Mundo 1 - Capitulo 19: El encuentro

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Kurogane

Las vacaciones de la semana Iperal (una semana de vacaciones entre Abril y Mayo) pasaron, y con los meses llegaron las de verano. Ya había pasado 1 año y medio en el futuro.

Un mal día el abuelo Hatori nos llamó a Sakura, Tsuneo y a mi a su despacho.

-Pròximament tendremos una fiesta muy importante en territorio neutral. Podría ser el final de una guerra, o el inicio de la siguiente así que tendréis que portaros muy bien esta vez. Aun no estamos del todo listos para que se rompa el alto el fuego. No conviene retrasarlo más. -dijo el viejo, enigmático.

-¿Dónde? ¿Con quien? -pregunté con impaciencia. Lo sentía en mi sangre, ahí estaba la mala sensación que arrastraba desde hacía meses. Había asistido como guardaespaldas a varias fiestas de la alta sociedad, pero desde que estaba allí ninguna se había realizado en "territorio neutral". No sabía qué podía querer decir aquéllo pero el cuerpo de Sakura en un instante, pasó del relax absoluto a la tensión más inquietante.

A continuación el mayordomo, un hombre extranjero de cabellos grises llamado Claus M. Kain al que Sakura quería como uno mas de la familia, entró en el despacho con educación, y anunció:

-Señor, los trajes que encargó ya están aquí. Los he dejado en sus respectivas habitaciones. -hizo una reverencia y se alejó.

-¡¿Trajes?! ¡No me obligaran a ponerme otra de aquellas horribles "armaduras"! -dije horrorizado, escupiendo aquélla palabra con odio y repugnancia. Nadie me hizo caso, ya que al mismo tiempo Sakura empezó a decir:

-Lo único que nos obligaría a hacer una fiesta en territorio neutral sería ... -tenía una expresión muy oscura en la cara. Nunca la había visto así.

-Si, nieta mía, la familia de los Tigres de Jade ha pedido una reunión con el pretexto de que querían mantener la frágil "paz" que tenemos ahora y fortalecerla. Obviamente es una mentirá pero si no vamos tendrán igual un pretexto diciendo que los hemos insultado o alguna sandez de igual calibre. Sakura, si las cosas van tal como pienso y comienza una guerra, tendrás tu primera muerte antes de lo esperado. -dijo el viejo. La aludida, Tsuneo y yo nos pusimos blancos como el papel, había oído hablar demasiadas veces de la familia mafiosa rival a la que pertenecíamos como para no tenerle, aunque fuera un poco de miedo.

Miréa mi anagae y no pude evitar pensar en lo impresionante que estaría con un traje de noche. La primera vez que había tenido que ir de guardaespaldas "oficial" con ella a una fiesta de alto copete, me impresionó sobremanera. La recordaba como una reina de hielo en la primavera, atrayendo a todo aquel que se atreviera a poner sus ojos sobre ella, social y concisa, pero algo en ella hacía que mantuvieran las distancias. Un comportamiento bastante diferente de su yo habitual frio y mas reservado. De ahí podia entrever la dureza de ser una persona importante entre aquélla "alta sociedad oscura", tan diferente a la que pertenecía Tsuneo, o a la mia propia. Después de apartar aquellos pensamientos especulé interiormente sobre cómo sería un encuentro tan importante como el que se celebraría.

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La fiesta se celebró en el ático de un bloque de pisos impresionante. Y no sólo por la altura astronómica en que se encontraba la vivienda. Se trataba de una sola habitación grandiosa que daba la impresión de estar preparada expresamente para ese tipo de eventos. Unas escaleras discretas bajaban a unos aseos separados. Las paredes de la gran sala estaban empapeladas con unos motivos florales clásicos "espléndidos", como diría el abuelo de Sakura. Las lámparas dobles de cobre despedian una luz ténue creando un efecto calmante. El suelo estaba cubierto por una extensa alfombra roja apagada, que llenaba todas las esquinas del lugar a la perfección. Los camareros se paseaban con bandejas llenas de delicatesen, las cuales, por ser desgraciadamente sólo un guardaespaldas, no llegaria a tocar.

Viajeros de Enblaxyl *Volumen 1: El shihi azul Cielo* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora