-Tranquilizate-dijo girando la cabeza para mirarme-No te va a pasar nada.
-¡No me mires!¡Mira al frente!-le dije poniendole la mano en la mejilla para girarle la cabeza.
-Cualquier excusa es buena para tocarme ¿verdad?-dijo sonriendo.
-Dijo el que me puso la mano en el culo en mitad de la prueba delante de el director, cuatro capitanes, y cien chicos.
-Si, pero yo si acepto que aprovecho cualquier excusa para tocarte-dijo volviendo a mirarme.
-¡¡Que mires al frente!!O dios, voy a morir en este bicho volador.-dije poniendome las manos en la cara.
-¡Eh! No llames bicho volador a mi Dasy, es ofensivo.
-¿Le has puesto nombre a un helicóptero?
-¿Y por que no?
-Nada, dejalo...¿Y cual es tu nombre? Por que estoy segura de que "Capitán" no es.
-Los novatos tienen que llamarme capitán, tu puedes llamarme Lucas.
-¿Como el pato Lucas?-pregunté con una sonrisa divertida.
-No hagas que me arrepiente-dijo un poco molesto volviendo a mirarme.
-¡¡Que mires al frente!!
-Que si, que si...¿Por que le tienes miedo a volar?
-Nunca había montado en uno, ni siquiera en avión, pero he descubierto que no me gusta.
-¿Tienes vértigo?
-No, no es eso, ni yo misma se muy bien la razón.
Después de esto no hablamos ninguno, pero no era un silencio incomodo, era un silencio tranquilo, de esos que podías disfrutar. Quedaban unos diez minutos para llegar y creía que de verdad iba a poder librarme de la lluvia, hasta que vi caer una gota en el cristal, en serio, creo que soy gafe, después de unos segundos el ritmo de las gotas se fue haciendo mas fuerte y frecuente, hasta que nos vimos metidos en medio de la tormenta.
-Dios mio, creo que me va a dar algo-empecé a marearme y estaba casi hiperventilando.
-Shh, tranquila, no te va a pasar nada, no mientras este pilotando yo ¿vale?-dijo bajito como si temiera que me fuera a dar un ataque.
-Tu...-dije como pude a causa de mi respiración agitada-intenta llegar lo mas rápido posible ¿de acuerdo?
-Esta bien, escucha, en uno de los lados de tus cascos hay tres botones pequeños, pulsa el que esta mas abajo, los cascos no dejaran pasar ningún sonido, no escucharas la lluvia ni el helicoptero ¿De acuerdo? Llegaremos pronto-me dio una mirada realmente preocupada, nos habíamos caído bien, pero, de ahí a estar preocupado por mi...
Asentí y pulse el botón, tenia razón, no podía escuchar nada, tan solo el sonido de mis propias pulsaciones, que por cierto se iban relajando a cada momento, cerré los ojos y subí mis rodillas para poder abrazarme a ellas y poder esconder la cara. Pasó un rato y yo me había quedado medio dormida cuando sentí que alguien me quitaba los cascos, me levantaba del asiento y me sacaba del helicoptero, estaba confundida, miré hacia el lado del copiloto y no vi a Lucas.
-¿Estas bien?-miré al que me había sacado y me tenía en brazos, era Lucas, ¿cuando habíamos llegado?¿Cuando se había bajado el del helicoptero?
Asentí y me llevo a la parte trasera del helicoptero para ocultarnos de cualquiera que hubiese todavía por allí, la tormenta seguía y parecía que iba a durar toda la noche, todos los helicópteros estaban ya estacionados delante de lo que parecía una...¿mansión? ¿Por que estábamos en una mansión?Yo creía que íbamos al cuartel del escuadrón 5.
-Si...¿Donde esta el cuartel del escuadrón 5?
-Es esa casa, ¿no la ves? Como si fuera pequeña.
-Eso no es una casa, las casas están en una parcelita, eso ocupa cinco campos de fútbol-
-Exagerada-dijo poniéndome en el suelo-Vamos, te vas a resfriar y no queremos eso.
-A mi me da igual.
-Vale, yo no quiero que te resfríes.
Corrimos por el gran jardín hasta la mansión cogidos de la mano, subimos las escaleras corriendo pero antes de que el abriera la puerta lo paré y solté nuestras manos.
-¿Que haces?-preguntó.
-Eres mi capitán.
-¿Y que?
-Que no puedo entrar mi primer día como Guardiana como la churri del capitán.
-Que tontería.
-Por favor....
-Esta bien, pero que sepas que acabaras cediendo-empezó a reírse y abrió la gran puerta dejando ver a un escuadrón entero de chicos mojados, hambrientos y seguramente enfadados por tener que hacerlos esperar, pero todos me miraban a mi, espera, ¿Por que me miraban solo a mi? Lucas también era el culpable.
-Nos has hecho esperar idiota-me dijo uno de los chicos.
-No-dijo Lucas con voz firme-Vosotros me estabais esperando a mí, vuestro capitán, a si que no vayáis de sobrados porque ya no estáis en el internado, ahora el que manda soy yo y mis castigos van mas aya de tener que limpiar las aulas después de clases. Y tu, dijo dirigiéndose al que me había llamado idiota-Bueno, esto en realidad va para todos, una mirada, otro gesto de asco o cualquier cosa que la haga sentir inferior-dijo señalándome a mi que me había quedado de piedra-Va a tener que comprarse unas bonitas prótesis para las piernas.
Todo el mundo se había quedado callado, nadie se movía, Lucas sabia demostrar respeto cuando hacia falta y no dejaba que nadie se le subiera a los hombros, no se si me gustaba este Lucas, haber, este Lucas me ponía bastante, pero creo que me quedaba con el Lucas del helicoptero.
-Y ahora prestad atención porque solo lo diré una vez, toda esta planta, es el recibidor, podéis estar aquí siempre que queráis, hay una planta debajo de esta, contiene todo el armamento de la casa, allí podréis practicar, las armas únicamente pueden salir de esa planta para los entrenamientos y para las salidas, en la planta que hay encima de esta (segunda planta) están los dormitorios de los chicos, la tercera planta esta dedicada a los dormitorios de las chicas, hay una planta mas, pero no hace falta que sepáis de esta, por ultimo, la tercera y cuarta planta están totalmente restringidas para vosotros, y como he dicho antes, aquí no se castiga limpiando aulas, ya sois Guardianes, lo que significa que las infracciones son mas graves, aquí se castiga con la fuerza.
Todos estaban intimidados por Lucas, los entiendo, yo también lo estaba un poco, pero aunque no sabia el por qué, estaba segura de que no le tenia que tener miedo a Lucas, el no me haría daño nunca ¿verdad?.
Estábamos en pleno noviembre y hacia tanto frió que me extrañaba que no se hubiera puesto nevar todavía, además todos estábamos empapados por la lluvia y ya estaba ya empezando a temblar, intenté que no se notara pero Lucas ya me había visto.