Capítulo III: Conociendo al enemigo

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Paso de Rose

La preocupación no la dejaba dormir, varias noches se había despertado con él mismo sueño, bueno mas que sueños en realidad eran pesadillas. La misma escena se repetía una y otra vez, veía el campo de batalla, cientos de soldados muertos, caballos agonizando, ella caminaba desesperada buscando a su familia pero no los encontraba. Se adentraba en medio de un bosque oscuro... lleno de animales muertos, y árboles fantasmales y justo en el medio de aquel espantoso lugar se encontraban los cuerpos de los miembros de su familia, atravesados todos y cada uno de ellos por una espada.

Este mismo sueño se había repetido una y otra vez sin parar, por lo que Mikasa tenía miedo de volver a dormir. Sin embargo, en la última noche volvió a ver el campo de batalla pero no aparecía nadie muerto, a lo lejos al lado de unos árboles se encontraba su padre: estaba bastante tranquilo, pero tenía la mirada triste, movió los labios y señaló hacia el sur, la joven no entendió muy bien lo que le dijo, y cuando quiso darse cuenta se había despertado otra vez empapada en sudor y con el corazón agitado.

Rezaba para que su familia estuviera de vuelta. Nunca había sido religiosa, sin embargo eso era lo único que ahora podía hacer, pasaba las tardes enteras contemplando la entrada a la fortaleza. Subiendo hasta la más alta torre para ver si veía a los suyos aparecer victoriosos después de la batalla, tal y cómo había sucedido varias veces. Los días iban pasando y no recibía ninguna noticia de su familia. En estos días había pensado seriamente en la propuesta de su padre, y se prometió a si misma, seguir la orden que le había dado el patriarca. En todo este tiempo comprendió que su padre tal vez y solo tal vez quería lo mejor para ella. Los días seguían pasando y la rutina se repetía una y otra vez; ninguna noticia de su familia....

El invierno azotó con más ahínco a la Fortaleza del Paso, durante todo este tiempo el gran gigante había estado levantado, ya que después de la partida de su padre, Mikasa ordenó que nadie entrara ni saliera de aquel lugar, sin que ella diera su autorización. De eso modo nadie podría atacarles por sorpresa. Ella era conocedora del mecanismo para bajar y subir el gran puente. Y es por eso que su padre la dejó al frente de todo, claro está que se quedó al lado de su fiel guardia: Hannes.

Cuando había pasado varias semanas desde la partida de su familia. Se escucharon varios rumores acerca de la suerte que habían corrido sus familiares. Los rumores no eran nada alentadores, eran más bien pésimos. Sin embargo ella se negaba a creer que todo lo que decían los mensajeros y comerciantes era verdad, al fin y al cabo solo eran rumores sin fundamentos, ya que en este tiempo nadie se había aventurado a ir hasta el campo de batalla ni había cruzado la frontera, así que era muy difícil conocer la situación exacta de la batalla.

La esperanza y los rezos que ella tanto había perdido dio por fin sus frutos cuando vio al amanecer, después de haberse subido a la torre, a varios jinetes con el estandarte de su familia cabalgando en dirección al enorme puente. La joven corrió a toda prisa de aquel lugar y con emoción bajó hasta encontrarse con el mecanismo que accionaba el movimiento del puente. Sin que nadie la viera, ya que era un secreto de la familia, realizó los movimientos necesarios y en poco tiempo un gran ruido comenzó a inundar toda la fortaleza. El puente se había accionado y descendía para dar la bienvenida a los héroes.

Poco a poco todos los miembros vencedores entraban victoriosos por aquel Paso. La joven recibió con gran alegría a los recién llegados, sin embargo no los reconocía y era extraño que su padre no encabezara la formación al ser él la cabeza y el líder de las casas noches. No veía a ningún rostro  conocido, un nudo en la garganta comenzó a formarse en su interior, presintiendo que algo muy malo estaba por llegar. Sus sospechas fueron ciertas cuando vio que varios soldados vestían por debajo de sus capas la insignia de otra casa; de una casa que solo había visto una vez en su vida y fue cuando vino un visitante del sur, un visitante llamado Kenny Ackerman.

La Dama del Castillo (Rivamika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora