Capítulo V: Orgullo

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Mikasa

Recuerdo como si todo hubiera sido una pesadilla, como algo que no es real, pero que piensas que lo es; recuerdo los ojos de esa serpiente, sus colmillos desgarrando y perforando mi piel, llenando mis venas de su veneno, recuerdo la fría noche, lo heladas que se sentían mis manos; sin embargo y a la misma vez recuerdo como mi cabeza ardía, y como de pronto todo se volvió borroso y en un instante todo frente a mi se puso negro, pensaba que era mi fin, cuando sentí que algo o alguien me sacó de aquel abismo oscuro en el que me encontraba.

La noche era fría, muy fría, pero cuando estuve en sus brazos sentí un calor que nunca en mi vida lo olvidaré, un calor que nunca había sentido.

No se exactamente lo que se sucedió en el camino, pero recuerdo despertar pasadas unas horas, cuando los rayos de sol me pegaron de frente en mi cara. Estaba limpia, con ropa de dormir, y con algunos vendajes en mi pierna. Lo único que recuerdo vagamente es oler un perfume agradable y sentirme segura en sus brazos. No se quien fue la persona que me ayudó y a la que sin duda le debo la vida.

***

Un nuevo día había llegado a la fortaleza, todos despertaban perezosamente preparándose para una nueva jornada de trabajo, todos menos uno, uno que había pasado toda la noche sin poder dormir. Levi estaba preocupado por la joven que él había salvado, se encontraba fuera de la habitación, mientras que dentro de la misma, varios sirvientes bajo las órdenes de un curandero, ayudaban a limpiar y a vendar correctamente la herida en la pierna de Mikasa, para que no se infectara y sanara adecuadamente. La muchacha estaba dormida y por algunos minutos había recobrado el sentido, los sirvientes habían informado a su señor que la joven tenía mejor aspecto, e incluso que sus mejillas habían tomado un color saludable y que seguramente pronto se recuperaría.

Sin dejar de pensar en que todo lo estaba haciendo por dominar El Paso, Levi permanecía apoyado en la pared con los brazos cruzados, y con los ojos cerrados, sin embargo al ver que las horas pasaban y no recibía más noticias, los nervios se apoderaron de él, cambiando de postura se puso a caminar de un lado a otro esperando a que la joven despertara. Aún desconocía la razón de sus actos, se decía a sí mismo que todo era por el poder y por conquistar la Fortaleza, más no por ella, aunque cuando la vio inconsistente al lado de aquel árbol no pudo negar que se preocupó mucho por el bienestar de la atractiva joven.

Molesto consigo mismo, por tomarse tantas molestias con la mujer, llamó a un guardia para que le avisara de la salud de la joven, ya que él
nada tenía que hacer en ese lugar, estaba dando demasiada importancia a un simple mujer, por lo que en cuanto terminó de dar las instrucciones al soldado de turno, se retiró inmediatamente a sus aposentos.

***

Hannes había sido recluido en una de las mazmorras del castillo, Levi había intentado por todos los medios sacarle información acerca del mecanismo del puente, pero nada había funcionado. No había visto en semanas a su señora, y para colmo de males, en la pasada noche había oído rumores que le helaron la piel. Hannes sabía de sobra que todos los miembros de la familia Jaeger estaban muertos todos salvo Mikasa, a la que,
al igual que a él, la tenían recluida. Sin embargo, sabía por boca de algunos de los sirvientes que ella se encontraba bien, hasta la noche anterior donde había escuchado que el nuevo "señor del Paso" había traído a su señora en brazos, inconsciente y con la ropa sucia.

El viejo soldado se preocupó por el bienestar de la joven, a la que quería como a una hija, necesitaba de una u otra forma saber que ella se encontraba bien, por lo que solicitó audiencia con el señor del castillo para que le permitiera verla.
Hannes se armó de valor cuanto estuvo frente al pequeño Ackerman y le suplicó ver a la joven. Levi al ver al soldado se compadeció de él, había mandado a que le sacaran información de cualquier forma pero el soldado nunca cedió, tal vez por ignorancia o tal vez por lealtad, pero hasta ahora no había dicho ni una sola palabra. Veía en sus ojos la preocupación que le inundaba por lo que en un gesto de bondad le permitió ver a la joven que se encontraba descansando en su habitación.

La Dama del Castillo (Rivamika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora