CAPITULO 2

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Siento una luz que me deja ciega nada mas abrir los ojos, lo primero que veo es mi abuela abriendo la persiana, para despertarme y por la luz que entra, supongo que hace buen tiempo. Me levanto de la cama con dificultad, algo habitual en mi ya que madrugar no es lo mio, cojo el teléfono y leo un mensaje de Sara:

¨Hola Kate, ayer no pude verte, había ido a ver a mi novio. Pero hoy estoy a toda tu disposición, he pensado ir a la playa y como se que no me vas ha decir que no, te voy a recoger dentro de una hora. te quiero¨.

El mensaje había sido escrito a las once de la mañana, y eran las once y cuarto, con lo cual, me quedaba menos de una hora para prepárame. La playa de piedra en la cual yo y mi prima nos criamos en cierto modo,  es el lugar donde aprendimos a nadar y de pequeñas jugábamos a las sirenas, o  a quien bucea mas..., todos los veranos  de nuestra infancia los pasábamos allí, y es nuestro sitio preferido.  

Voy a la cocina, para desayunar junto a mis abuelos, que me han preparado un cola-cao con galletas y un zumo natural de naranja.

-Buenos días-digo, mientras bostezo .

-Buenos días- responde mi abuela.

-¿Has dormido bien?- pregunta mi abuelo.

-si, genial- respondo dando un mordisco a la galleta.

-Que feliz te veo ¿ que ocurre?- dice mi abuela con curiosidad.

-Simplemente estoy feliz, hoy ire con Sara a la playa y pasaremos allí todo el dia-digo y doy un sorbo al cola-cao.

-Nos parece bien, pero recuerda no llegar muy tarde- dice mi abuelo.

-Si- respondo sin intusiasmo.

Seguiamos desayunando los tres, mientras yo les contaba los cambios que había en nuestro grupo de amigos. Estaba terminando el delicioso zumo de naranja, que había preparado mi abuelo, cuando me di cuenta de la hora, eras las doce menos cuarto y Sara vendría a las doce, con lo cual deje mi conversación con mis abuelos, para poder prepararme.

Cuando llego a  mi abitacion meto en mi bolsa de playa: una toalla, las cremas de sol y bronceadores, un bocadillo de tortilla, agua, un bikini para cambiarme y un peine. Cuando termino de preparar la mochila, quedan solo cinco minutos en los cuales me dispongo a ponerme un bikini negro y rosa, unos pantalones cortos vaqueros, una camiseta blanca y una chancletas.

-Sara esta abajo- me alerta mi abuela.

-Voy-digo mientas me hago una coleta.

Termino la coleta y me dispongo a bajar las escaleras, cuando mi abuela me interrumpe para decirme: 

-Ten cuidado y pórtate bien.

 Mis abuelos son sobreprotectores, eso es bueno en cierto modo, pero en mi opinión no tengo mucha libertad,  a veces es estresante no poder quedarme hasta la hora que se quedan las demás personas de mi edad en la calle, pero por otro lado, se que lo hacen para protegerme y eso me demuestra que quieren lo mejor para mi.

Sara esta mirandose en el espejo del portal de enfrente, se mueve su pelo rizado a un lado y al otro, cuando me ve en el reflejo del espejo, se da la vuelta y me agarra con tal fuerza que casi me ahoga.

-Yo también te he echado de menos pero me estas ahogando- le digo casi sin respiración.

- Te he echado mucho de menos-dice ,mientras me suelta. 

Las dos nos e reimos al mismo tiempo y empezamos a andar de camino a la playa,  Sara me cuenta cosas que le han pasado este verano, y yo le cuento como han sido mis vacaciones en Punta Cana. Cuando llegamos a la playa, lo primero que hacemos es quitarnos la ropa, y darnos un chapuzon, nuestros chapuones duran bastante tiempo, ya que a las dos nos encanta el agua y recordar momentos de cuando eramos pequeñas, un rato después de estar en el agua decidimos salir para comer  y Sara me pregunta:

-¿ Que tal te lo pasaste ayer?

-Bien, hay gente nueva en el grupo, pero son bastante simpáticos.

-A mi tambien me parecen simpáticos, aunque no siempre salgo con ellos- dice mirando al mar.

-¿por que?-pregunto con curiosidad.

- Ya sabes me gusta cambiar de aires-dice dedicándome una sonrisa.

Sara es de esas personas fuertes y luchadoras, y que si algo no le gusta lo dice sin importarle lo mas minimo la opinión que tengan los demás sobre ella. Las horas siguientes Sara y yo hemos hablado, reido e incluso nos a dado tiempo a darnos ocho capuzones mas. Cuando miro la hora son las seis y media de la tarde, con lo cual ya es hora de volver a casa. 

Cuando llego a casa estoy demasiado cansada, para volver a salir con mi grupo, asique decido ducharme y leerme mi novela juvenil favorita ¨After¨, hasta que me quedo dormida, necesito descansar  ya mañana será sábado y tengo una fiesta que disfrutar.



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TODO COMENZO CON UN 'TÚ'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora